Caballerosidad que estrangula

Caballerosidad que estrangula

No voy a escribir una biografía sobre cuándo, por qué y cómo empecé a jugar videojuegos porque no lo considero importante para este artículo. Sólo diré que llevo jugando al World of Warcraft desde 2008 y como MMORPG que es, tuve que tratar con muchas personas a lo largo de mis aventuras por Azeroth. Empecé persiguiendo a mi amiga Romualda (nombre ficticio por privacidad), a la que conocí vagando por el chat de Terra entre aficionados a la música y gente extraña y deslenguada.

Es muy sencillo desaparecer en Internet, al menos en aquella época sin redes sociales y con el único nexo de unión común en un messenger que sólo compartías con tus amigos de tu ciudad y con una minoría selecta de Internet. Al menos yo lo hacía así, siempre le tuve mucho respeto a la red, entraba con mil ojos y sólo compartía cosas personales con personas con las que llevaba hablando bastante tiempo.

Una de estas personas era ella, Romualda, con ella compartí muchos momentos hasta que desapareció engullida por un ente desconocido que luego resultó ser ese juego del que siempre hablaban en el canal #Camelot del Terra. Cuando conseguí un ordenador decente, decidí seguirla, siempre me habían gustado este tipo de juegos y la echaba de menos. Así fue como me sumergí en el cuerpo de una troll azul con trenzas y una gran cresta roja como la sangre.

Corría por los terrenos naranjas de Durotar con mi arco, mis flechas y mi mascota Raskolnikov, un leopardo deforme que ella me ayudó a capturar. Esos días jugando juntas forjamos unos lazos bastante fuertes y me incluyó entre la gente de su hermandad. La líder era una chica que manejaba una fornida orca guerrera y tanqueaba todo aquello que se le ponía por delante. Quizá por eso estuve protegida y cómoda desde un principio, no lo sé.

En aquellos años no existía el buscador de mazmorras, por lo tanto el factor social con la gente de tu propio servidor era muy alto, sobre todo si querías hacer alguna instancia por medio de tu progresión de subida de nivel. Ahí fue cuando salí por primera vez de la protección de mi clan, mi líder y mi amiga Romualda y me enfrenté al ecosistema social de Minahonda, mi servidor.

Conocí a varias personas en el proceso, la mayoría chicos y por lo general no tuve ningún tipo de problema con ellos. Al principio dudé si hacerme pasar por chico, pero finalmente me resultaba más cómodo hablar en femenino y probé suerte. Me fue bien, nunca me discriminaron por mi sexo aunque llegué a vivir una situación incómoda con uno de mis compañeros de mazmorras habituales.

Me regalaba cosas que yo no pedía, me hablaba constantemente, trataba de ayudarme sin yo pedirlo. Y diréis, no es tan malo. ¿No lo es? Imaginad que un día queréis hacer vuestras misiones tranquilos pero de repente vuestro chat se llena de saludos insistentes y de consejos que no has pedido, tu buzón con objetos que no quieres aceptar porque no te gusta deberle nada a nadie. Tampoco es tan terrible ¿verdad? Puedes bloquear a ese usuario y se acabó el drama.

Imaginad que ese usuario decide crearse otro personaje y hacer lo mismo que hacía con el que bloqueaste, porque por aquél entonces no se podía bloquear toda la cuenta. La cosa empieza a ponerse fea. Ahora imaginad que os pasa eso y además otros miembros del clan de esa persona deciden perseguirte e insultarte por los distintos mapas del juego. ¿Por qué? Porque decidiste cortar una relación con un chico que quería algo más de ti de lo que tú podías darle.

Esta por suerte no fue mi experiencia, lo mío en este caso se quedó en una persona que creía que por ser mujer tenía que regalarme cosas y ayudarme sin yo pedirlo. Este fue un caso cercano, el de Romualda, hasta que pusimos cartas en el asunto y lo denunciamos a los moderadores.

Cuando te pasan este tipo de cosas, comienzas a dejar de ser tú misma. Cuando ves que si eres un poco simpática te pueden malinterpretar y se dan situaciones muy incómodas, empiezas a tratar a los hombres con cautela e incluso con desplantes. Cuando un ex compañero de hermandad se enfada contigo porque te susurra 20 veces hola mientras estás en raid y no puedes contestarle, te planteas a quien premias con tu simpatía.

Pero esto no lo aprendí en el WoW, esto viene de antes, desde que eres pequeña y te van sucediendo este tipo de cosas. Claro que no es lo mismo que un tío me hable y sea simpático conmigo, que me regale cosas sin pedirlas y que esté pendiente de mí a una mujer que sufre violencia de género. Hay grados en todo en esta vida. Pero llega un punto en el que no entiendes por qué tienes que pasear incómoda por la calle con una falda por encima de las rodillas porque algunos tienen el impulso de decirte cosas que ellos consideran piropos.

Cuando te pasa un día, puede que hasta te suba el autoestima y vayas más contenta para casa, cuando te pasa 1000, con burradas por medio e incluso algún tocamiento “inocente”, algo en ti se rebela. Lo mismo en el WoW y en cualquier situación en la que haya interacción social.

Estas situaciones se fueron repitiendo a lo largo de mis años de juego, entrar a canales de voz, decir una palabra y tener el chat repleto de saludos masculinos, chicos enfadándose porque no les daba la atención que ellos consideraban necesaria. Malentendidos porque un día le propones a un chico realizar una actividad en el juego, y al día siguiente decide que quiere irse a tu ciudad a conocerte.

Por separado parecen cosas triviales, tonterías aisladas, pero cuando se repiten hasta la extenuación incluso cuando decides dejar de ser simpática y empezar a poner 10 barreras delante de ti y cualquier chico que llegue nuevo a tu círculo, se alza la pregunta. ¿Por qué yo no puedo jugar igual de cómoda que un chico? ¿Por qué tengo que plantearme el hacerme pasar por un chico para ahorrarme dramas? ¿Por qué tengo que ser borde para que no haya malentendidos?

Aún así me considero afortunada, nunca me discriminaron por mi sexo ni dudaron de mi habilidad a causa de esto. Nunca me acusaron de conseguir nada sólo por ser amiga o novia de un chico. Incluso puedo afirmar sin casi dudarlo, tened en cuenta que llevo muchos años y muchas conversaciones, que jamás utilizaron nada relacionado con mi género para insultarme dentro del World of Warcraft. Soy afortunada sí, porque aunque esto debería ser lo normal, sí que conozco varios casos de chicas a las que les ocurrió alguna de estas cosas en el WoW. Eso sí, del paternalismo y el acoso, pocas nos libramos.

También viví la experiencia de ser líder de hermandad y en mi caso se me trató siempre con respeto y no se cuestionó mi autoridad en ningún momento. Tampoco cuestionaban las decisiones de mi primera jefa de hermandad, la fornida orca guerrera. Lo que quiero decir con esto es que puede que tú, jugador del WoW que me estás leyendo, no perpetres ninguna de las malas acciones que describí en este artículo pero hay muchos, demasiados, que sí y os puedo asegurar de que te arruinan la experiencia de juego.

Te hacen sentir vulnerable, incómoda e incluso culpable en muchas ocasiones porque piensas que quizá estás siendo borde con una persona que sólo quiere ayudarte. Una persona que quiere ayudarte desesperadamente aunque tú no lo hayas pedido y que te persigue sin compasión hasta que te obliga a ser borde para deshacerte de sus excesivas atenciones.

A modo de final dejaré estas frases. A veces me gusta jugar sola y conseguir las cosas por mí misma. A veces soy simpática y eso no significa que quiera nada contigo ni de ti, sólo es educación. No necesito que me regales cosas por ser mujer, yo tampoco te las regalaré por ser hombre. Tampoco necesito que me expliques a tu manera algo que ya sé. A veces sólo quiero jugar tranquila y establecer vínculos de amistad con mis compañeros de juego sin que nadie me acuse de estar “zorreando”. En definitiva como tú, aficionado a los videojuegos, quiero jugar cómoda y siendo yo misma sin miedo a malentendidos. ¿Soy rara?

 

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isanonisa
isanonisa

8 comentarios
Pacho
Pacho 30/07/2017 a las 11:38 am

No, eres indudablemente humana y quieres lo mismo que el resto, hacer las cosas a tu aire.

Triste es darse cuenta de cuando poco hemos mejorado a la hora de tratar a la otra mitad de la humanidad con el mismo respeto con el que («debieramos», pero esto es otro tema…), tratarnos a otros mismos.

Un saludo y a seguir siendo tu misma.

Lilith
Lilith 30/07/2017 a las 11:46 am

Yo soy bastante introvertida, eso de ponerle a los demás 10 barreras y medir a quién premio con mi simpatía se lo llevo haciendo toda la vida a todo el mundo sin importar sexo, raza o edad xD

Yo me he dejado media vida jugando a Lineage 2, he sido líder de clan y mis órdenes se seguían porque alguien tiene que organizar lo que se va a hacer, si no, todo es un fracaso. Y cuando la gente ve que tus estrategias son buenas, una de dos, o las siguen gustosamente o te envidian por ser mejor que ellos y se largan del clan. Cualquiera de las dos me vale XD

Siempre he jugado en inglés, por lo que se tarda más en descubrir si la persona que está al otro lado es mujer u hombre. Mi momento favorito es cuando voy a hacer un PVP, gano a la otra persona y me suelta un «awesome, bro». Entonces le digo que de bro no tengo nada y como sé que a muchos les pica, les digo con recochineo «te ha ganado una mujer» xDDD Me encanta.

Lucybell Haner
Lucybell Haner 30/07/2017 a las 12:33 pm

Oh, dios, ¡qué horror!
Me ha pasado así que te entiendo. Como no me gusta ocultar que soy mujer, cuando lo digo me suelen llover o insultos o paternalismos de este tipo. ¡Qué pesadilla!
Yo al WoW no he jugado nunca, mi experiencia en el LoL es que cuando vamos perdiendo siempre intentan echar la culpa a alguien del equipo como si fuese un inútil y los demás no la hubiesen cagado (o el otro equipo sea jodídamente bueno, que esa es otra) y normalmente me llueve a mí, por ser mujer. «Hazme un sandwich», con ración extra de cianuro, marchando.

Girlgamer14015
Girlgamer14015 30/07/2017 a las 12:42 pm

Muchas veces la llamada caballerosidad es un disfraz de acoso a gran escala. Lamentablemente online a sabiendas de que no van a ser descubiertos muchos energúmenos deciden que es mucho más divertido jugar a ser un imbécil que jugar al propio juego. De todas las comunidades online, el Wow es de las más suaves en este aspecto, y aún así, tenemos historias que parecen de ficción.

Demian
Demian 02/08/2017 a las 7:54 am

Honestamente, a mí me aburre jugar sólo con hombres, así que cuando me cruzo con mujeres, soy amable y las veo como potenciales nuevas amigas. Lo que nunca he hecho es intentar seducirlas, ya que estoy consciente de que ese es un mal que todas las gamers padecen.

Creo que quienes caen en eso, son hombres necesitados, incapaces de conseguir una novia. Y sí, el paternalismo y los regalos son meros chantajes a los que recurren estos sujetos desesperados.

fanpire22
fanpire22 03/08/2017 a las 5:49 pm

La verdad es que a mi me han pasado muchas de las situaciones que cuentas y es una de las razones por las que al final he terminado rehuyendo el hacer nada con gente que no conozca antes fuera del mmo…

Y es un asco, porque te fastidia la experiencia de juego, te hace ver todos los comentarios con lupa y terminas dudando de las intenciones de muchos jugadores.

Y al final, cuando no tienes nadie con quien jugar por eso de cerrarte en banda, te vas del juego, porque se hace aburrido. Es una lacra, vaya, que haya gente que nos cause este tipo de situaciones.

Diani
Diani 16/08/2017 a las 1:57 am

Me ha pasado lo mismo desde que estoy jugando World of Warcraft en servidores oficiales, eh tenido 2 experiencias muy desagradables, la primera conocí un Chileno el cual al comienzo me ayudo prestándome oro para las necesidades básicas del juego, luego de devolverle el oro prestado me dijo que si quería ser la novia, se me hizo muy raro porque no lo conocía, ni yo a el ni el a mi, ademas estábamos en países distintos, me dijo que quería que fuera la novia virtual de el dentro del juego lo cual me pareció agradable y acepte, en las próximas horas comenzó a hablarme de manera morbosa y tratar de tocar temas de sexo, lo cual le llame la atención pidiéndole respeto, pero la excusa de el era que los novios hacían eso y tenia que seguirle la corriente, lo cual me enfureció bastante y lo bloquee. Y la segunda, entre a una hermandad y hacia parejas con todos los de la hermandad para hacer arenas, hasta que alguien (una persona conflictiva dentro de la hermandad) me dio grupo para ir a arena y acepte pues con todas las personas me hablaba, cuando entramos lo mataron de dos golpes y sucesivamente también me mataron, le hice el reclamo de manera normal que se había dejado matar muy fácil y se molesto diciéndome que tenia latencia y me dijo «Si no tuviera latencia, también te parto a ti Pu.. de Mier.., mejor vete a lavar platos a la cocina y muchas vulgaridades mas», hasta me amenazo de muerte y me hizo expulsar de la hermandad. También tome la opción de muchas, que fue jugar sola y conseguir las pocas cosas con mi propio esfuerzo.

Layneechan
Layneechan 15/11/2018 a las 9:57 am

No estas sola. Recuerdo mis primeros años en los juegos online… Jugando a uno tipo wow estaba el tipico que te regala cosas sin saber bien porqué o sin pedirlo. A mi no me hacia gracia porque es algo que puedes conseguir por ti misma y a veces se aprovechan de que no conoces el juego para regalarte algo que parece la ostia pero en realidad no. Es algo que he visto y me han contado otras compañeras… Pero la primera vez que sufrí algo de este tipo… Lamento decirte que yo si sufrí discriminacion por mi género. Allá por los tiempos del Halo 1 en pc, jugando online, como generalmente tenia un nombre ambiguo no me habia pasado nada, hasta que puse un nombre femenino…. Recuerdi perfectamente lo que pasó. Nada mas entrar en partida empecé a jugar y a hacer lo propio, estabamos en modo «asesino por equipos». Como maté a varios del equipo contrario con oneshot, empezaron a insultarme por el chat, diciendo que no querian mujeres que me fuera (no fue hasta que vieron que era buena que empezaron a hacerlo) y demás insultos. Inmediatamente se cambiaron de equipo (si tu equipo no estaba a full permitia hacerlo) y a perseguirme y dispararme con fuego amigo, que aunque no me mataba molestaba bastante. Hasta que al final salí expulsada de la sala por el que habia creado la partida, vamos… Que otro gilipollas más… Todo esto en menos de 5 minutos, diversas experiencias parecidas provocaron que dejase de jugar un tiempo, y solo para que al volver, nunca revelar que era mujer…

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