Pero no hay machismo en el mundo de los videojuegos

Pero no hay machismo en el mundo de los videojuegos

Hace un par de días una vez más un hombre ha venido a hablar de nosotras, las jugadoras. Ni siquiera como tema central, porque Cthulhu nos libre de ser tema central en nada nunca, sino de pasada, una nota a pie de página en una entrevista sobre un tema diametralmente opuesto.

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Hablamos de este tema hoy no por ser tanto una nota disonante en el panorama habitual sino por todo lo contrario, porque es lo habitual y bueno, cualquier oportunidad es buena para hablar de esto.

En este caso el “iluminado” ha sido Gonzo Suárez, creador de Commandos, el videojuego español más vendido de la historia. Una quizás pensaría que con ese transfondo sería alguien con la cabeza lúcida pero va a ser que no.

Porque es un hombre. Porque él sabe más. Porque, como siempre, cuando un hombre abre la boca y habla su palabra se convierte en ley, pero si nosotras hablamos tenemos que demostrar todas y cada una de las palabras que pronunciamos acompañándolas con un centenar de datos de un centenar de fuentes distintas y más nos vale que dichas fuentes agraden a nuestro interlocutor porque si no todo nuestro trabajo quedará desacreditado de un plumazo.

Y es así como, en este caso, hemos tenido que escuchar perlas de sabiduría del calibre de:

“Las mujeres sólo participan cuando un videojuego tiene una capacidad casual y voyeurismo. A la mujer le encanta el voyeurismo

Como ya comentamos en nuestro twitter, voyeurismo resulta una curiosa elección de palabras ya que en cierto modo casi todos los juegos son voyeurismo, aunque es probable que se refiera a, por ciertas cosas que comenta más adelante, que las mujeres somos más de jugar a juegos estilo Los Sims, donde aunque podemos manipular sus vidas (y según Gonzo, adoramos manipular), podemos verles vivir, cual maruja asomada a la ventana.

Otra de sus curiosas declaraciones añadía que, como acabamos de comentar, las mujeres somos manipuladoras. Bueno, realmente era más sutil sobre el tema, es más, es probable que lo tenga tan interiorizado que ni él mismo se diese cuenta de que eso era lo que había dicho, pero al final es lo que queda. Que manipulamos y nos encanta. De ahí de nuevo que según él disfrutemos de juegos que nos permiten manipular la vida de los personajes a nuestro antojo. Básicamente, que jugamos a Los Sims, y ya (que por otro lado, ¿qué hay de malo en jugar a Los Sims, me pregunto yo?).

Según Suárez, las jugadoras no pasan de los videojuegos sociales, y sólo si se cumplen una serie de criterios que complacen a su prototipo de jugadora: «Solo entran cuando la caracterología del videojuego cumple sus funciones, es decir, una capacidad casual, un cierto voyeurismo, a la mujer le encanta el voyeurismo, y, aparte de eso, debe tener un ámbito social. Maléficamente, para ejercer y tener cierta capacidad de manipulación del entorno, que lo hace. Cuando ocurre eso la mujer se embarca, y se duplican o triplican el número de juegos vendidos».

Como podéis ver, las mujeres nos sentimos la mar de bienvenidas en el mundo de los videojuegos con comentarios así. Luego algunos hombres se extrañan cuando les intentamos explicar que jugamos, que estamos ahí, pero lo hacemos en silencio, sin hablar de ello, por miedo a las represalias.

El momento en el que ya te das cuenta de que Gonzo no tiene muy claro de qué está hablando (cree que sí, pero realmente es lo que ya dijimos que suele pasar a muchos hombres: están tan acostumbrados a que lo que dicen se convierta en hechos objetivos que no suelen pensar mucho lo que dicen) es el momento en el que saca el Pokemon Go a colación:

“Operativamente es un juego [el Pokemon GO] que ha aglomerado a la mujer, la mujer de distintas edades, por ser casual y social«.

Si obviamos de nuevo la necesidad imperiosa que parece tener de recalcar que solo jugamos a juegos casual tenemos lo de social. Que nos gustan los juegos sociales, dice. ¿Desde cuándo?

Hay muchísimas mujeres renegando de cualquier juego que implique jugar con más gente para huir de situaciones tensas que se pueden producir pero no, nos gustan los juegos sociales. Imaginamos que tenía en mente los juegos de facebook cuando lo decía.

Por ir cerrando todo esto tan solo un par de cosas más:

Como ya sabéis, lectores del blog, las estadísticas desmienten bastantes de los puntos que da este señor , pero eso no es lo más grave, ya comentamos más arriba que los datos no parecen importar a estos señores para abrir la boca. Lo que de verdad nos preocupa es toda la gente, todos los jugadores que se creen estas cosas, pudiendo llegar a hacer verdadero daño a la comunidad de jugadores y sobre todo a las jugadoras. Cerramos con ejemplos, buenas tardes.

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Glitched Ghoul
Glitched Ghoul

Juego a cosas y muevo cadáveres.

4 comentarios
Vii
Vii 07/08/2016 a las 3:19 pm

Perfecta réplica, no hay nada más que añadir, salvo aplausos.

Chuck Draug
Chuck Draug 07/08/2016 a las 7:52 pm

¿Y cómo le explico a este señor que mi madre jugaba al Pac-Man embarzada de mí? ¿O que nos piquemos sea con el Tetris o el Candy Crush? ¿Y cómo le explico que en este ocio he conocido a chicos y chicas pese al siempre presente machismo que quiere borraros del mapa incluso retroactivamente? ¿Y que aun así me sorprende al ver que salgan tantas jugadoras que llevan AÑOS ahí porque básicamente os invisibilizan?

Bueno, da igual seguiría en sus trece, Gonzo Suárez es ese personaje (ya ni siquiera persona) que vive del rédito de ESE juego y que solo por eso ya puede coronarse como gurú de la industria… mientras sigue anclado en el pasado que más le guste. Porque total, ya se demostró la tarde en que estuvisteis hablando de ello que hay personas a las que los estudios con datos reales les importan un comino y ellos solo se fían de los datos por la Universidad de Mis Santos Cojones. Aunque bueno, eso es una obivedad que estoy soltando.

Luego está el desprecio a los juegos ‘casuales’ y ‘sociales’. Ay, mirad, la gilipollez esa la tenía yo también, junto a muchas mierdas más, y fue mi madre picarme al Candy Crush (y esto es verídico, lo del primer párrafo no era mentira) y darme cuenta de la soberana estupidez TRUGUÉIMER que es. ¿Por qué cuando un juego no es un AAA de presupuesto millonario o un indie con estética pseudo-retro ya es menos juego que otros? ¿No era lo importante jugar, pasarlo bien, tener experiencias, y poder compartir todo esto?

Todos estos llorones ya no es que solamente sean machistas hasta las trancas, es que además se sienten unos copitos de nieve especiales, se creen que por tener un «ocio marginal» ya pueden creerse mejor que los demás… cuando hace dos décadas lo que querían era que su ocio fuese admitido y respetado por aquellos que lo acusaban de poner katanas en manos de chavales. Y ahora que el público se interesa, ahora que las empresas ven que la diversidad vende, ¿ahora lloran? ¿Ahora dicen que no entréis en su casa del árbol? Ahí es donde vemos la hipocresía de esa gentuza, porque de verdad, no tienen otro nombre: GENTUZA.

Y se preguntarán algunos por qué me avergüenza muchas veces ser hombre.

Pauler
Pauler 15/08/2016 a las 11:08 pm

Un aplauso, fantástico artículo. Alucino con que haya gente que tenga la desfachatez de hablar sentando cátedra así sobre el sexo opuesto sin tener ni puta idea de lo que dice.

En cualquier caso tu réplica no podía ser más clara y contundente. ¡Bravo!

There’s nothing to prove | La jaula se mueve
There’s nothing to prove | La jaula se mueve 23/02/2017 a las 9:15 am

[…] territorio. Lo que me lleva a pensar en cabañitas lloricas y lo que pasó el otro día con las declaraciones de Gonzo Suárez, el hastag #SoyMujerGamer y los test de TRV FRIKI. Estos tests se suelen reducir a dos cosas: […]

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