Mujer y gamer (en Twitter): Guía de supervivencia

Internet y la globalización nos han traído cosas muy buenas: la capacidad de estar conectados con cualquier persona en cualquier lugar del mundo, acceso inmediato a información, actualidad, libertad, etc. Sin embargo, por las mismas vías y motivos por los que hemos logrado tantos beneficios, se han generado también ciertos problemas que, aunque ya existían fuera de la red, han encontrado en esta un caldo de cultivo ideal.

Soy millenial. Tengo redes sociales. Tengo Facebook, Instagram y viví la época del Tuenti y el messenger. Cuando el messenger no era la aplicación de chat de FB. Tengo WhatsApp, Telegram y Snapchat. Tengo hasta la lista de la compra en una aplicación monísima de notas. Vivo pegada al teléfono móvil e interacciono a diario con personas que viven a kilómetros de distancia.

También soy Tauro y odio la arena, como Anakin Skywalker (lo de la arena, lo del signo zodiacal ni idea).

La cuestión es que, como mujer de mi época (que vivió los tiempos en los que una llamada telefónica te tiraba internet y te fastidiaba una descarga que llevaba activa ocho horas), tengo, entre todas las cosas, Twitter.

Twitter es, como diría Nicanor Parra refiriéndose a su persona, «una mezcla de vinagre y aceite de comer».

En definitiva, Twitter es un reducto en el que se pueden encontrar cosas y personas maravillosas…. y terribles. Quizás por su carácter dialogado y breve, mucho más público que otras plataformas como Facebook y con una voluntad de compartir e intercambiar opiniones e información que Instagram, Twitter es el espacio ideal para las agresiones verbales, para los insultos, las humillaciones o, simplemente, para que cualquiera dé su «opinión», no importa lo ofensiva o irrespetuosa que esta sea; no importa que seamos perfectos desconocidos; «esto es un lugar público, si no quieres que te critiquen no escribas».

Esto en FB no pasa: solemos tener una configuración a través de la cual solo nos pueden leer/contestar aquellas personas cuya solicitud de amistad hemos aceptado previamente. En IG, aunque puede pasar en forma de comentarios en nuestras imágenes o mensajes privados, el carácter visual y el formato del mismo hace que, al menos, no se establezca un diálogo de igual a igual, sino, en todo caso, una agresión en MI post a través de los comentarios, estableciendo una categoría entre la persona que publica la imagen y quienes acuden a la publicación DE ESA PERSONA.

Sin embargo Twitter, aaaaah, Twitter. Conecta a personas que no se conocen entre sí, permitiendo una comunicación directa entre ambas sin ningún tipo de restricciones.

(Sí, ya sé que puede ponerse en candado la cuenta, pero voy a obviar esa situación ya que, la mayoría de las personas que utilizan una cuenta candado lo hacen, precisamente, para evitar estas situaciones/protegerse del carácter público de TW).

Twitter, además, funciona por círculos, redes de influencia/contactos que se amplían según se aumentan los contactos/influencia de nuestros seguidores. Podemos llegar a una persona totalmente desconocida si un conocido nos da RT. Podemos ver el contenido de terceros gracias a las interacciones de aquellos a quienes seguimos. Y estos círculos suelen establecerse por temática, ideología, gustos personales, etc.

El terrorífico combo de videojuegos+feminismo debe ser uno de los círculos del infierno que Dante olvidó incluir en su  Divina Comedia.

(Por ahí, entre los herejes y los traidores, debemos estar las mujeres que osamos interrumpir la paz con nuestras quejas)

Existe el entorno (en TW) de los videojuegos: cuentas y cuentas de información, actualidad, noticias, crítica, etc. sobre videojuegos.

Existe el entorno feminista de videojuegos (en TW), que viene a ser lo mismo que lo anterior, pero poniendo un especial énfasis en denunciar y señalar todos los reductos machistas del entorno videolúdico. Porque, señoras y señores, vivimos en una sociedad machista y, el mundo de lo videojuegos, es también BASTANTE machista.

Es por ello que la aplicación del feminismo en el ámbito videolúdico se hace necesaria, no para castigar o humillar, sino para reformar. Para convertir este espacio y esta actividad en entorno de acogida también para la mujer. Para cambiar, si no los propios juegos y su visión y proyección de la mujer, sí a los jugadores. Para informar y enseñar respeto.

Entonces, ¿por qué iba a ser esta maravillosa utopía un círculo del infierno?

Pues porque todo cambio requiere una confrontación, una incomodidad mínima en la que somos conscientes de aquello que hacemos mal y decidimos tomar cartas en el asunto.

Y esta incomodidad es más de lo que muchos pueden soportar.

En el ámbito feminista de videojuegos he encontrado gente maravillosa y, lo más importante de todo, un espacio. Un espacio en un lugar donde pensé que solo podía callar y otorgar.

Sin embargo también he encontrado la rabia de aquellos que no quieren asumir un cambio que habla de respeto y tolerancia. He encontrado insultos y amenazas. Frustración y, sobre todo, mucha gente ignorante y enfadada.

Por eso traigo hoy una pequeña guía de supervivencia. Porque hay argumentos que se repiten, hasta la saciedad, tanto que todas y cada una de las mujeres (y parte de los hombres) habréis escuchado (*leído*) más de una vez por las redes (AKA Twitter). Y como la vida hay que tomársela con humor, vamos a realizar un breve recorrido por los excelsos argumentos de tan ilustres personajes.

1) «Dónde están las mujeres gamers, que yo las vea»

Este es el típico argumento de: «No hay mujeres jugando a videojuegos» que encuentra su variante en el sorpresivo: «¿¿PERO QUE ERES MUJÉN?? SI LAS CHICAS NO JUEGAN VIDEOJOEGOS».

Su intención es invalidar cualquier argumentación femenina que tenga que ver con los videojuegos porque claro, las mujeres no existen en su mundo. Quizás no existan ni en su vida. Las mujeres son las madres y el resto, leyendas urbanas.

2) «No te quejes, demuéstralo»

Esta es la evolución del argumento previo. Una vez reconocida la existencia de la fémina (probablemente haya intervenido un antropólogo en el proceso), se pasa al siguiente nivel: «Vale, eres mujer. Pero no te quejes de las cosas, actúa».

Y verás, cielo mío, quejarse ya es actuar. Una queja YA es una demostración. ¿O es que quieres un acta jurada?

Este argumento lo he escuchado HASTA.LA.SACIEDAD en entorno competitivos. No puedes quejarte de la situación de la mujer en eSports, TIENES que conseguir tú los logros. Si te quejas pero no eres PRO PLAYER tu queja no vale.

Este es un argumento AD HOMINEM de manual: «No puedes quejarte de la situación de las mujeres en el ámbito competitivo profesional porque no eres una de ellas».

Pues verán, tampoco soy pobre y comprendo la gravedad de las situaciones de pobreza. Ni por no pasar hambre niego que exista el hambre en el mundo. Así que no, no tengo que demostrar nada ni «actuar» para que mi queja sea legítima. Gracias.

3) «VICTIMISTA»

Este me mata. Cuando 1) y 2) fallan, pasamos a 3). Insultar, pero ojo, no un insulto cualquiera, un insulto que invalide toda crítica o queja. Porque esto no va de hacer daño (que también) va de anular y quitar cualquier tipo de razón o poder a estas mujeres. Que todavía no estamos muy seguros de si son mujeres de verdad o droides.

Nos han pillado, nenas, reculad. Se han dado cuenta de que era todo un farol.

4) «LA BIOLOGÍA»

Sí, señor. Dios Todopoderoso nos dio la habilidad de parir y sangrar a voluntad a cambio de no poder ser buenas en ninguna habilidad más allá de los límites de la sacra cocina (?). O eso es al menos lo que deben pensar todos aquellos que defienden las diferencias genéticas como base sólida para aseverar que las mujeres SON PEORES. Así, en general. Ojalá la cencia funcionase como cada uno quiere, en mi caso yo impartiría la selección natural a diestro y siniestro.

5) «Es que las mujeres distraen»

En equipos competitivos, en clanes, en la vida en general. Es muy complicado concentrarse si tenemos al lado una mujer con sus cosas de mujer haciendo el mujer. Y por eso las dejamos fuera. No es como si, quizás, tuviesen que aprender a controlarse los mandriles y, quizás, deban ser ellos los que se queden fuera. ES QUE LA MUJERES DISTRAEN. Supongo que porque hay muchos jugadores del argumento 1) que se quedan pasmados, planteándose qué fantástico y mitológico ejemplar es el que tienen ante sus ojos.

6) «Las chicas gamers solo están ahí para enseñar cacho y ligar»

Sí, porque cuando quiero ligar entro a jugar. No es como si hubiese aplicaciones de ligue, bares y demás situaciones en las que una mujer pueda ligar, si quiere. NO. YO ME HICE GAMER PARA PILLAR MARIDO. QUE ESTOY PA CASAR, TENGO TIERRAS EN EL MOUNT & BLADE.

Por eso chupo mandos, por eso me pongo escote. Es por ti. POR TI. Porque necesito desesperadamente un marido y, mientras la robótica avanza para traerme a casa Geralt, Vega, Ironbull o Dante, pues tendré que hacer un apaño.

A veces es que simplemente es imposible resistirse al mando… ¡quién iba a decir que se usaban también para jugar! (?)

7) «Le habrá hecho el carrito su novio»

Este argumento está estrechamente relacionado con el 6). Es una relación directa: «Buscabas marido para que te boostease al cuenta, pillina». Porque claro, ¿qué haces con un marido después de haberte esforzado tanto, metiéndote el mando de la consola hasta el esófago y jugando a aburridísimos juegos que no te gustan? Pues sacar provecho. Porque tú solo quieres que te lleven a la cima del competitivo, que ahí arriba los insultos son más frescos.

8) «No es gamer de verdad. Seguro que solo juega a los Sims»

La traducción literal de este apartado es: «A VER EL CARNÉ DE TRU GAMER». Porque TIENES que demostrar que eres una auténtica jugadora. Jugar a los Sims no vale. A juegos de móviles menos. Lo que te guste y a lo que hayas jugado serán tu pasaje al mundo gamer, donde podrás seguir disfrutando de este trato preferente. Pero solo si pasas la prueba.

Mi carné de TRU GAMER, ¿dónde está el tuyo?

9) «Eres buena para ser mujer»

Pues… ¿gracias?

El galardón es un pene de goma.

10) «Las mujeres solo juegan support»

Es como el carné de true gamer pero al revés. No puedes jugar a otra cosa. No vas a ser buena, asúmelo. Aunque tampoco vas a ser buena support, porque, ya sabes, eres mujer. Y las mujeres no pueden ser buenas en juegos. Mejor vete a chupar mandos hasta que distraigas a alguno, lo enganches y te haga el carrito.

11) «Las    mujeres    lo    tienen    más    fácil»

¡Qué delicia! Mi favorito. Será cierto. Gracias a nuestra fabulosa genética, aunque no podemos ser buenas jugando, podemos cazar un hombre que nos solucione los problemas. Tenemos muchos otros dones, como la habilidad suprema de la distracción y la capacidad de ser consideradas objetos.

Desde luego, ser mujer es un chollo. Y ser mujer y gamer, más aún. Por eso está feo que nos quejemos y se nos considera victimistas si lo hacemos. Somos unas P R I V I L E G I A D A S.

*Esta última es una mención especial. Va dirigida a las mujeres y quiero dejar un poco de lado el humor y la exageración para ponerme seria por un momento*

12) «Pues a mí no me ha pasado nunca eso»

Entiendo que muchas personas (en este caso concreto, mujeres) tengan la percepción de que algo no sucede porque no lo han experimentado/presenciado jamás. Sin embargo, el no haber vivido una realidad no invalida ni niega la misma en otros entornos/otras personas.

Desacreditar la experiencia, queja o crítica de una persona porque nuestra situación (afortunadamente) es mejor, no hace sino generar un tremendo abismo.

Parte de la solidaridad en general y de la sororidad en particular consiste en tener empatía, en comprender el dolor y la queja de otras; en ser capaces de ponernos en su lugar. A veces incluso en reflexionar. Porque en muchas ocasiones todas estas mujeres que niegan haber vivido experiencias machistas realmente no saben que las han vivido. No quieren, no pueden o no saben reconocerlo. Y a mí me parte el alma.

Así que a las mujeres que esgrimen este argumento les pido solo empatía y reflexión.

Si habéis llegado hasta aquí espero que os hayáis reído al menos. Porque, aunque es un tema serio, a veces hay que reír por no llorar. Nos vemos en este círculo del infierno, con energías renovadas para cambiarlo.

**Muchísimas gracias a todas mis compañeras y personas en Twitter que me han ayudado a recopilar estas joyas.