2630 palabras para el cumple de Final Fantasy VI

2630 palabras para el cumple de Final Fantasy VI

Durante la primera mitad de los 90, títulos como Tekken, Sonic, Mario, Metroid, Megaman y otros más (ahora considerados clásicos, para que os sintáis mayores) ocupaban los primeros puestos en ventas. El JRPG también estaba de moda, y el sistema de batalla por turnos no parecía tan tedioso como lo pueden considerar algunos ahora. Dentro de este maravilloso género, en abril de 1994 llegaba a SNES Final Fantasy VI (que sería Final Fantasy III en el área de Norteamérica), que sería a lo largo de los años portado a diversos formatos desde GBA a la plataforma Steam y uno de los mejores clásicos dentro de su campo.

Final Fantasy VI es para muchos el mejor de todos los FF, y aunque no me quiero meter en debates sobre cuál es mejor ni peor, la verdad es que hay que quitarse el sombrero con este título. Por cierto, todo lo que hay a partir de aquí va con spoilers sobre la historia y los personajes del juego, así que si estáis leyendo esto para saber si jugar o no, solo os queda fiaros de mi palabra y jugarlo si tenéis tiempo y paciencia para lidiar con un sistema de batalla por turnos y peleas aleatorias, muchas pero que muuuuuchas peleas aleatorias.

AQUÍ LOS SPOILERS

Para empezar, la protagonista principal *me vais a tener que sujetar muy fuerte como alguien diga que el prota es Locke*, Terra, tiene el poder de la magia desde nacimiento, algo insólito en este mundo y que el imperio (los “malos” que son dos generales, un payaso y un emperador con aires napoleónicos) utiliza para su propio beneficio manipulando a Terra a través de una corona de control mental y ordenándole cosas que podríamos considerar como trabajo sucio. Bueno, pues nuestra amiga Terra, controlada por la corona y acompañada por los siempre presentes en la saga Biggs and Wedge, se encamina a Narshe, donde se ha encontrado un esper (un ser de otro mundo con propiedades mágicas). El esper reacciona cuando Terra, Biggs y Wedge lo encuentran y Terra se desmaya, siendo encontrada más tarde por Locke, que lleva a Terra (que ya no está controlada por el imperio) hasta un miembro de lo que se conoce como La Resistencia, un grupo/movimiento que lucha contra el imperio. Todo esto ambientado en un mundo que mezcla el steampunk con la moda victoriana. ¿Me seguís? Pues sigamos.

Personajes, en la variedad está el gusto

Final Fantasy VI es el que más personajes jugables tiene hasta el momento de todos los FF de la saga numerada. Un total de 14 personajes jugables sin contar los temporales como el general Leo, cada uno cuenta con un arco propio (salvo, quizás, Gogo, del cual hay varias teorías que incluso cuestionan el género de este misterioso personaje), cada uno tiene un estilo de combate y una personalidad distintas, haciendo más larga pero no por ello menos entretenida la historia. Nuestras heroínas y héroes Terra, Locke, Edgar, Sabin, Cyan, Gau, Relm, Strago, Celes, Shadow, Setzer, Mog, Umaro y Gogo se unen en diversos puntos de la historia para luchar contra el imperio y, más tarde, contra Kefka (sí, más tarde voy a hablar del papel de Kefka como villano). Son personajes que socialmente e ideológicamente no tendrían nada que ver en una situación normal dentro del lore del juego, pero que las circunstancias hacen que se unan para luchar, digamos así, por el bien común (o contra el mal común).

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Aquí mi amigo Amano ignorando que Locke no es el protagonista en una imagen creada para Final Fantasy VI en su lanzamiento de GBA

El sistema de combate, basado en la adquisición de magias por la equipación de magicite (espers asesinados que se transforman en una especie de cristal mágico), a través de los cuales se aprende magia; y también basado en los ataques especiales de cada personaje, es uno de los más alabados de la saga tanto como por su facilidad a la hora de aprenderlo como por las posibilidades de combinación para personalizar a todos los personajes según lo que se quiera mejorar de ellos. Esta “personalización” es una de las características que también marca una diferencia para este juego. En Final Fantasy VI tienes unos personajes obligatorios y otros opcionales, según cuáles recojas varía ligeramente la historia, tanto en la primera mitad como en la segunda. Y sí, aunque algunos personajes tienen una historia más interesante que otros (los hermanos Fígaro, por ejemplo, tienen un fondo y un arco mucho más complicado que, digamos, Umaro, el Yeti de Narshe); todos los personajes tienen algo especial y que hace que la historia se sienta más completa, ya que los distintos puntos de vista hacen que la persona que juega tenga una visión mucho más circular de todo.

Por eso, el hecho de que el juegador elija qué personajes incluir en su equipo, sobre todo en la segunda mitad, hace que el juego se vuelva más interesante, que proponga un reto al jugador. ‘¿Cuántos personajes crees necesitar?’ y ‘¿Cuánto quieres saber de la historia?’ son las preguntas que Final Fantasy VI plantea al jugador a través de esta “elección” de personajes.

La historia; el balance y la ruina, y el fanatismo a base del miedo

La historia de Final Fantasy VI a día de hoy sigue pareciéndome de las más originales y completas de la saga. Por un lado, tenemos a los personajes principales y cómo llegan a unirse: cada uno busca hallar algo (a sí mismos, a su amor perdido, la venganza, su familia…) que le permita seguir adelante, y todas las soluciones a sus problemas llegan al mismo destino: la caída del imperio de Gestahl. Celes, por ejemplo, ha formado parte de los altos mandos del ejército imperial, y quiere parar las barbaridades que ella misma ha visto y causado. Celes busca la redención, salvar al mundo de una máquina de matar que ella misma ayudó a engrasar. Y para ello, deconstruye todos los ideales que se le han inculcado desde pequeña y se alía con sus enemigos para encontrar su redención personal y el perdón de los demás. Final Fantasy VI va más allá de las batallas y la aventura y la salvación del mundo. Venganza, la búsqueda de uno mismo, el perdón, la ayuda al prójimo, la bondad, la inocencia… son temas que se transcienden a través de la historia y de los personajes, dejando en algunos casos la historia principal como algo secundario para centrarse en lo que sienten los personajes.

La segunda parte de la historia podría decirse que es el camino en sí hasta la caída del imperio. Los personajes principales (o casi todos), se han unido en un solo grupo y como tal se encaminan a la capital del imperio, Vector, para acabar con la dictadura a la que se está sometiendo a medio planeta. Cruzan todo el mundo, y visitan sus ciudades y pueblos, corriendo más de una aventura (que cómo no, incluye barco volador y chocobos) para llegar al objetivo final: derrotar al imperio en su propia casa. ‘El mundo del balance’ es como se conoce a esta parte. Aunque en guerra, se vive de una forma más o menos pacífica, y todo empieza a decaer con las acciones del subordinado de Gestahl, Kefka Palazzo. Kefka lleva al mundo del balance (llamado así por las tres deidades mágicas que lo formaron y que, tras una guerra, sellaron sus poderes para no volver a ser llamados), a la ruina, que viene siendo la última parte de la historia. Tras haber encontrado a la Tríade marcial para hacerse con un poder mágico inmenso, Kefka asesina a Gestahl y se hace con el poder de los tres dioses. Al destruir el balance que causaban con sus poderes sellados, destruye el mundo, llevando al máximo exponente sus ambiciones y convirtiéndose en un dios.

En el proceso de Kefka para convertirse en America’s Next Top Model Dios, los personajes salen disparados a distintas partes del mundo, y todo se hace oscuro hasta que despertamos con Celes. Ha pasado un año desde el intento fallido de derrocar al imperio, y Celes lo ha pasado en coma en una isla desierta mientras la cuidaba Cid, el científico del imperio. Cid le cuenta a la ex general que Kefka asumió todo el poder mágico de la Tríade y se convirtió en una especie de Dios, con un culto que lo adora y todo, arrasando con el planeta y esclavizando al mundo a través de su Rayo del Juicio desde su torre hecha con los restos de Vector. Así, Celes asume que sus compañeros (y en especial Locke, con el que tenía una relación más tirando a romántica) han muerto y decide suicidarse. En ese momento, recibe una especie de señal, llamémoslo, una paloma con un ala rota que encuentra con el pañuelo de Locke atado, y de nuevo encuentra la esperanza. Celes deja la isla en una barquita y se encamina por este nuevo mundo en busca de sus amigos.

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*’Un velero llamado Libertad’ de José Luis Perales suena de fondo*

Durante el Mundo de la Ruina (el cual se llama así por motivos evidentes), las motivaciones de los personajes para acabar con el mal mayor cambian. Casi todos han perdido la esperanza, no saben a dónde ir y en un mundo tan desolador y desesperante, en el que cualquier momento uno puede morir (ya sea por los monstruos que ahora se han multiplicado o por el Rayo del Juicio de Kefka), solamente les queda luchar a diario desde los distintos puntos donde se encuentran hasta que Celes los reúne. La supervivencia de uno mismo y de los demás se convierte en una prioridad, y la principal motivación para acabar con Kefka pasa a ser no solo parar el avance de su reino de terror, sino de asegurar la supervivencia y el bienestar del resto del mundo. Si fuéramos uno por todo a todos los personajes y los nuevos motivos que les mueven a unirse a Celes, este artículo se haría aún más largo de lo que ya es, así que pongo solo un pequeño ejemplo. A Cyan lo encuentras en la montaña Zozo, carteándose con una joven que piensa que la persona que le contesta a sus cartas es su novio (que en realidad falleció por culpa de Kefka y su Rayo). Recordemos que Cyan perdió a toda su familia (bueno, y a todo el reino), en Doma porque Kefka envenena el río que abastece al reino. Cyan buscaba venganza, quería que los que habían matado a su familia corrieran el mismo destino. ¿Qué es lo que busca ahora Cyan? Que otros que han padecido lo mismo que él (la pérdida del amor, de tus seres queridos) no sufra como él ha sufrido. Siente culpa, porque él no pudo salvar a nadie en todo el reino, pero sí que puede aliviar el corazón de Lola haciéndose pasar por su novio muerto. Mantener viva la esperanza de otros se convierte en su cometido, ya no busca la venganza personal; Cyan quiere aligerar su culpa cargando con la de los demás. ¿Está bien que se haga pasar por un soldado muerto? Pues no. ¿Está bien mantener viva la esperanza de forma temporal, ya que no hay forma de recuperar la vida de este chico al que su novia sigue esperando? Por supuesto que no. Pero lo hace porque la gente necesita esperanza, que es lo único que Kefka no puede quitarles con su rayo (aunque eso no justifique sus acciones). Y así ocurre con Terra y sus niños, con Edgar, y hasta Locke… Enfocan sus objetivos en Kefka de nuevo y no por motivos personales, sino por la gente que han conocido durante su separación y que sufren por culpa del nuevo dios.

Kefka, la locura total y el sufrimiento porque sí

Para mí, Kefka es El Villano. El mal real, el superior. La locura tóxica y la decadencia mental. Kefka no quiere someter todos los territorios para sentirse poderoso a diferencia del emperador Gestahl, no vive obsesionado con Terra como Sephiroth con Cloud; ni tiene un motivo personal para actuar como lo hace como Ardyn en FFXV. Kefka solamente quiere ver el mundo arder, y reírse como un loco mientras baila alrededor de las llamas. Tiene delirios de dios despiadado, pero no para estar por encima de los mortales, sino para contemplar su sufrimiento desde lo más alto posible. Kefka, hasta la fecha, es uno de mis villanos favoritos por estos motivos. Durante el juego, nadie aporta datos sobre Kefka como personaje, no sabemos si tuvo una infancia feliz o si sus padres aún viven; no sabemos cómo llegó a ser un alto mando del imperio, ni qué le movió a elegir esa profesión y no hacerse carpintero, por ejemplo. Es malo porque sí, y la ausencia de motivos es lo que le hace ser más malo todavía.

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Mirad cuánta maldad concentrada en 16 bits. Fuente: nintendowire

Kefka disfruta siendo ese tipo de villano, es lo que le gusta. A algunos les gusta hacer ganchillo, y a Kefka le mola aniquilar gente con su Rayo Justiciero. Al principio se le muestra como un personaje cómico, y hasta patético. Luego decide envenenar a toda la gente del reino de Doma, y a partir de ahí la cosa va en ascendiendo. La locura de Kefka aumenta, o al menos se va mostrando su verdadera faceta, y sus aspiraciones se amplían. Él solo quiere ver a otros sufrir y morir, y si para ello tiene que robar el máximo poder mágico que sostiene al mundo tal y como se le conoce, que así sea. La maldad de Kefka no conoce límites, y no sigue un objetivo concreto.

Al principio, el malo de la película es Gestahl. Se le puede comparar a cualquier dictador que conozcamos: aires de grandeza, quiere dominar todo el mundo, considera que solo un tipo de gente debería tener el poder… Tiene un objetivo y unos motivos para ser el villano. Kefka no necesita eso. Él es malo porque sí, y si quieres derrotarlo buena suerte, porque no se va a molestar en minimizar daños. Le da igual que sean seguidores suyos o sus enemigos: solo quiere ver cómo la gente agoniza. El “porque yo lo valgo” es su única justificación, y no hay nada mejor que un villano que hace las cosas porque sí.

Música, maestro

Otra de las cosas que caracteriza mucho a Final Fantasy VI es su banda sonora. De la talentosa manita de Nobuo Uematsu, el gran compositor responsable de casi todas las bandas sonoras de la saga numérica, la música termina de sumergir a quien lo juega por completo. Gracias a la música, por ejemplo, yo me terminé de creer la historia de amor entre Celes y Locke (aquella maravillosa escena de la ópera, never forget); sentía la tensión al máximo en la última batalla contra Kefka al escuchar Dancing Mad (el nombre lo dice todo); y el dolor de Cyan me llegó a lo más hondo con la melodía Phantom Forest, cuando tiene que dejar ir a su familia y amigos a la otra vida.

La música acompaña al juego con toda perfección: es cómica y atrevida como Edgar cuando lo conocemos, misteriosa como Shadow la primera vez que aparece, tan dulce como Relm… Todos los temas van a la perfección con los personajes y momentos por los que pasan, y eso es algo que no hay que dejar pasar.

El resumen de todo esto es que, hasta después de 24 años, y cuando ya se ha dicho todo y más de este maravilloso juego, Final Fantasy VI sigue ahí en la memoria de muchos. Aunque haya envejecido mal gráficamente (aunque, de forma personal, los sprites de la SNES molaban más que los de GBA), la historia, personajes, música y hasta el sistema de combate siguen siendo los favoritos de muchos. Ojalá que dentro de otros 24 años se lo siga recordando con el mismo cariño que desde aquí le quiero expresar a este juego.

 

 

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akusokozan
akusokozan @crisiscrisis_

Reina de la procastinación. Juego a cosas, escribo de cosas y leo sobre cosas. The Witcher 3 me absorbió el alma y desde entonces no he sido la misma.

6 comentarios
Zak
Zak 15/04/2018 a las 12:46 pm

No puedo decir que sea mi Final Fantasy favorito, pero sí que lo considero el mejor en muchísimos aspectos. La cantidad de personajes, las mecánicas, la música y LA HISTORIA, con sus altibajos y sus dramas perfectamente trenzados… fueron una experiencia irrepetible hace unos veinte años, cuando lo jugué emulado.

Gracias por el artículo, que me lo ha recordado y que me ha dado unas ganas locas de rejugarlo.

JohnnyDessu
JohnnyDessu 15/04/2018 a las 5:39 pm

Imaginate a un chico de 15 años que queria el FF VII y solo consigue el VI y el VIII (de play)
Tuve una decepcion tremenda y nunca lo he terminado por la parte de el artista de artes marciales que lucha contra su hermano y tal… Eso me dejo mal sabor de boca xD

Gillian
Gillian 15/04/2018 a las 9:35 pm

Gracias por el artículo, os habéis ganado el cielo por hablar de FFVI. Para mi, con diferencia, el mejor de la serie. Mi personaje favorito es Celes, que protagoniza dos de las mejores escenas de la saga (aunque la de Cyan y el tren no se queda atrás tampoco) y Kefka es, sin duda, el mejor villano de los FF. Nada de trasfondos ni puñetas. Es malo porque sí. Y punto.

En lo que no estoy muy de acuerdo es en que el juego haya envejecido mal… de hecho creo que está al nivel de Chrono Trigger, que no es poco, y además hace un uso fastuoso del modo 7. La Snes echa humo con este juego.

Por cierto, recientemente probé la demo de Octopath Traveller para Switch, y me recordó mucho a FFVI. Aunque solo es una demo, hereda de VI las historias de personajes que se entrecruzan, tiene unos gráficos muy bonicos y personajes molones. Un juego para seguirle la pista si eres fan de los FF clásicos.

Lo dicho, un gustazo leer sobre FFVI. Saludos!

Fernando
Fernando 15/04/2018 a las 10:15 pm

Joder, pero que buen villano es Kefka, muchos dicen que es simplón, y es la verdad, y por eso me gusta. Es como en la vida real, hay personas que hacen daño a los demás solo porque quieren y pueden, Kefka simplemente es malvado, y disfruta con el sufrimiento ajeno, amor, paz, esperanzas, son cosas vacías para el, y esta dispuesto a destruir cuanto le plazca para demostrar lo ridículo de esas creencias.

Anabellum
Anabellum 16/04/2018 a las 11:19 am

Es mi Final Fantasy favorito de todos los que he jugado, tal vez por ser el primero que jugué y que el emulador mejora la experiencia para impacientes como yo.
Si que se les coge cariño a la mayoría de personajes, sobre todo en la primera parte (mundo del balance) donde me encantó el arco argumental de Terra especialmente. Kefka tiene momentos brillantes de psicopatía, quiere ver el mundo arder antes de que eso fuera popular.

SrdeLordran
SrdeLordran 21/04/2018 a las 1:10 am

Maravilloso análisis sobre el que puedo considerar mi juego favorito por el momento de la saga. Aunque bueno, teniendo a Terra, Celes, Relm, Mog, Interceptor, Cyan y Locke como personajes… Creo que ningún otro juego de la saga podrá superarlos, en especial Terra, quien no conoció a sus padres y cuya motivación para seguir viva son unos niños huérfanos que por culpa de Kefka han perdido a su familia. Al leer lo de que no se sabe nada de Kefka, creo recordar que algo sí explicaban, por ejemplo que su locura fue acrecentándose al imbuirlo en magicite, pues es un humano magitek al igual que Celes. Y Locke junto al tema «Forever Rachel» puedo decir que han llegado a mi corazón. Muy buen análisis por el cumpleaños del juego.

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