Agatha Christie, lluvia y mantita

Como ya se avecina esa estación en la que el frío invita a quedarse en casa, bien abrigadas y bien de chocolate calentito, os traigo el primer artículo de algunos más, acerca de mis favoritos para el invierno.

Esta aventura para Wii, «Agatha Christie: … Y no quedó ninguno», fue diseñada por Lee Sheldon en 2005 y desarrollada por The Adventure Company y AWE Games, con la novedad de que lo del point and click era literal. Apuntabas con tu mando tan ricamente para realizar las acciones sin tener ni que sacar la mano entera de debajo de la manta, ¡ah! Los avances tecnológicos en el mundo del videojuego, eh?

Todo empieza con una cinemática con un niño molesto y un señor gruñón con cara de pocos amigos, entre otros personajes, aparentemente sin relación alguna, en un tren. Lo siguiente que vemos es un trapicheo en la carretera y, finalmente, una lista y un vaticinio: Al final el criado siempre es el culpable.

El elenco, definitivamente, coincide en un embarcadero y son llevados en una lancha, de la que eres el barquero suplente y protagonista, a una mansión en la isla de los Naufragios,  a la que han sido invitados por un tal Ulrich Norman. La tormenta que se avecina huele ya a novela negra. Tu nombre es Narracot y no has llegado a la isla de la que ya estás deseando volverte.

Hasta aquí todo muy normal para un título basado en la novela Diez Negritos de Agatha Christie. Y si la conocéis probablemente ya os estáis imaginando de qué va este juego, incluido en mi lista de juegos de manta y palomitas. Básicamente te dedicas a ir husmeando por toda la mansión después de que, de forma misteriosa, tu barca haya sido saboteada justo antes de una tormenta… Todo muy casual.

La dinámica del juego es sencilla, te mueves por la casa copiando cualquier información interesante en tu libreta, como buen fan de las novelas de Agatha Christie y de la serie «Se ha escrito un crimen», por lo que pueda ser, y a ir recogiendo cosas importantes como linternas, pilas, libros o tu buen queso. En tu inventario cuentas con unos amables huecos y justo debajo una lupa y una tuerca que hará que puedas cotillear notas que encuentres o que le puedas poner pilas a tu linterna, cuando no estás ocupado pegando la oreja en las puertas para llevar la investigación al siguiente nivel.

El movidote empieza cuando los invitados se sientan en el salón después de cenar para echarse su copita y empieza a sonar un gramófono de donde sale la supuesta voz del anfitrión ausente, nombrando a cada uno de sus invitados y los asesinatos de los que son acusados, así, de golpe, sin anestesia.

Consta de diez capítulos, cada uno de ellos renombrados de forma acorde a la temática. El argumento está tratado con mimo, hay puzles ingeniosos, otros son un suplicio, que te llevarán por puertas secretas a rincones escondidos; y la ambientación con el efecto de lluvia de fondo está bastante lograda, aunque, como en las mejores casas, hay fallos.

Hay momentos en los que la banda sonora puede ser algo soporífera, el modelado de los personajes se queda atrás, y la inclusión de movimientos del mando, como el gesto de abrir puertas, podría desembocar fácilmente en una tendinitis de Quervain. Desde mi humilde punto de vista, lo peor es la longitud de alguno de los textos, los gráficos, que incluso hace algo más de diez años me rechinaban, y la lentitud que representa moverse de un lado a otro para realizar acciones que no te dan beneficio pero que si no las realizas en el momento justo no puedes cerrar el capítulo.

Como buena aventura tenía dos finales posibles… PERO. Estos dos finales nos llevarán también a cuatro “subfinales” más y estos al “Final Real” al más puro estilo Christie, oscuro y lleno de giros sorprendentes, pero no lo destriparé más por si os pica el gusanillo y os animáis a recuperarlo.

Sin duda, si os gusta este género, los puzles y el misterioso mundo que creó esta escritora, no lo dudéis ni un momento, es una buena opción de domingo para evitar las películas de sobremesa.

Por lo que pueda ser, tened a mano un buen paraguas.