Profundizando en RiME

Profundizando en RiME

ADVERTENCIAS:

Este artículo CONTIENE SPOILERS, por lo que si no lo habéis jugado y tenéis pensado hacerlo —no sé a qué esperáis—, os animo a leer otros artículos de mis compañeras, o a seguir leyendo bajo vuestra propia responsabilidad. En vuestras manos queda.

IMPORTANTE: Se va a hablar de las fases del duelo y, por tanto, de la pérdida de seres queridos. Si tienes sensibilidad hacia este tema, te recomiendo encarecidamente que dejes de leer aquí mismo.


En su día ya escribí en esta misma web un análisis de RiME y pudisteis conocer de primera mano mis primeras impresiones de este maravilloso juego de Tequila Works, así como el gameplay de mi primera partida en el canal de YouTube de Todas Gamers.

Cuando jugué por primera vez no conocía el nombre de los capítulos, pues al utilizar la opción de “continuar” no podía verlos. Fue cuando rejugué en busca de logros y objetos pasados por alto que mi psico-radar se activó.

¡Quién me iba a decir que encontraría las cinco etapas del duelo! Una vez conocemos la historia, resulta más fácil identificar el porqué de este título para cada capítulo, pero, en un inicio, todo es un gran enigma.

Así pues, me ha parecido interesante analizar los diferentes capítulos para relacionarlos de la forma más acertada posible con estas cinco etapas (quisiera destacar que he restringido dicho análisis al juego, por lo que he omitido información específica de las mismas por no convertir esto en un artículo de psicología y centrarlo en el videojuego).

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Capítulo 1. Negación

Negar la pérdida de un ser querido permite que el organismo no sufra por el cambio brusco de estado de ánimo, es una forma de amortiguar el golpe, aplazando así el dolor. Es un estado transitorio, pues la realidad sigue presente.

RiME nos muestra este estado mediante un escenario apacible, relajado, sin estrés o enemigos. Hemos despertado en una isla paradisiaca y nuestro cometido es explorar el lugar, resolver puzles y avanzar hacia la siguiente fase.

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Capítulo 2. Ira

Al confrontar la realidad, esa pérdida, aparecen sentimientos de rabia, producto de la frustración por la irreversibilidad de la situación. Dado que se trata de una situación ajena a la persona, se buscan culpables. La carga emocional de esta fase es intensa, con una fuerte irritación proyectada al entorno y estallidos de ira.

En este nuevo escenario, descubrimos un ambiente desértico y ruinoso. Nos movemos por un entorno hostil donde, cada vez que salimos al exterior, el pájaro trata de atraparnos. Como una metáfora donde afrontar esa realidad (el exterior) es doloroso (el pájaro) y buscamos un refugio donde estar a salvo (las acciones producidas por la ira como forma de descarga emocional: romper objetos, comportamiento irascible con los demás, etc.). Esa adrenalina entre refugio y refugio con el pájaro presente, gritándonos, pisándonos los talones en ocasiones, ese ahogo en la zona submarina, tratan de transmitirnos la ansiedad vivida, con la que se maneja esa disrupción entre la pérdida irremediable y la añoranza. La frustración en ocasiones es tan real como en esta etapa.

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Capítulo 3. Negociación

Persiguiendo la necesidad de control de la situación, esta etapa es un continuo proceso de búsqueda de soluciones. Se alberga la esperanza de poder retomar el estado anterior a la pérdida, incluso tratando de evitar la misma. Esto produce un alivio del dolor que no dura demasiado, dado el agotamiento mental que produce la búsqueda infructuosa y la cruda realidad.

RiME nos sitúa en unas ruinas, en ocasiones laberínticas —véase el pasillo infinito, donde podemos estar avanzando sin avanzar infinitamente, hasta que damos marcha atrás y retomamos el camino—, llenas de puzles y donde ayudaremos a despertar a los restos de una generación perdida de autómatas. Asimismo, encontraremos ya a las sombras que tratan de absorbernos la esencia vital, como una alegoría de la angustia latente.

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Capítulo 4. Depresión

En primer lugar, quisiera matizar que, a pesar de compartir sintomatología, no se trata del trastorno del estado del ánimo.

En esta etapa se afronta el presente, la realidad, lo cual deja a la persona ante el vacío de la pérdida, sumiéndola en la tristeza. No se trata únicamente de la añoranza, sino que se enfrenta la realidad marcada por esa pérdida. La propia vida tras la muerte del ser querido. Una fase caracterizada por el aislamiento, la melancolía e incluso el cansancio emocional.

En este capítulo, llegamos a un escenario marcado por la lluvia y la oscuridad. Allá donde vayamos encontraremos sombras pero, además, nuestro grito ha cambiado, ahora es un lamento, un llanto. Incluso nuestros acompañantes, tanto los autómatas como el zorro, nos abandonan.

La carga emocional de este capítulo es muy intensa, incluso angustiosa. En determinado momento, la desolación es tal que nuestro protagonista se convierte en un ser de sombra, coronando así la metáfora de la fase.

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Capítulo 5. Aceptación

Es aquí donde se aprende a seguir viviendo con la ausencia de la otra persona. El dolor por la pérdida se va desvaneciendo con el tiempo. Es una etapa que fluye lentamente, mientras se reajustan los esquemas mentales y se re-experimentan sentimientos positivos, volviendo las cosas a la normalidad.

RiME refleja esto a través de determinados momentos clave en el capítulo más corto del juego. Por un lado, nuestro protagonista se convierte en un ser de luz y salta al vacío, aceptando su destino. Por otro, nos muestran un escenario completamente nuevo y diferente.

En esta ocasión, nos movemos con un hombre adulto y melancólico hasta la habitación de un niño. Podemos observar e interactuar con los juguetes que hemos ido encontrando a lo largo del juego y, tras una dulce despedida que dependerá del logro “Recuerdo dulce”, soltaremos la capa que ha vestido el protagonista a lo largo de nuestra aventura. Una perfecta metáfora del “dejar ir”, de liberarse de ese arraigo a la figura perdida.

Una alegoría que nos acompaña a lo largo de todo el juego es la presencia del personaje misterioso, como si fuera una ilusión, pues, cuando llegamos donde lo vimos por última vez, no queda ni rastro de él. Podría ser una representación simbólica de esa persecución interior del recuerdo de la persona perdida. Acompañado, además, de los flashbacks y los recuerdos que encontramos a lo largo de los diferentes escenarios, se crea una maravillosa historia que, a día de hoy, sigo recomendando y recordando con dulzura.

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Aonia Midnight
Aonia Midnight @AoniaMidnight

Curiosa, reflexiva y torpe // Palomitas y cerveza // Psicóloga porque lo dice un título // Mi mente está llena de mundos en los que evadirme // Nothing is true, the cake is a lie

1 comentario
taishinitta
taishinitta 10/03/2018 a las 3:57 am

Considero que este un artículo realista. Hoy recibí la visita de un joven gran amigo de mi familia que está viviendo como residente, desde hace un tiempito en los EEUU. Su afecto por la familia, por los amigos, por su país… han crecido en esta etapa. Ha ganado, pero reconoce lo que ha perdido y no descarta volver a vivir en Cuba. Creo que la añoranza le ocurre a la mayoría, si no es que les ocurre a todos. Por eso este sitio también tiene tanto éxito; entre otras cosas, permite a los no residentes a mantenerse en relación con la realidad que no tienen al lado. Es lógico, es un asunto relacionado con el comportamiento humano. Por eso los que aquí residimos tenemos que cuidar lo que tenemos y trabajar por mejorar nuestra sociedad y hacerla más próspera. SALUDOS!

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