Risas y palizas: el encanto de Yakuza 0

Quién me iba a decir a mí cuando tuve en mis manos por primera vez la carátula de Yakuza 0 que este juego centrado en el mundo criminal japonés iba a ser uno de los juegos más wholesome con los que me haya topado jamás. Sí, claro, ya conocía la saga de antes y algunos de mis mutuals de Twitter estaban pasándoselo pipa con ella (guiño, guiño @cecilos), pero aun así no esperaba encontrarme algo tan bonito.

Eso sí, no lo parece de primeras. Este juego empieza literalmente con nuestro yakuza protagonista, Kazuma Kiryu, propinándole una paliza bestial a un moroso; toda la trama gira en torno a rencillas internas de los mafiosi, inmobiliarias fraudulentas, sobornos, asesinatos… Y de por medio, una buena ración de hostias. La historia no es precisamente un festival de la alegría. De hecho nuestro yakuza boy nº1 Kiryu se pasa gran parte del juego amenazado de muerte y nuestro yakuza boy nº 2 Majima casi lo mismo.

Hay cierta disparidad de calidad en las cutscenes, pero por lo general son impresionantes. (Fuente)

Pero al margen de un argumento principal bastante serio (y apasionante) empieza la magia:  hay todo un microcosmos de tontería adorable. Canciones horteras de karaoke, máquinas de coger peluches cuquis, carreras de cochecitos de scalextric, bailes en la discoteca con música ochentera… Yakuza 0 cuenta con un trillón y medio de minijuegos a los que se les ha puesto mucho cariño. Además sorprenden los trabajadísimos metajuegos de la inmobiliaria de Kiryu y el cabaret de Majima, que cuentan hasta con sus propias subtramas y personajes exclusivos. (También se han currado mucho las peleas de gatas, las chicas de compañía basadas en idols reales, la línea caliente…).

Y ahí no se queda la cosa, nuestros yakuzagales no pierden el tiempo y también se meten en muchas misiones secundarias, sinceramente, las mejores que he visto jamás en un videojuego. Todas son de lo más rocambolescas: que si infiltrarse en una secta sacacuartos, ayudar a una dominatrix tímida a ser cruel, fingir ser el novio de una desconocida… Pero tras los «jijijajá» que provocan inicialmente estas situaciones se esconden historias que, en lo poco que duran, te llegan al corazón. Todas tienen su toque de inocencia y bondad, que tienen en el fondo Kiryu y Majima también.

Yo también me lo pregunto de vez en cuando. (Captura propia)

Hay quien puede llamar a conseguir un peluche de ardilla para una niña y acto seguido zurrar a unos bellacos con un bate “disonancia ludonarrativa”, o decir que si quieres mantener la fachada de malote de un protagonista no lo puedes poner a dar palmas en un karaoke.  Sí, los Yakuza serían más noir si no tuviesen tantas coñas pero no serían ni la mitad de divertidos ni encandilarían tanto. Precisamente por los elementos cómicos tienen más peso los momentos dramáticos.

Esto es algo que he notado sobretodo en otros juegos japoneses, el mezclar de forma cáustica géneros tan opuestos: en Danganronpa, por ejemplo, los personajes estrambóticos, la sangre rosa y el gore se dan la mano; Deadly Premonition, en el que se investiga un caso truculento a lo Twin Peaks, empieza con un chiste BDSM sobre Tom & Jerry y si abrimos el melón de los Metal Gear nos dan las uvas. No es casualidad que sean juegos a los que yo (y mucha otra gente) les tengan mucho cariño. Se les nota menos miedo a la hora de poner a sus protagonistas a hacer tonterías, no les importa que no se les vaya a tomar en serio. Irónicamente, esto hace que me parezcan juegos más maduros.

Cuanto menos os explique el contexto, mejor. (Captura propia)

Por supuesto esto no es un feudo exclusivo a los videojuegos nipones: la saga GTA tiene su peculiar sentido del humor sarcástico hasta las trancas, los Fallout no se quedan cortos tampoco y en el Brújer Witcher 3 tenemos el gran regalo que es Geralt borracho. Sin embargo en Occidente la balanza del humor se cierne más hacia el sarcasmo voraz en vez del mamarracherío naif que predomina al otro lado del mundo.

Frente al pesimismo imperante en muchos juegos hoy en día con ese poso de “el hombre es un lobo para el hombre” prefiero juegos que me digan que se puede creer en cosas bonitas. Que con lo mal que está el mundo lo último que necesitamos es más desesperanza. En Yakuza 0 hay mucha mala gente (de esa que cae fatal) pero nuestros yakuza boys, Kiryu y Majima, siguen confiando en la bondad de las personas por muchas faenas que les hagan.

Sé buena gente. Sé como Kiryu y Majima.

Get you a man who can do both. (Fuente 1, Fuente 2)

(PD: CDProjeckt, ¿para cuándo un DLC de karaoke para el Witcher?)