Esto es South Park. Aquí no nos gusta la gente como tú

Esto es South Park. Aquí no nos gusta la gente como tú

Hace no mucho nos llegó “South Park, Retaguardia en peligro”, la segunda entrega de lo que se está convirtiendo en una prometedora saga ambientada en la serie homónima. ¿Es mejor? ¿Es peor? Desde luego, es una evolución más que razonable.

La historia comienza justo al final de la historia del juego anterior, “La vara de la Verdad”, encarnando al mismo personaje, el Niño Nuevo. Esta vez, sin embargo, dejamos atrás la temática de fantasía medieval para sumergirnos en el asombroso mundo de los superhéroes mientras ayudamos a los chicos a ganar dinero para financiar la franquicia multimedia definitiva.

Esta segunda parte incluye varias mejoras significativas con respecto al juego anterior. Para empezar, contamos con más del doble de clases jugables para elegir, sumando un total de nueve, pero además, podemos cambiarlas y combinarlas a nuestro gusto según avancemos, de manera que tenemos a nuestra disposición 36 habilidades y efectos únicos, sin contar las habilidades especiales de los demás personajes que nos acompañan.

Por otro lado, las nuevas habilidades pedorreicas del Niño Nuevo son mucho más sencillas de controlar y aprovechar. La carga de complejidad está en saber qué usar y cuándo, en lugar de en unos controles poco intuitivos. Todo esto acompañado de las apariciones estelares de amigos y compañeros que te ayudarán a resolver todos los puzles del pueblo (aviso de ligeros spoilers si se avanza más allá de esta zona).

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El sistema de combate, clásico RPG táctico

Sin embargo, el mayor cambio, y la razón de este análisis, es la capacidad de personalizar por primera vez a nuestro personaje en aspectos más allá de lo estético. En nuestra hoja de personaje podemos ir añadiendo detalles como nuestro género, nuestra atracción sexual, raza, etnia o religión; mientras que durante la creación del personaje podemos definir, entre otras cosas, el color de piel.

La mayoría de estas elecciones son irrelevantes en lo que a jugabilidad respecta, pero aparentemente un color de piel más oscuro o una elección de género distinta a “chico” hacen que obtengas algo menos de dinero durante las misiones o que necesites más experiencia para subir de nivel. Algunos personajes hacen referencia a estos datos en sus conversaciones, pero como digo, no tienen peso en la forma de jugar ni en la dificultad de los combates (para eso hay un selector de dificultad del juego).

En palabras de Eric Cartman,

 

“Tranquilo, esto no afecta al combate. Sólo a todos los demás aspectos de tu vida.”

 

Mucha gente pasará por esta columna preguntándose “¿Es este juego de South Park racista? ¿Es transmisógino como he oído?”. Sí. Por supuesto que sí. Si eso es todo lo que queríais saber, ya podéis dejar de leer. De hecho, creo que no era necesario leer más que el título. Pone South Park. Ya sabéis lo que eso implica. Lo realmente interesante no es que lo sea, porque eso estaba garantizado, sino cómo o por qué lo es.

Y es que aquí radica la gracia de South Park, en esa suerte de honestidad que, a través de sus distintos personajes, espeja la realidad. No pretende decirnos qué pensar, ni cómo actuar, sino eliminar los filtros y obligarnos a cuestionar las acciones de todos los que nos rodean. Todo ello, por supuesto, sazonado con altas dosis de fantasía y asco.

Actualmente, South Park existe en un extraño equilibrio en el que las hordas de la “incorrección” critican que se hayan “vendido ante las exigencias de la corrección política” y los liberales de sofá critican cualquier representación no idealizada de una problemática social, en lo que la alegoría clásica llamaría “señalar el problema y mirar el dedo”.

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Mi hoja de personaje, completa tras el final del juego

Nos encontramos, por tanto, ante un reflejo de la sociedad distorsionado por la ausencia absoluta de límites. Así, nos enfrentamos a una larga lista de agresiones misóginas, racistas, homófobas y tránsfobas, en su mayoría provenientes de Cartman, los abusones de sexto y del desconocimiento/desinterés de los adultos.

Sin embargo, también tratamos con una serie de personajes preocupados por incluir al resto y por hacer sus vidas más fáciles, liderados por Timmy y Token; y con Wendy, que siempre se esfuerza por tratarnos con respeto y hacernos sentir bien, sean cuales sean nuestras elecciones.

A todo esto se une el esfuerzo de incluir en los subtítulos la variedad que le falta al doblaje en estos casos. Al ser el inglés un idioma mayoritariamente neutro, una gran cantidad de vocablos son indistinguibles en su género morfológico y son aplicables al personaje que crees sin caer en problemas de identificación. Así, al llevar esto a un lenguaje con distinción de género, se crea una situación en la que habría que duplicar gran parte del doblaje para acomodarse a estas diferencias, cosa que en este caso no se ha hecho. Por esto, los subtítulos han sido algo que me ha resultado muy satisfactorio a la hora de jugar, ya que sí se ha incluído ahí el cambio de género y otros muchos detalles que se pierden en el doblaje.

Por tanto, no puedo hacer otra cosa más que recomendaros jugar y que juzguéis a título personal. ¿Vais a encontrar situaciones problemáticas? A raudales. ¿Significa eso que el juego/la serie promociona valores y actos negativos? Desde mi punto de vista, no. Justo lo contrario, me parece un buen material sobre el que reflexionar y crear un comportamiento más adecuado, justo y respetuoso con los demás, sean quienes sean.

Misoginia, violencia policial, fetichización de la homosexualidad, problemáticas del trabajo sexual… Hay tanto material de reflexión que podría estar aquí una eternidad, haciendo cientos de columnas hablando de cada uno de ellos de manera individual. No obstante, mi intención hoy no es esa, sino que pretendo ofreceros una visión general para que sepáis con qué podéis encontraros y cómo deberíais afrontarlo, siempre pensando en aunar disfrute y crecimiento personal.

Por un lado, no me hace especial gracia la “equidad” a la hora de enfocar la violencia contra todas las elecciones independientemente del contexto, porque es muy insensible equiparar la respuesta social (especialmente en un contexto americano) contra una chica trans, un chico gay negro o una persona de religión no cristiana a la que pueda recibir un tío cishet blanco meramente por existir.

Sin embargo, por otro lado me encanta la mecánica de las microagresiones, que facilita al jugador reconocer actitudes dañinas innecesarias en su día a día. Todos mis amigos han jugado a este juego, y mientras que al principio hablaban de las microagresiones como algo absurdo, en tan solo unas semanas lo utilizan de manera intuitiva para llamar la atención sobre insultos y comentarios hirientes que no tienen por qué usarse en un contexto social normal.

Así, me despido con un balance positivo. South Park, Retaguardia en Peligro es un juego divertido, con buen gameplay y que puede daros mucho más material de reflexión del que podíais imaginar a primera vista, tanto en racismo como en homofobia o (trans)misoginia. Por ello, mi último consejo es: salid de vuestra zona de confort. Cread un personaje nuevo, diferente a vosotros, experimentad con un sistema que os da opciones variadas. Seguro que lo pasáis bien.

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South Park te necesita a ti

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darukucelsius
darukucelsius

Juego a todo lo que se puede y más. Dame un RPG y no salgo de casa. Ser fangirl no va conmigo, pero el hype nos cambia a todas.

2 comentarios
Rena
Rena 11/01/2018 a las 11:59 am

Me interesaba mucho tu opinión y como imaginaba, he salido satisfecha.

Asis Amaury Cicler (@AsisAmaury)
Asis Amaury Cicler (@AsisAmaury) 11/01/2018 a las 12:19 pm

Muy de acuerdo en como este juego presenta más de lo que la gente piensa, comedia irreverente, y de como a través de las situaciones a las que te expone te invita a probar diferentes rasgos de un personaje. En resumen muy de acuerdo con el análisis.

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