¡Socorro! Me gusta un videojuego machista, ¿qué hago?

¡Socorro! Me gusta un videojuego machista, ¿qué hago?

Que los videojuegos pueden ser arte es un hecho. Y que el arte, por su capacidad comunicativa y de expresión, tiene un papel fundamental en la reforma de la sociedad también es algo indiscutible. Sin embargo, no todo el arte debe adoptar un compromiso social, ni el hecho de defender (o no) ciertas ideas niega el valor artístico de una obra.

En el caso de los videojuegos, y del arte en general, se debe añadir la cuestión del entretenimiento. La literatura, el arte pictórico, el cine e incluso la música son productos artísticos, pero también son obras cuyo fin es entretener, ser recibidas y consumidas.

Entonces, ¿qué pasa si un producto cultural no está comprometido con una causa social? ¿Es un peor producto? ¿No debería gustarnos? ¿No deberíamos consumirlo? Entramos aquí en una cuestión escabrosa que, sin embargo, creo muy necesario abarcar. Lo primero de todo es dejar claro que el hecho de que un producto nos guste o nos entretenga no significa que el producto sea de calidad. Conviene separar desde un principio esta cuestión, porque el ser humano tiende a relacionar lo que le agrada con lo bueno y lo que le desagrada con lo malo. Que un videojuego (en este caso) nos guste no lo hace bueno; del mismo modo que el hecho de que no disfrutemos de un título no lo hace necesariamente malo.

video_30191.jpgDevil May Cry: Tiros, saltos y espadazos. Chicas para el prota. Pero también es muy entretenido.

Sin embargo, “bueno” y “malo” son cuestiones subjetivas y dependen de qué ámbito estemos juzgando. Un producto cultural como un videojuego puede analizarse desde múltiples prismas. Desde un punto de vista del entretenimiento, de la calidad narrativa o argumental, de los gráficos y su desarrollo, de los valores morales y sociales que promueve, etc. Por norma general “bueno” y “malo” se corresponden a una valoración global de todos estos aspectos, sin embargo, resulta realmente complejo realizar una valoración general sin caer en subjetividades o gustos personales.

No entraré aquí y ahora a divagar sobre qué hace bueno o malo a un videojuego, nada más lejos de lo que pretendo. Lo que deseo señalar es que, primero de todo, nos puede gustar algo objetivamente malo o de una calidad inferior y eso no es “malo”. No hay ningún problema con que nos guste un «mal» juego y no nos hace peores consumidores de videojuegos. Buscando un ejemplo ilustrativo, que nos guste la pizza (aun sabiendo que es mala) no supone necesariamente que llevemos mala alimentación; al contrario, el reconocer las malas propiedades nutricionales de una buena pizza de ingredientes de dudosa procedencia marca Pizza™ nos vuelve más conscientes y consecuentes con nuestra alimentación.

dead_or_alive_5_ultimate_1.jpgLos juegos de lucha son, en su gran mayoría, machistas. A distintos niveles, pero lo son. Desde el Dead or Alive hasta el Street Fighter, pasando por el King of Fighter, Soul Calibur y Mortal Kombat, parece una norma el sexualizar a los personajes femeninos.

En este caso lo importante es, por lo tanto, la objetividad. Hay que ser honesto con uno mismo y reconocer los puntos fuertes y flacos de aquello que defendemos. Sí, nos puede gustar un mal juego. No, que nos guste no significa que sea bueno. Sí, todo mal juego (y más si nos gusta) tiene aspectos defendibles. No, defender un aspecto positivo de un juego no hace que todos los demás puntos negativos desaparezcan…

Pero volviendo a la cuestión inicial, en el caso concreto del machismo estamos ante un apartado independiente. Ya no es algo tan simple como que el juego tiene una mala historia, unas mecánicas de pesadilla o unos personajes más planos que mi nómina salarial. El machismo es un problema que afecta directamente a la mitad de la base de jugadores potencial de ese juego (las mujeres) y a gran parte de la otra mitad (los hombres) que se preocupan por aspectos sociales como este.

El machismo en un videojuego no es un problema tan explícito como los bugs o una narrativa que hace aguas. Pero sí es algo que se percibe al instante y su repercusión puede ir desde la indiferencia hasta el repudio absoluto pasando por todas las etapas de la incomodidad. Porque no todo el machismo en los videojuegos está planteado del mismo modo y en la misma medida. A veces no va más allá de lo anecdótico, utilizado para reflejar una sociedad machista; y a veces está en las mismas bases del planteamiento del juego, permeando su narrativa, sus personajes e incluso sus mecánicas. Sin embargo, independientemente del nivel de machismo al que nos enfrentemos (incluso en los casos más nimios), el machismo sigue ahí, señalando una falta de solidaridad con las mujeres.

maxresdefault (2).jpgGod of War: Sí, es entretenido. Pero tengo claro que el juego no fue hecho pensando en mí como target principal. Esta saga tiene GRANDES momentos de incomodidad.

Queda claro, por lo tanto, que el hecho de que un juego sea machista lo devalúa en lo que a criterios de compromiso social se refiere (como mínimo). Eso es innegable. Sin embargo, no todos los juegos tienen el objetivo de promover valores, de reflejar a la mujer o de luchar contra la violencia. Esto no hace que los videojuegos sean peores en lo que a entretenimiento se refiere; tampoco los hace mejores en lo que a compromiso social se refiere, pero no por fuerza los hace peores productos artísticos o de entretenimiento.

Entendedme, no todos los juegos buscan promover valores sociales. De hecho, pocos lo hacen de manera explícita. Los que lo hacen, realizan una gran labor, loable y digna de mención. Y está claro que los que no lo hacen, si lo hiciesen, ganarían mucho y aportarían mucho no solo a la industria sino a la sociedad en general. Pero eso no significa que lo tengan que hacer. Igual que no todas las películas son profundas y complejas, igual que no todas las novelas son de género policíaco. No todos los productos artísticos presentan un compromiso social.

Y me puede gustar un videojuego machista. Por su historia, por sus personajes o por su jugabilidad. Jamás lo hará por sus valores.

No voy a entrar a analizar las obras que reflejan realidades sancionables con la intención de criticar. Creo que, cuando la crítica es fina, a veces cuesta muchísimo diferenciar una obra con valores negativos o una obra que precisamente busca criticarlos (Los Simpson siempre ha sido un ejemplo para mí en ese ámbito. Yo percibo la crítica, mucha gente cree que promueve horribles valores y, si lo hace, está claro que la crítica ha fallado en darse a conocer).

bayonetta-b-font-1-2-game-fabric-font-b-poster-b-font-40.jpgBayonetta es ese juego que dicen que nació como una crítica a la sexualización, pero una crítica demasiado sutil y una segunda parte con grandes errores lo convirtió en aquello que pretendía criticar.

Así que pensemos en videojuegos que, sin promover valores machistas (porque no es lo mismo presentar un mundo machista o personajes sexualizados que hacer apología del machismo), no están comprometidos con la causa feminista o presentan un entorno o personajes directamente machistas. ¿Está bien que nos gusten?

Mi respuesta (totalmente personal) es sí. No hay nada de malo en disfrutar algo que sabemos que tiene puntos flacos. El problema aquí sería en, como nos gusta un producto, negar que tenga defectos y defender los aspectos negativos tratando de normalizarlos.

Si un videojuego tiene un personaje sexualizado lo tiene y punto. No vamos a negarlo. Quizás, aparte de la sexualización, ese personaje tenga cosas buenas, quizás no. Pero lo que es un hecho es un hecho. Lo importante aquí es que reconocer las carencias de un videojuego no debería ser un impedimento para que podamos disfrutarlo.

Es necesario un cambio en la sociedad, es necesario que las obras culturales se acojan a ese compromiso social. Sin embargo, los productos que no se suman a ese cambio no tienen por qué ser, en lo que a gustos personales y a consumo consciente se refieren, dañinos.

Max-Payne-3-007.jpgMax Payne es uno de esos juegos que no presenta ningún compromiso social pero nos da una buena historia con su ración de tiros.

Estamos hablando de ficciones. Y aunque bien es cierto que las ficciones son uno de los mejores medios para introducir ideas y valores en la sociedad, también son, simplemente, ficciones. Parte de su capacidad de crear mundos falsos, personajes imposibles e historias fantásticas reside en esa libertad que le da el desapego con la realidad. Y por eso, siempre y cuando una ficción no haga apología directa de valores negativos, puede disfrutarse sin demasiados remordimientos a pesar de no luchar por una causa mayor.

Creo que es ideal pedirle a un videojuego que explote su máximo potencial, que defienda valores y que llegue lo más lejos posible. Pero también creo que no todos los videojuegos tienen que cumplir estas expectativas. Sería genial si lo hiciesen, sí, pero mientras se alcanza esa realidad, podemos seguir disfrutando de títulos no comprometidos con la causa, siempre siendo críticos y objetivos, pero también jugadores empedernidos.

Desde luego, en todo momento hablo de aspectos negativos que no sean totalmente exagerados, que no lleven a la apología y que no defiendan directamente esos valores dañinos. No es lo mismo un videojuego violento que un videojuego que defiende la violencia. No es lo mismo un videojuego con un mundo machista o personajes sexualizados que un videojuego que hace apología del machismo y defiende una posición de inferioridad respecto a la mujer… Entender esta cuestión no implica tampoco que no podamos ser críticos. Hay ficciones machistas, quizás porque querían crear un mundo así, quizás porque quisieron atraer a un público masculino sin atreverse a incluir algo más “reivindicativo”, quizás porque la mente tras el producto era simplemente machista.

Podemos ser críticos. De hecho, debemos ser críticos. Y, aunque lo ideal sería que todos los productos culturales pudiesen conciliar el compromiso social con la intención de crear un producto de entretenimiento, el hecho de que un juego carezca de ciertos valores no implica que ese juego no pueda disfrutarse o incluso ser de nuestros favoritos.

Esto, desde luego, siempre ha de ser una cuestión y un enfoque personal. Hablamos de gustos propios. Pero creo que, así como es importante señalar, siempre, los puntos flacos y posibles mejoras de cualquier videojuego (sobre todo en lo que a compromiso social se refiere), también es importante comprender que podemos disfrutar de un juego, puede ser nuestro videojuego favorito, y puede estar situado en un universo ficticio con malos valores. Y podemos ser conscientes de ello y criticarlo mientras lo disfrutamos al mismo tiempo.

quiet-metal-gear-solid-vSí, debería llevar más ropa. Sí, hay escenas que me sobran totalmente. Sí, está sexualizada. Pero al mismo tiempo es una lástima que estos hechos nieguen que, además, tiene una implicación fundamental en la trama y una reflexión final preciosa.

Porque como dice Sarkeesian, “It’s both possible, and even necessary, to simultaneously enjoy media while also being critical of its more problematic or pernicious aspects”.

Sarkeesian se refería con esta frase a que criticar aquello que nos gusta no lo daña, sino que busca mejorar el producto. Este artículo lo que busca es precisamente volver a traer a la luz esta cuestión. No hay nada de malo en que nos guste un mal producto (por el motivo que sea), pero hay que ser crítico y ello trabaja en dos direcciones.

Ni es correcto denostar un videojuego por tener grandes carencias, ni es correcto alabar un título por tener grandes fortalezas cuando falla también es muchos aspectos.

Y este artículo habla de videojuegos, pero habla de arte, de vida y de sociedad. Porque lo importante al final es ser críticos, ser honestos, realistas y solidarios. Comprender los problemas que existen en la sociedad y luchar por un mundo más justo, mejor. Pero también comprender que somos humanos y que podemos disfrutar un producto aun sabiendo que tiene mucho que mejorar.

En la crítica y la honestidad está la base de nuestro aprendizaje.

Me gusta un videojuego machista, ¿qué hago? Que no cunda el pánico, no hay nada malo en eso. Si reconoces los problemas y los señalas, si no tratas de invisibilizar los defectos del producto para justificar su disfrute, entonces puedes seguir, no hay nada malo en disfrutar un videojuego machista, lo malo es no hacer una labor crítica al respecto y reconocer las carencias y defectos de nuestro título favorito.

vernon_roche_and_ves___witcher_3_by_plank_69-d9evgmx(Jamás entendí por qué lleva la camisa abierta 24/7)
La saga de The Witcher va mejorando en lo que a machismo se refiere en cada entrega.
El caso de Ves y sus constantes insinuaciones fue algo que pensé que The Witcher 2 habría superado de su predecesor. Aun así es un juego con una gran historia, un fantástico universo ficticio y *algunos* personajes femeninos de gran calidad.

P.D.: Resumen rápido para aclarar las ideas.

*Me puede gustar un mal producto. Eso no significa que el producto sea bueno (lo mismo a la inversa).

*Es importante reconocer las carencias de un videojuego (aunque sea nuestro videojuego favorito).

*Eso no significa que esté mal jugarlo.

*Pero sí está mal negar los defectos para tratar de justificar que nos guste.

*Debemos luchar por que los productos artísticos y culturales (sí, los de entretenimiento también), adquieran un compromiso social.

*Pero también debemos darnos tregua y disfrutar de un producto de entretenimiento como tal, sin sentirnos culpables por consumir algo que consideramos mejorable/con lo que no estamos 100% de acuerdo.

*Lo más importante es ser conscientes de nuestros gustos, aceptarlos y no permitir que ello nos niegue la capacidad crítica.

*Hay que señalar lo malo de aquello que nos gusta. Y hay que disfrutar de aquello que sabemos que es malo, si eso nos hace felices. Sin negar ninguna de las dos acciones en beneficio de la otra.

*Disfrutar de un videojuego machista (o con cualquier otro defecto) dependerá siempre en última instancia del nivel de tolerancia de cada uno.

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valkyriered
valkyriered

Filóloga que intenta hacer una tesis doctoral sobre videojuegos porque le gusta ser apalizada.

19 comentarios
CartDestr (@CartDestr)
CartDestr (@CartDestr) 17/02/2017 a las 11:01 am

Me ha gustado un montón el artículo; enhorabuena a la autora.

Nakkuchan
Nakkuchan 17/02/2017 a las 11:12 am

APLAUSO. Todas Gamers es de lo mejorcito que nos podía haber pasado en el mundo digital 🙂

Frias
Frias 17/02/2017 a las 11:18 am

Gran articulo, resume muy bien todo lo que he llegado a vivir con los videojuegos que tienen algún contenido machista, muchas veces me han gustado pero a la vez me han hecho sentir muy incomodo y a veces hasta dar asco ciertas partes del juego (como el ejemplo que has puesto con God of War y lo de Aphrodita, nunca le vi sentido). Una vez mas, mis dieses por el articulo

abejitxmeri
abejitxmeri 17/02/2017 a las 11:18 am

Excelente artículo. Sin palabras…

Corto
Corto 17/02/2017 a las 11:25 am

Este es uno de esos temas que no debería ser raro haber reflexionado alguna vez en la vida después de haber consumido tantas obras de ficción como vivir mil vidas, pero los prejuicios nos ciegan y llegamos los señores con los «peros» intentando defender lo indefendible como si nos intentasen arrancar una pierna.

Chuck Draug
Chuck Draug 17/02/2017 a las 11:28 am

A mí lo de «te puede gustar algo aunque reconozcas sus elementos problemáticos» me llegó con Skullgirls. Me encanta el juego, me encanta el plantel de personajes (bueno, no, no me gustan nada, ni a nivel de diseño ni a nivel de personalidad, ni Filia ni Cerebella), pero es imposible no ver una sexualización más allá de la parodia (en el caso de Valentine, y sería forzar mucho) en la mayoría de los personajes femeninos, que encima son la mayoría del plantel. ¿Que son algo más que unas figuras de reloj de arena? Sí, y me puede gustar el juego y, con la concienciación y las gafas moradas, ver los problemas que tiene.

Ya que hablo de Skullgirls, el tema de la sexualiación en los juegos de lucha es alarmante. No sé si empezó con Mai Shiranui o si ya Chun-Li marcaba cierta tendencia, aunque me inclino más por la kunoichi en tema de bellas señoritas con pocos trapos (principal inspiración del despelote continuo en DoA). Y es increíble cómo para un representante occidental de peso en este género resulte tener una sexualización bestial. Y sí, hablo de Netherrealm y su manía de que las mujeres, incluso las «monstruosas», sean poco más que supermodelos de cánones imposibles.

Y sé que se puede disfrutar de una obra pese a reconocer sus problemas, pese a ser consciente de que hay cosas que están mal. En el caso de los juegos de lucha, sin embargo, he llegado a un punto en que uno de mis géneros favoritos me resulta tremendamente incómodo. Supongo que hay cierto límite en algunos puntos.

Leyendo el artículo, además, no puedo evitar pensar en todos los llorones que hablan de que venís a censurar los juegos cuando pedís variedad (que ayer tuviera una discusión con gente emperrada en eso no ayuda, no). Es esa clase de gente que por orgullo o miedo no quiere reconocer que lo que les gusta tiene problemas, porque ¡oh! igual ellos también tienen algún problema al aceptar algo machista o racista como «normal»… y que no tengan razón les repatea.

Sam
Sam 17/02/2017 a las 12:56 pm

Muy buen artículo, felicidades a la autora.

Gracias/por culpa de Todas Gamers he empezado a fijarme más en los aspectos machistas de los videojuegos/peliculas/series y la verdad es que coincido cien por cien en que sin crítica no se puede mejorar.

Marthis
Marthis 17/02/2017 a las 1:31 pm

Me encanta que hayas hecho el trabajo de diferenciar el «me gusta» del «es bueno» es algo muy difícil pero para lo que lo que se necesita mucha autocritica.
Pd: me sorprende que no hayas mencionado a Morrigan en todo el artículo!

marceland (@arcoiris_blanco)
marceland (@arcoiris_blanco) 17/02/2017 a las 1:35 pm

Son muy pocos los juegos que logro «digerir» y me pueden llegar a gustar a pesar de su contenido o bajada machista.
Creo que hasta ahora el que me cuesta horrores seguir tratando de ignorar lo machista es en The Witcher 3, porque el resto del juego me parece muy bueno. Y cada vez que se presentan esas situaciones idiotas en las que hay que romancear algún personaje femenino que se nos «regala» cual paquete, elijo opciones para evadirlos jajajaja

Lo que sí me está pasando es que rechazo rotundamente juegos como Injustice 2 por lo triste del diseño y personalidad de los personajes femeninos. Es otra cosa que lo pueda «tolerar» en Mortal Kombat porque conozco su trayectoria y lo que menos me importa es la historia, sólo usarlo como un juego ocasional con amigos.

En fin, creo que podemos disfrutar de algo, saltándonos algo que no nos simpatiza, dependiendo de que la cuenta nos siga dando positiva en algún aspecto que consideremos importante.

Kamul Silverblade
Kamul Silverblade 17/02/2017 a las 2:02 pm

Magnífico tu comentario como siempre, Valkyrie. Me encanta lo bien que expones todos tus puntos manteniéndote siempre en la línea del respeto. No puedo estar más de acuerdo con todo lo que dices. No sólo con el tema del feminismo o el compromiso social, la ficción está sembrada de ejemplos de lo que podemos llamar «placeres culpables», obras que nos gustan por el nivel de entretenimiento que nos ofrecen aunque objetivamente estén a años luz de ser obras profundas o reflexivas. Dentro de ese saco incluyo, por ejemplo, el género kaiju (monstruos gigantes japoneses). Un porcentaje alarmante de las historias de este género están saturados de clichés, de personajes de cartón piedra con la profundidad argumental de una ameba, y las historias suelen ser una simple excusa para que dos monstruos de proprociones imposibles se den de hostias en una versión de papel maché o computerizada del Tokyo, Nueva York o Hong Kong de turno. Todo esto lo convierte en un género que, a nivel de compromiso social o de historias profundas, podemos calificar en su mayoría como «mediocre». Y, sin embargo, a mí me encanta, y sé que a muchos otros lectores de este comentario también. Me lo pasé como un enano con Pacific Rim y estoy deseando que estrenen la segunda parte. Y soy el primero que reconoce que la película dista mucho de ser perfecta.

En fin, muchísmas gracias por aportar tu visión, como siempre 🙂 Estoy deseando leer más cosas de ti.

erchuster
erchuster 17/02/2017 a las 3:14 pm

Jo, este artículo me ha hecho ponerme a pensar otra vez sobre mis «favoritos» de siempre a ver si no son tan buenos como recordaba. Al menos, We Love Katamari sigue siendo champion.

Liva
Liva 17/02/2017 a las 4:57 pm

Gracias, he intentado defender esta misma opinión durante mucho tiempo a muchas personas diferentes. Me queda especialmente cercano el caso de Quiet en Metal Gear V, la primera vez que aparece pensé «bueno una chica de pechos grandes a la que tenemos encerrada en una jaula mientras hace topples. Fanservice» pero a medida que avanzaba la historia no podía evitar que esta mujer, que casi no habla durante la saga creciera dentro de mi como pocos personajes lo han hecho. Me ha gustado que la hayas destacado a ella en este artículo porque siempre que busco cosas acerca de ella solo hablan de sus pechos sin valorar su peso como personaje dentro de la historia.
La clave está, como bien has dicho en criticar lo malo y valorar lo bueno.

AntonioMagic
AntonioMagic 17/02/2017 a las 7:08 pm

El artículo ha sido muy bueno, pero en los dos-tres últimos párrafos, sin contar el resumen final, has estado repitiendo lo mismo una y ora vez con diferentes expresiones. Se me ha hecho pesado el final por eso, pero lo demás está genial. ^^

ChicoXin (@xinpudi)
ChicoXin (@xinpudi) 17/02/2017 a las 7:23 pm

Bravo!

Pero en mi caso no me molesta la sexualización como los DOA y similares, si fuera a la inversa tampoco. Entiendo a que target va ese contenido y que no es para mí.
Lo que si veo denunciable son las muestras de machismos menos preciando las mujeres o generando su odio.

Lilith Von Krone
Lilith Von Krone 17/02/2017 a las 9:33 pm

Mi juego favorito de lucha es Tekken(más bien soy fanática de Tekken xD) y creo que es de los menos machistas que hay.

Leí una entrevista que dio Katsuhiro Harada (creador) y dijo que él veía en los salones recreativos de Japón que había un gran número de mujeres que jugaban a sus juegos y por ello no quiere centrarse solamente en los jugadores hombres (como hacen otros).

Nunca faltarán personajes sexualizados (véase Christie) o tipo Femme Fatale (Anna Williams) pero también hay algo que siempre recalco, y es sobre el personaje de Nina Williams. Los que no conocen al personaje la tachan de guarra sólo por tener curvas y yo siempre digo que lo que diferencia a un personaje de otro, más que su estética, es su actitud. Y Nina no es como las del DOA con esa actitud de tonta sumisa permanente, es un tía de armas tomar que odia cualquier tipo de contacto humano, así pues…

Momar
Momar 18/02/2017 a las 12:08 pm

Os ha faltado mentar al más machista, malhablado y políticamente incorrecto personaje de todos. El Rey. El pateaculos alienígenas por antonomasia.

Duke Nukem.

Duke Nukem 3D es mi juego favorito (Jódete GTAIII, que Duke se iba de putas y podía matarlas antes que tú). Y no me arrepiento ni lo escondo porque lo tengo claro. Incluso antes de leer este magnífico artículo ya sabía todos estos problemas, ¿y qué? Es el precio a pagar por permitirme pisotear y reventar literalmente a cientos de alienígenas, al tiempo que echas pestes contra DooM, Quake, Halo y Steam (Estos últimos sólo en el Forever) mientras plagias descaradamente a los héroes de acción más famosos y rancios.

Además, desahoga lo suyo.

Leo
Leo 14/03/2017 a las 10:15 pm

Hay puntos buenos y otros que considero malos.

Con lo que no estoy para nada de acuerdo es con tomar (por el simple hecho de existir) un personaje sexualizado como algo negativo. Y no es que no entienda tu punto, pero veo que te acomodas en un solo lado de la balanza. Seamos sinceros, a prácticamente todos nos gustan personas con buen físico y rasgos faciales atractivos.

El sexualizar persones alude a esto para llamar la atención y vender, se hace en todo producto comercial. No es un defecto, ni algo negativo en ninguna obra. Claro que hay excepciones y casos que no tienen absolutamente ningún valor, pero esto por si mismo no es malo.

Y por ultimo, «Creo que es ideal pedirle a un videojuego que explote su máximo potencial, que defienda valores y que llegue lo más lejos posible».
¿En serio consideras que solo pueden llegar a su máximo potencial defendiendo valores? Ponerse a medir la calidad por cánones morales no tiene ningún sentido, es absurdo imponer tales normas para evaluar una obra.

Pasando a lo otro. Siempre defenderé el hecho de que no es lo mismo, ni tienen por que ir de la mano, la calidad y el disfrute personal (cosa que en los videojuegos casi nadie acepta). Hay una mentalidad mediocre y complaciente que simplemente no soporto, «Los videojuegos solo son para divertirte». Como si no hubiera quienes queremos y vemos a allá de eso.

No todos los desarrolladores buscan solo divertir o entretener, hay quienes buscan algo mas contemplativo y estas personas mediocres simplemente los rechazan. Pero que nadie diga que los videojuegos son un juguete para niños pequeños por que todo mundo se ofende.

valkyriered
valkyriered 15/07/2017 a las 8:46 pm

Leo, por un lado, no es lo mismo «sexualizado» que «bello» o «atractivo». La estética es algo que atrae a casi todas las personas y más en las obras de ficción. No obstante, alguien estéticamente bello no tiene por qué estar sexualizado. Esa parte se ve bastante bien en los hombres: pueden ser guapos, altos y fuertes y sin embargo no se venden como un objeto de placer sexual. Tienen un valor más allá de su físico y su valor sexual.

Además, aunque también se sexualizan a algunos hombres y se hace en muchos casos, como bien señalas, con fines «comerciales», este hecho se convierte en negativo cuando se da de manera sistemática y, además, cuando se da de manera sistemática casi exclusivamente en un único género.

Es decir, no es que la sexualización sea mala en si misma, es mala cuando se da siempre que aparece una mujer, por ejemplo. Igual que un recurso en una obra de ficción no es malo (como un plotwist), pero cuando se abusa de él sí que se devalúa la obra (y con la sexualización sistemática femenina, de paso, se menosprecia a las mujeres).

Respecto a la frase que citas, son tres elementos en una enumeración. No son el mismo elemento. Desde mis estudios de teoría de la literatura considero (y por eso utilizo el «creo») que, aunque muchas obras no tienen (ni necesitan) un mensaje social o moral, las obras más completas han reflejado siempre realidades y problemas sociales, denunciándolas y tratando de educar o enseñar, de hacer a las personas mejores o de ofrecer un apoyo para situaciones difíciles. Pero bueno, repito que utilicé ese «creo» porque en todo momento estoy dando mi opinión.

Respecto a tus últimos comentarios creo que no me corresponde a mí decir nada, simplemente que efectivamente calidad y disfrute son cosas distintas y que no considero mediocre a quien solo contempla los videojuegos para divertirse, del mismo modo que no es mediocre aquel que solo utiliza los videojuegos con otros fines que no sean los lúdicos. Los videojuegos son un producto (cultural) y cada cual es libre de emplearlos como desee. Creo que lo único importante en este caso es que todos seamos consumidores responsables y seamos conscientes de qué productos estamos consumiendo y de qué modo lo hacemos.

Un saludo,
valkyrie_red

Emilio
Emilio 23/08/2018 a las 7:43 pm

Excelente artículo.
En el comentario sobre Quiet, debo añadir que además, es la puta ama con el fusil francotirador.👍
Aunque es una pena que sea un personaje tan extremadamente sexualizada.🙁
Es muy buen personaje, pero hay escenas en el juego que sinceramente sobran, es un asco que estropeen un personaje tan bueno sexualizandolo descaradamente en varias cinematicas.😕

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