The Mooseman: viaje a los Urales

The Mooseman: viaje a los Urales

25/07/2018 | Naitmarr | 1 comentario

The Mooseman es un videojuego atmosférico en 2D inspirado en la mitología ugrofinesa y ambientado en una suerte de Perm (Rusia) donde habitan las tribus chud. Publicado a principios de 2017 para varias plataformas, narra la contemplativa historia del Mooseman, personaje al que manejas: un ser mitológico basado en el estilo animal de la cultura de Perm, en los que el equipo de Morteshka se ha inspirado profundamente a la hora de diseñar el juego.

Como Mooseman, tienes la habilidad de observar todo aquello que se esconde a ojos de los mortales, poder que debes utilizar para atravesar las tres capas de este Universo en tu periplo, comenzando por la capa más baja, The Lower World, donde los espíritus de los muertos residen.

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Conforme avanzas aprendes a usar tus poderes para cambiar, digamos, el mundo con el que puedes interactuar (el de los vivos o el de los muertos), resolviendo puzles y jugando con las diferentes criaturas que se cruzarán por tu camino, dispuestas a ayudarte o no. Además, recibirás información acerca de todo lo que sucedió para que, bueno, estés en este meollo, y también sobre la mitología que lo rodea. Las distintas piezas que forman parte de esa especie de cuaderno de bitácora (simbolizadas por runas de animales de Perm) van recogiéndose y completándose a lo largo de la aventura.

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En cuanto a la historia principal, ciertamente no va más allá de lo ya comentado: recorrer un camino hacia la capa superior, The Upper World, cuya presencia podría interpretarse como la ascensión, alcanzar la muerte: un ciclo representado en muchas culturas de maneras muy diversas (y, entre nosotres, he tenido que buscar la información, ¡porque de pronto mi copia del juego estaba en ruso a la mitad!).

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Aunque ya se ha mencionado en otros posts la mitología de la zona (Europa oriental y Asia noroccidental) y mucha gente ya conoce la nórdica, es cierto que ni siquiera Syberia 3 me había despertado tanto interés en la, digamos, cultura urálica como este juego. Puede recordarnos a algún aspecto de aquella mitología de aquel otro sitio, como todas, pues la vida y la muerte son la premisa universal, pero esta clase de aspectos no se enseñan en el colegio. El mensaje es el mismo, y el camino no tan similar: las pinturas en las cuevas, las criaturas que vas encontrando, las nomenclaturas… Incluso los artefactos, inspirados en objetos y con referencias reales, apoyan esa solidez al universo que se nos plantea en The Mooseman.

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Si bien es cierto que, al menos en PS4, plataforma en la que estoy reseñándolo, la navegación en el menú era particularmente incómoda, lo que más cabe destacar de The Mooseman es el apartado artístico. El juego de capas con colores planos buscando la profundidad de manera tan sencilla y efectiva, las luces y brillos de las cuevas, los escenarios celestes, los colores fríos y las texturas de las pinturas rupestres y las runas, la corporeidad de los espíritus y otros personajes plasmada a través de las transparencias, las siluetas en constante y lánguido movimiento y los pesos; todo ello consigue una atmósfera muy particular que sugiere gravedad cero, vacío y nada, como flotar en el agua o volver al vientre materno, o quién sabe, quizá morir. El arte del juego, aunque de aspecto frío, transmite una calidez equiparable a pocas cosas. La música termina de ser la guinda para la ambientación: tranquila y envolvente en la mayoría de las zonas para recorrer, y una suerte de cánticos en ruso que ponen los pelos de punta en otras.

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La jugabilidad, en cambio, es lo que más cojea: consiste básicamente en andar hacia la derecha y sortear los puzles puntuales, que no es que sean especialmente complicados, durante dos horas aproximadas de partida. Su escasa complejidad y su carácter contemplativo no lo hacen muy rejugable, ya que si lo que te interesa es el apartado histórico/mitológico solo tienes que revisitar tu inventario y cotillear en tus artefactos o mitos y releer (no se te perderá ninguno, puesto que son muy fáciles de coleccionar).

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En definitiva, diría que The Mooseman es un juego curioso y puramente contemplativo, nada complicado, con un arte fantástico y una ambientación que incluso recomendaría para aquelles que sufrimos de ansiedad, pues en cuanto a los sentidos es una delicia.

Copia de prensa del juego proporcionada por Morteshka. ¡Muchas gracias!

Imágenes: capturas propias.

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Naitmarr
Naitmarr

Comiquera wannabe, trve gamer girl y parte de esta movida porque oye, qué pasada.

1 comentario
Zak
Zak 25/07/2018 a las 11:05 am

La estética es una pasada O_O

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