De chicas visibles e invisibles: representaciones femeninas en los videojuegos

De chicas visibles e invisibles: representaciones femeninas en los videojuegos

Aunque sobre el papel hombres y mujeres somos iguales, a la hora de la verdad recibimos educación y un trato diferentes. Esto se acentúa aún más en un mundo desde el principio orientado hacia experiencias masculinas como es el de los videojuegos. No contamos con demasiadas obras enfocadas hacia una perspectiva más tradicionalmente femenina, y las pocas que hay son ridiculizadas (Cooking Mama) o promueven estereotipos dañinos (la serie Imagina Ser). Pero hay algunas veces en las que contra todo pronóstico surgen juegos como Cibele y Gone Home, con los que repasaremos dos tipos de narrativas femeninas centrándonos en la parte explícita y la implícita, lo visible e invisible.

cibele_logo1280Las chicas visibles: Cibele

En Cibele se abraza el rosa, las chicas mágicas, las estrellitas, los poemas y las fotos en el espejo. La inspiración de los mangas de Clamp o Final Fantasy es más que evidente. El escritorio del ordenador de Nina Freeman podría haber sido perfectamente el mismo que yo tuve cuando era adolescente.
Salvo que no lo fue.

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Un gran número de chicas han tenido una fase de odiar el rosa. No me malinterpretéis, es perfectamente lícito que no te guste un color, pero el odio al rosa es un acto de rebeldía. No es indiferencia, es una aversión casi visceral, un empeño continuo de desligarse de él y todo lo que representa. Porque el rosa es la exhibición más explícita de la feminidad tradicional, y en una sociedad profundamente misógina como en la que vivimos esta feminidad viene asociada con conceptos negativos como la inferioridad, la irracionalidad o la debilidad. Negar este color (o elementos con carga simbólica semejante como las faldas o los lazos) supone cortar nuestra relación con todas esas etiquetas y actitudes que no se nos ha preguntado si deseábamos. También supone un acto de defensa, “yo no soy como ellas, soy distinta, soy una de los chicos” se puede traducir perfectamente como “he visto cómo tratan a las otras chicas y no quiero que me pase eso a mí”. Ante todo, es el miedo a que se nos vea antes como a mujeres que como a personas (con la deshumanización que eso conlleva).

Sin embargo, llega un momento en el que te das cuenta de que da igual cómo te comportes porque te trataran igualmente con inferioridad y condescendencia. Y solo nos queda perdonarnos, porque no tenemos la culpa de algo que no hemos decidido y que nos ha venido dado, casi desde antes de nacer.

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El MMO que podemos jugar en Cibele.

Otro elemento representativo del juego son los selfies. Asociados también a las chicas (aunque sean un fenómeno popular entre ambos géneros), los selfies son una práctica mal considerada asociada con la frivolidad y el egocentrismo. Todos los días vemos a celebrities como Kim Kardashian humilladas e insultadas por su afición a subir fotos de ellas a las redes sociales. Que la vanidad sea algo asociado con lo femenino no es ninguna casualidad, hay toda una tradición pictórica de mujeres desnudas mirándose en cuadros; una mera excusa para culparlas de su exhibición y eximir al espectador que, como vulgar voyeur, disfruta de lo que está viendo. Porque al igual que algo no es descubierto hasta que se le pone nombre, una mujer no es guapa hasta que un hombre lo ha señalado. Los selfies desafían esta creencia y devuelven a las chicas el poder de decidir sobre su propia belleza, cosa que despierta la hostilidad masculina.

408120_2015-11-22_00001Durante el juego vemos que abundan los selfies de su autora, y aunque el jugador interprete un rol más bien de cotilla, el control está en todo momento en las manos de Nina Freeman, siendo ella la que decide lo que ves y lo que no. Gran número de las fotografías que encontramos en Google del juego son del escote de la creadora y sirven para miniaturas de Youtube. No puedo evitar pensar que la gente lo usa como algo robado y no como algo que Freeman ha puesto ahí deliberadamente. 

Cibele es un juego que ofrece la mejor representación sobre una mujer que hay: la que ella misma decide.

gonehome0814131280jpg-88281b_1280wLas chicas invisibles: Gone Home

Cuenta Cara Ellison, en su artículo sobre Gone Home, que una de las cosas que más le sorprendió del juego fue ver un frasquito de pintauñas en una habitación. Confieso que a mí me pasó lo mismo con una caja de tampones que te encuentras en el baño y me volvió a pasar cuando vi un bote de tinte rojo. No recordaba si había visto esto en más juegos, ni siquiera en los Style Boutique, donde simplemente tienes que elegir un color entre varios mechones. Sin embargo ahí estaba el bote de tinte, churretoso en la bañera, porque teñirse es un engorro y al final se acaba manchando todo.

Gone Home nos recibe con lluvia y una voz femenina, la de nuestra hermana Sam contando sus aventuras en el instituto. A lo largo del juego iremos oyendo otras, la de nuestro personaje en el contestador o la de las bandas de Riot Grrrls de las cintas de cassette que vamos encontrando. Y tras la primera impresión de casa hostil, en seguida se muestra como un ambiente acogedor para las chicas donde no solo pueden estar, sino dejar la huella de su existencia.

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En los videojuegos hay pocos espacios seguros para nosotras, muchas veces sus historias nos incomodan, nos excluyen o nos deshumanizan. Y cuando conseguimos un hueco, siempre tiene que ser pequeño y destacar poco, de este modo protagonistas femeninas como Chun-Li, Lara Croft o Samus tienen una feminidad puramente estética y quitando las poses y la ropa ridícula, son perfectamente sustituibles por un doble masculino.

The Last of Us ha sido elogiado y aplaudido por la creación de Ellie, una chica con un papel prácticamente protagonista en un juego de supervivencia zombi. Está bien escrita, tiene unas proporciones de adolescente normal y Ashely Johnson hace un excelente trabajo de doblaje. Sin embargo me resultó algo triste cuando, en una cinemática, Ellie critica el diario de otra chica en el que ésta habla de chicos y fiestas. Es de los pocos momentos en los que se muestra explícitamente su feminidad (junto con un intento de violación, vaya por dios) y lo hace para desligarse del resto.

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En Gone Home, en cambio, las chicas se quieren y permanecen unidas. Sam confía en todo momento en su hermana y la hace cómplice de su huida para encontrarse con Lottie. Es como si el amor entre chicas y la sororidad fueran el tema principal del juego. Mucha gente criticó que el juego no acabara siendo una obra de terror, pero una historia romántica y algo cursi entre adolescentes nos hace mucha más falta en el medio. Un medio en el que una mínima relación con las mujeres o la palabra “feminismo” se considera una afrenta, casi como una profanación de su lugar sagrado.

2Y no puedo evitar que ese rotundo rechazo a nuestras historias y experiencias me llene de tristeza. Jugar a juegos siendo mujer es algo poco agradecido, desagradable. Al poner chicas atractivas como reclamo publicitario, darnos pocos papeles protagonistas o llamar a consolas “Game Boy” la industria nos dice, sin ningún rodeo, que no somos bien recibidas y sobramos. Muchas veces son los propios aficionados los que nos expulsan, insultándonos, reduciéndonos, acosándonos e incluso con amenazas de muerte y violación. Pero por mucho que esto pase seguiremos programando, dibujando, modelando, escribiendo, diseñando, retransmitiendo y jugando. Nosotras.
Las chicas visibles e invisibles.

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Kitttsune
Kitttsune

Ilustradora amante de los gofres y los gatos.

12 comentarios
Enerio Dima (@Enerio_Dima)
Enerio Dima (@Enerio_Dima) 06/11/2016 a las 10:48 am

Este es un articulazo, gracias por el trabajo que hacéis! 🙂

Chuck Draug
Chuck Draug 06/11/2016 a las 11:01 am

Lo del odio al rosa ya lo había oído, y lo que comentas en este artículo es buena parte de eso, el querer desligarse del rosa y otras representaciones de feminidad por toda la carga negativa, misógina, que conlleva. Y admito que ha habido momentos en que me costaba entender por qué una mujer luego «perdonaba» al rosa, aunque viendo que siempre es porque da igual lo que hagáis, os marginan igual…

La parte de los selfies y el culpabilizar a una mujer por quererse, he visto a mujeres destrozadas porque han pasado su vida siendo ridiculizadas… y la impotencia de no saber ayudarlas… De verdad, esta sociedad tiene unos momentos de asco increíbles, y a muchos les da igual.

Respecto a los dos juegos, me gusta la conclusión que se saca del Cibele: se muestra lo que la autora quiere, cualquier imagen es suya porque ella ha dicho y hecho, ya de por sí es un paso adelante. Y que en Gone Home haya un sentimiento de sororidad y de apoyo entre las hermanas, viendo cómo se os trata, puede ser uno de esos rayos de esperanza que hagan falta.

Otra cosa buena más que le puedo sacar al artículo: sirve para hacer pensar ya no solo a la persona de a pie, sino también al creador, a mirar a sus personajes femeninos a la cara y preguntarse qué ha hecho bien y mal (más mal que bien, me temo). Y plantearse cosas. Aunque no entendamos del todo ciertos conceptos porque somos los privilegiados, que algo se nos retuerza dentro y nos haga replantearnos lo que sabemos hasta ahora me parece un comienzo…

… aunque esto no va sobre nosotros, sino sobre vosotras, como ya habéis dejado claro más de una vez, y no solo en este blog.

De chicas visibles e invisibles: representaciones femeninas en los videojuegos – Cajón Desastre
De chicas visibles e invisibles: representaciones femeninas en los videojuegos – Cajón Desastre 06/11/2016 a las 12:26 pm

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Zahara Negro
Zahara Negro 06/11/2016 a las 12:28 pm

Me ha encantado el artículo y el análisis que has hecho sobre la femineidad. (El tema del color rosa da para mucho y estoy muy de acuerdo con lo que has expresado). No he jugado ni a Cibele ni a Go home pero los voy a añadir de inmediato a mi lista.
Gran trabajo 🙂

Alilali
Alilali 06/11/2016 a las 2:09 pm

Sé que no tiene que ver con el artículo, pero a mí me ha llamado la atención lo que has dicho de «Sin embargo me resultó algo triste cuando, en una cinemática, Ellie critica el diario de otra chica en el que ésta habla de chicos y fiestas. Es de los pocos momentos en los que se muestra explícitamente su feminidad (junto con un intento de violación, vaya por dios) y lo hace para desligarse del resto.» No he jugado al juego para ver la escena del diario, pero me ha hecho pensar «joder, si es que es verdad, los adolescentes siempre están mega hormonados y se pasan todo el día de fiesta. ¿Por qué no ponen alguna vez un adolescente al que no le guste NADIE, no se sienta hormonado y le mole la fiesta? Cuando yo era adolescente no babeaba por nadie ni me molaba salir por ahí. Quizás ella piensa así» Claro que… como no he jugado, no conozco al PJ, así que no puedo decir si esto podría ser así o no.

Almie
Almie 06/11/2016 a las 2:59 pm

Muy de acuerdo con el artículo, me ha gustado porque son cosas que si no juegas, o juegas, pero no eres mujer, no lo sientes, no lo valoras. Que al fin hagan un personaje con el que te identifiques del todo es muy de agradecer, y no debería serlo. No los he jugado y me ha dado curiosidad por probar Cibele y Gone Home (A Gone Home le eché un vistazo en su día, hurgué por aquí y por allá pero no vi nada de lo que comentas y se quedó aparcado Indefinidamente.
Me gustaría comentar también el parrafito de Last of Us: «Sin embargo me resultó algo triste cuando, en una cinemática, Ellie critica el diario de otra chica en el que ésta habla de chicos y fiestas. Es de los pocos momentos en los que se muestra explícitamente su feminidad (junto con un intento de violación, vaya por dios) y lo hace para desligarse del resto.» En su momento, cuando llegué a esa escena pensé «Por qué», pero la verdad es que yo hubiera hecho exactamente lo mismo, porque en mi caso nunca me han interesado esas cosas, y menos a esa edad (puede que por eso mismo de desligarse). Pero en este caso lo atribuyo a que han querido mostrar cuánto ha cambiado el mundo. Los adolescentes ya no se dedican a las cosas de su edad, porque ahora todo lo que importa es sobrevivir en un entorno en el que cualquier descuido te puede costar el pellejo. Y la ropa y los chicos se quedan como en otro plano, por lo que a ella le parecen preocupaciones banales. Lo veo perfectamente comprensible pensando en el transfondo del personaje.

Kitttsune
Kitttsune 06/11/2016 a las 4:14 pm

Como ya han dicho mis compañeras varias veces, los personajes no tienen voluntad propia. Está muy bien la idea de hacer autocrítica a la sociedad, pero Naughty Dog ha elegido específicamente la comparación de Ellie con otra chica, reforzando la idea de que lo femenino es malo.
¿Sabes lo que habria molado un montón? Que Ellie hubiera cogido una revista de videojuegos y hubiera dicho «buah, no me puedo creer que la gente se preocupara tanto por un juego en una pantalla». Sin embargo esto unido a una coña que tienen con Crepúsculo durante todo el juego, me hace pensar que se les ha visto demasiado la misoginia.

Mito
Mito 06/11/2016 a las 3:14 pm

Este artículo me parece muy interesante. Suelo leer el blog de vez en cuando pero hasta ahora no he encontrado un tema que me haya llamado la atención lo suficiente como para plantearme postear un comentario.

Sobre si las mujeres están mejor o peor representadas en los videojuegos, no voy a decir mucho. Considero que hay tantos géneros y para públicos tan diferentes que no se puede decir que falten personajes femeninos bien hechos. El punto negativo, desde luego, es que casi siempre aparecen en juegos menos conocidos o que están orientados a un público más concreto, y por lo tanto no son tan populares como podría ser, por ejemplo, Peach. Los personajes bien hechos aparecen en juegos con historias sólidas, donde la narración es muy importante. Son personajes profundos porque la historia les obliga a desenvolverse de otra manera y a demostrar cómo son, por eso no pueden ser sustituidas por cualquier otro personaje masculino. Y seamos objetivos: muchas veces, este tipo de juegos son bastante pesados para la gente que no quiere ir más allá y solo quiere pasar el rato. Si la gente casi ni lee libros, no les pidas leer (casi) novelas dentro de un videojuego.

Creo que esto es en parte un motivo por el que mucha gente (especialmente chicas), sobretodo en la niñez tardía o ya entrada en la adolescencia, se dan cuenta de que «coño, para qué voy a ser una chica si nunca hacen nada». Y por eso empiezan a odiar todo lo que esté relacionado con la imagen moderna de la feminidad: chicas monas, lazos, el color rosa… porque lo toman como una imagen de debilidad y no quieren ser así. Y hay personas que desgraciadamente llevan ese estigma durante muchos años, pensando que llevar una falda o verse bien es algo que tengan que «hacer para otra persona», cuando no es así. Como si esto fuera a condicionar su valor como persona.

El rosa ha sufrido un bullying innecesario durante demasiado tiempo.

¿Por qué existe esa idea en la cabeza de que no se puede ser bonita y petarlo en la vida al mismo tiempo?
¿Por qué no puedes ser una profesional de la leche y además verte bien, o se asume que no puedes ser una persona femenina si te gusta algo típicamente reconocido como «de hombres»? (por ejemplo, el estereotipo de las chicas en ciencias, en ingenierías, en el deporte…)?
¿Y quién es el que está extendiendo esa visión, los hombres, las mujeres o en realidad es culpa de todo el mundo?
No hablo de ser bonita para nadie, hablo de que vivas tu vida como te salga de las narices. Me da mucha rabia cuando se presupone que las personas tienen que ser de X manera por estar metidos en una cosa, por estudiar otra, o por trabajar en otra.

Si no encuentras un estereotipo de mujer que te guste, esfuérzate por convertirte tú en lo que no has encontrado.

Yo vivo más feliz así, por lo menos. Es molesto que nos obliguen a ser invisibles para que no nos veamos mal a nosotras mismas. Qué irónico.

VanesaOJ
VanesaOJ 06/11/2016 a las 3:47 pm

BRAVO.
Ya tengo dos juegos más pendientes, pero además de los juegos en sí, ha sido la manera de expresarlo.

Hacéis un trabajo increíble, en serio, todas. 🙂

Hovenduck (@Hovenduck)
Hovenduck (@Hovenduck) 06/11/2016 a las 5:33 pm

Este artículo me ha resultado precioso de leer.
Al terminarlo me he dado cuenta de que me sentia como cuando te sumerjes dentro de una novela, solo que es algo muy poco común al leer un artículo. =)

transcatblog
transcatblog 06/11/2016 a las 6:31 pm

No me interesan especialmente los videojuegos pero me ha encantado entender de una forma racional por qué de pequeña y adolescente odiaba tanto el rosa, hasta el punto de molestar a las niñas q lo llevaban. Ahora he «perdonado» el rosa e incluso me gusta porque lo he desligado de todas esas ideas asociadas negativas. Creo que tardé unos 20 años en hacerlo.

Pauler
Pauler 06/11/2016 a las 7:12 pm

Me ha encantado, enhorabuena. Interesantísimo el análisis de la representación femenina a partir de los dos juegos. Cibele no lo conocía pero Gone Home sí, y me impactó mucho en su momento por los detalles que comentas. Es una de las pocas veces en las que he sentido que un juego estaba hecho para mí, que me hablaba en primera persona de mis experiencias y mi mundo. Supongo que no sólo por el hecho de que las protagonistas sean mujeres, sino porque además son de mi generación (ese papel en la habitación con los combos del Street Fighter apuntados… me marcó XD).
Por lo demás, no dejo de aprender leyéndoos: sobre la sororidad, sobre la autodeterminación, la aceptación de una misma y la exclusión. Cuanto más os leo más comprendo cosas que me han pasado a lo largo de mi vida, las razones de que tuviera esa fase de odiar el rosa y de «las chicas son tontas» y de que nunca quisiera disfrazarme de personajes femeninos en los carnavales. Creo que es súper importante compartir todas estas experiencias y cómo nos afecta su omisión en la narrativa en general (no sólo en los videojuegos, sino en casi todos los ámbitos) potenciando esa exclusión y esa invisibilización.
En definitiva: un artículo muy didáctico y necesario. Comparto ahora mismo.

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