A nosotras también nos gusta matar marcianitos. Crónica del Barcelona Games World

A nosotras también nos gusta matar marcianitos. Crónica del Barcelona Games World

Hace unas pocas semanas se celebró el evento de videojuegos que estaba haciendo furor por las redes sociales, el Barcelona Games World. Una convención que se presentaba como novedosa, llena de marcas y juegos de última generación que podías probar en primicia.  También coincidía en el mismo recinto con Retro Barcelona, la feria de juego retro por excelencia de la ciudad condal.

Estaba emocionada, no lo podía negar. Tenía muchas ganas de asistir a un gran evento de estas características. Mi novio, mi hermana, mi cuñado y yo decimos hacer party y comenzar la quest. Barajamos entre distintas opciones de visita y decidimos ir el viernes, ya que pensamos que el sábado habría aglomeraciones. Preferíamos ir tranquilos para probarlo todo. Nos levantamos raudos a las cuatro de la mañana para tomar el Euromed de las 6:30 hacia Barcelona, y llegamos cuando las puertas comenzaban a abrirse. La cola no era muy larga, apenas tuvimos que esperar, pero una vez allí me di cuenta de que mi hermana y yo éramos las únicas mujeres de la fila. ¿Casualidad? Eso pensamos. Un reportero de El País se nos acercó mientras andábamos hacia la entrada y, aunque le respondimos amablemente a las preguntas que nos hizo, solo le preguntó a mi novio su nombre, a nosotras nada. Es más, en el artículo  final no se nombra a ninguna mujer, excepto a Ada Colau. ¿También casualidad? Al igual que en todas las publicidades, en las que solo salían hombres disfrutando de su consola favorita.

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Una vez dentro comprobamos la magnitud del evento, varios pabellones hospedaban toda la convención y parecía casi una E3. Nintendo, Sony, Microsoft, EA, Bandai-Namco… grandes marcas que plantaron su stand como buque insignia de sus franquicias. También había espacio para desarrolladores y juegos indie, además de zona exclusiva para juegos de PC. En el piso superior Retro Barcelona llena de tiendas y arcades parpadeaba a ritmos de 16 bits. Una pasada, vamos.

Nos dividimos en dos grupos, mientras mi novio y mi cuñado se quedaron probando suerte en la zona Nintendo, mi hermana y yo fuimos hacia Sony a probar el nuevo Gran Turismo Sport Challenger, ya que habían montado unos simuladores con volante y pedales para mejorar la experiencia. Como fan de Gran Turismo que soy casi corrí a hacer cola. Una vez allí volví a percatarme de que éramos las únicas mujeres de la zona, no le di importancia pero me llamó la atención. Ya estábamos a punto de que nos tocara el turno cuando un chico nos preguntó: “¿Estáis esperando a alguien?”. Le respondimos que no, que íbamos a probar el GT. El chico se quedó atónito a lo que preguntó con incredulidad: “¿Vosotras?”. Sí, nosotras ¿Pasa algo? Disfruté como una enana en el simulador y el mini enfado que llevaba se me pasó. Fui a recoger a mi hermana que seguía dentro de su esfera y una conversación me llamó la atención:

Chico 1: “Pues tengo un colega que se ha montado en su casa tres pantallas y el kit de volante para jugar en condiciones, le ocupa una habitación entera.”

Chico 2: “Pues no tendrá novia. Porque si no…”

Giré la cara despavorida. ¿Perdón? ¿Acaso a las mujeres no nos puede gustar un juego de simulación de coches? ¿Por qué dais por sentado que solo nos pueden gustar los juegos comúnmente llamados “para mujeres”? Es más ¿Por qué seguís emperrados en que no jugamos a videojuegos?

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El día prosiguió, pero la proporción de una chica cada ciento cincuenta chicos continuaba vigente. Vimos a lo lejos una horda de gente y cosas volar. Nos acercamos y, efectivamente, estaban lanzando al público que se concentraba alrededor, camisetas y globos que contenían premios (teclados, ratones, etc.) Todos se volvieron histéricos ante el “algo gratis” y algunos comenzaron a pegarse por conseguir su tan ansiado trofeo. Las azafatas, muy bonicas ellas, recibían piropos de albañil al cual más imaginativo, como: “¡Lánzame a la rubia en vez de la camiseta!”.

Fui testigo de cómo una chica, que se había puesto en primera fila, recibió un puñetazo en la cara (espero que involuntario) por parte de un chico por el crimen de cazar uno de los globos. Se escucharon gritos y amenazas, y no supe si al agresor le quitaron su hurtado premio o se lo llevó cual trofeo de macho pegador.

Seguimos dando vueltas y ante la imposibilidad de entrar en la casa del Resident Evil o probar suerte en el Call of Duty, mi novio y yo anduvimos hacia sitios menos transitados hasta llegar al simulador de “The World of Tanks”. Un escenario simulando un campamento de batalla donde podías competir por un regalo a cambio de destruir tres enemigos en el modo multijugador.

No hicimos demasiada cola, apenas cinco minutos, cuando un chico bastante simpático me fulminó con la pregunta definitiva: “¿Pasáis los dos juntos para que veas cómo él juega o prefieres quedarte fuera?”. Una flecha me atravesó la rodilla, ya volvemos con la afirmación de marras. ¡No señor! ¡Yo vengo a probar el juego como todo hijo de vecino que hace cola! Pasé a la zona de consolas y, justo a mi lado, competidor contra mí, se encontraba un niño de unos once años que era una auténtica máquina de matar, con una destreza que ya les gustaría a muchos. Su padre lo miraba orgulloso desde la barrera mientras que a mí me fulminaban con desaprobación. Un chiquillo “boss of the world” de once versus una treintañera noob. El pastel está servido. No gané nada pero me lo pasé bien.

A medida que caía la tarde, nosotros también caíamos. Fue un día largo y solo nos apetecía llegar al hotel. Me lo pasé muy bien pero estaba indignada. Como he dicho antes, esta es mi experiencia del viernes, no sé si el sábado hubo más afluencia de féminas o continuó la pauta, de hecho en todos lados salen chicas en las fotos del evento.

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La conclusión que quiero sacar a toda esta experiencia es que a las mujeres, pese a que vamos ganando relevancia, número y cierto poder dentro del mundillo gamer, todavía nos queda un largo camino para la normalización. Todavía somos un espécimen raro, somos la eterna mujer acompañante que aguanta a su pareja a la que le gusta jugar a las maquinitas o, un mero objeto de deseo. Hace años irrumpimos en las tiendas de cómic, territorio que hasta la fecha era de machos lectores (aunque en series como The Big Bang Theory nos machacan con que ir a tiendas de cómics es de raritos y que las chicas no pintamos nada allí). No pedimos supremacía, señores, solo pedimos igualdad. A nosotras también nos gusta matar marcianitos y no solo lamer mandos pidiendo atención.

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Serinde Lefou
Serinde Lefou

Soy una gamer de la old school. Crecí con las aventuras gráficas y cuando aún no había Internet. Me gustan los videojuegos antiguos. Que no digo que los actuales estén mal, pero puedes encontrar pequeñas grandes joyas no tan modernas... y tampoco hace falta remontarse a los juegos de 8 o 16 bits para disfrutar de un buen título.

8 comentarios
purpu
purpu 19/10/2016 a las 12:28 pm

Joder, vaya puta mierda lo que te pasó ): Vaya huevos que una no pueda ir a probar un juego sin que le digan mierda. Si les parece pagamos 15€ para ir a una fueria de videojuegos por amor a nuestros novios y no porque nos salga del coño jugar y nos gusten ~cosas~.

Me gustaría hacer una mención especial (positiva), tho. No es para quitarle importancia a que el mundo de los videojuegos es sexista de la hostia, si no como reflexión de a quién prefiero darle mi dinero.

Visité la feria por negocios pero pude darme una vuelta. Y kudos a Sony. Vi tantos mujeres como hombres trabajando para ellos. ¿El uniforme? Todos con tejanos y camiseta de Sony, sin distinciones. Las tareas parecían distribuídas independientemente del género. No sé si en la zona VIP de negocios de Sony la cosa funcionaba igual (porque no estaba invitada sniff), pero en las zonas de negocios es donde suele estar el desmadre total con las boothbabes y la mierda sexista.

En la Gamescom del año pasado Sony también se lució con uniforme igual para todos y lo mismo que cuento arriba. Vamos, lo que deberían ser todas las marcas en ferias.

Mi experiencia (desde las zonas de negocios) es que las empresas de marketing, compra de usuarios, financiación, e-sports, hardware y juegos nivel World of Tanks (competitividad multijugador online de guerra) son los que más usan boothbabes y reclamos de mierda como dar chupitos a los trajeados. Que para mi significó recibir a tios borrachos en meetings de negocios y gente literalmente robándome las tarjetas para tener mi teléfono.

Maravilloso, maravilloso mundo en el que no puedo hacer negocios ni trabajar tranquila porque tengo coño.

La en general BGW me pareció un poco chasco a nivel calidad-precio. Pero creo que tiene más que ver con que es la primera edición que por falta de ganas. Espero que en la siguiente tengan más público y más vidilla.

Recomiendo visitar la Gamesom de Colonia si os da por haceros un viaje largo porque la feria es una pasada nivel usuario y la verdad es que la organización es mega amble🙂

Y también espero que la autora pudiese disfrutar de la feria aunque se portasen como el culo con ella. ¡Ánimos!

chewrafa
chewrafa 19/10/2016 a las 12:43 pm

¿Cuántas mujeres habrán dejado de ir a estas ferias por lo mismo que te ha pasado a tí?. A ver pasa lo mismo que con las tiendas de cómics y se produce una «invasión» de mujeres en este sector, que falta hace. Si la reacción de alguien que está a pie de calle (es un decir) en la feria es de extrema extrañeza, ni me imagino qué espacio puede ocupar la mujer como «cliente objetivo» en la mente de las desarrolladoras.

dunedonut
dunedonut 19/10/2016 a las 3:12 pm

Bueno,si sirve para aportar perspectiva al artículo,ésta noche he quedado con una chica a la que conocí hace más de un mes y, por medio de WhatsApp,tras algunos mensajes,hemos decidido vernos,a ver qué pasa (deseadme suerte!). Lo he comentado con dos de mis mejores amigas (una de ellas, exnovia tras muchos años de relación),en plan «estoy nervioso,a ver si sale bien,la chica parece muy maja..» y las dos han coincidido,entre muchos otros consejos, que no le hable de videojuegos. Vale, pero me jode. Cambiando de espacio y de tiempo, me ocurrió,con otra chica con la que estuve unos meses («me gustan los videojuegos» ,me dijo) que un buen día me acabó reprochando que siempre estaba con «la maquinita infernal esa». Fallo mío,tal vez..Quiero decir con esto que estoy completamente de acuerdo con que debemos normalizar el hecho de que a las mujeres les gusten los videojuegos,sobre todo desde el punto de vista masculino, pero no creo que sea sólo cosa de los señores,pienso que ambos sexos tenemos mucho que aprender todavía,tanto en éste como en otros campos..Juega y deja jugar!!

AraTheHunter
AraTheHunter 19/10/2016 a las 4:22 pm

Buenas chicas,
La verdad es que a mi me sorprendió el evento, quiero decir, era el primer evento de videojuegos al que acudía, y acudí como staff, así que tampoco me dio tiempo a ver demasiado.
Y también he de decir que fue el primer evento al que acudía con cosplay e iba con unos nervios de la hostia.
Y bueno, quería comentaros el ejemplo de un señor que mientras su hijo probaba la demo en nuestro stand, decidió a acercarse a mi y decirme que «le sorprendía verme allí porque -cito textualmente- no tenía cara de friki».
Por suerte, a parte de ese señor y una entrevista (que tampoco le doy demasiada importancia porque fue para APM y me han dicho que las preguntas suelen ser de coña) en la que una de las preguntas fue «y qué te ha pasado a ti para ser una chica Gamer, ¿tienes los padres divorciados? ¿Falta de sexo?», no tuve ninguna movida más.
Aunque si, viéndolo desde fuera, parece bueno haber pasado «sólo» esas dos situaciones, cuándo lo que debería pasar es que esas preguntas no se hiciesen.

Y por último, me quedé con ganas de conocer a alguna de las que escribís por aquí, pero apenas tuve tiempo y soy bastante vergonzosa, así que os seguiré leyendo desde las sombras.

Miss Chi
Miss Chi 19/10/2016 a las 5:03 pm

A mi me pasó exactamente igual, ojalá nos hubiéramos encontrado y podríamos haber metido más chicha!

Un besotón.

Cruxis Crystal
Cruxis Crystal 20/10/2016 a las 9:19 am

Qué aaaaaaaaaaasco de peña, chaval…
Mira, yo que cada vez aguanto menos estas cosas, les hubiera dicho más de un comentario borde a esos imbéciles sexistas que creen mandar como león de manada. Tienen que aprender a callar de una vez esa boquita de piñón que creen que es de oro.

Me temo que casi siempre hay aguantar idioteces. Yo no tuve ningún contratiempo que recuerde en la Madrid Games Week, pero vamos… que no me suena para nada raro.

@transonlohk
@transonlohk 22/10/2016 a las 8:25 pm

Puaaj! Machirulos everywhere.

Pauler
Pauler 24/10/2016 a las 1:36 pm

Pues por tu crónica, y dejando de lado lo malo que ya comentaré después, parece que el evento moló muchíismo. Nunca he ido a una convecnión de videojuegos porque siempre me toca desplazarme y no sé, no ha surgido (soy poco de ir a convenciones en general), pero igual el próximo año me animo. Aquí en Valencia hacen en verano la Dreamhack y he ido un par de veces, pero no es demasiado grande. Se juntan algunos stands sueltos de compañías y sobre todo es un espacio para compartir partidas y disfrutar de campeonatos e-sports, pero a mí eso no me va nada.

Respecto a las reacciones de la gente… alucino con lo cerradas de mente que son algunas personas y, sobre todo, con la caradura que tienen de ir sacando conclusiones y soltándolas así con toa su cara para hacerse los simpáticos. Es que en serio, a mí que la gente tenga prejuicios per se no me molesta, todos los tenemos y se puede trabajar para ir limándolos. Pero lo de que te suelten lo primero que se les pasa por la cabeza como si fuera lo más natural, o para echarse unas risas ellos solos, me revienta no sabes cómo.

En fin, me alegro de que te lo pasaras bien a pesar de todo. ¡A ver si vamos haciéndonos visible sy acabamos con toda esta mierda machirula! 😀

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