Quina y la libertad

Quina y la libertad

No es ningún secreto que el personaje de Quina es el que menos me gusta de Final Fantasy IX. Durante años la he despreciado ya que no le veía sentido dentro de una historia como la de este juego, marcada por los dramas y las tragedias personales, y donde la historia de Quina destaca por todo lo contrario. Quina es una Qu (nunca está de más recordar que se le asignó un género en la traducción y localización al castellano, probablemente por un tema de caracteres), raza que se dedica a la búsqueda de la gastronomía trascendental, y a Quina la animan a emprender el viaje con nosotros pues el pantano donde vive se le ha quedado pequeño y debe conocer nuevos horizontes.
Quina se puede unir a nosotras en dos momentos, siendo el primero de ellos opcional y lo único que cambiará serán un par de frases y que contaremos con ella en los combates.

Durante años le cogí tirría, no solo por su rol de maga azul, en que para conseguir magias deberá devorar enemigos con menos de un 25% de vida, lo que hace que haya que ir con cuidado a la hora de comerse a los enemigos. Pese a que sus magias pueden resultar muy poderosas, en ataque físico no es tan útil y sus habilidades pasivas dejan que desear. Se nota aquí lo de que fuera un personaje añadido en el último momento para conseguir un grupo de ocho personajes.
No tiene una historia muy larga, su utilidad en el equipo depende mucho de las circunstancias y parece que no pinta nada en esta historia mezcla de un cuento de hadas y un drama shakesperiano. Y por eso le tenía tirria, hasta que hablando con más gente recibí quejas de mi odio injustificado hacia ella. Y fue cuando me paré a pensar en si el papel de Quina en esta aventura era verdaderamente tan irrelevante.

También es la más mayor. Fuente: captura propia

Concluí que no. Quina es un personaje despreocupado y libre, y lo que esta idea en su momento me echó para atrás por no entenderla del todo, a día de hoy me resulta refrescante. Es un personaje ante todo libre y que se une a nosotros porque quiere, lo que es el matiz más importante a toda la historia. Todos los demás personajes no se han unido al grupo porque quieran, sino porque se han visto arrastrados por las circunstancias: Yitán porque ha secuestrado a la princesa, Garnet para detener la locura de su madre, Vivi para saber quién es, Steiner por proteger a Garnet, de una forma similar por lo que lo hace Freija, a Eiko los moguris la empujan a unirse al grupo pues su hogar no son más que ruinas habitadas por moguris, y Amarant se une por venganza y por curiosidad por el comportamiento de Yitán. Quina es el único personaje que se une al grupo libremente y porque quiere.
Esta libertad es importante, ya que es lo que la define por completo: se mueve a su aire, de lugar en lugar buscando nuevas recetas, sin importarle nada las consecuencias de sus actos (de hecho se mete en algún lío por ello). Quina es un añadido de última hora y eso se nota para bien y para mal.

Final Fantasy IX es un JRPG muy clásico, y sin tener un árbol de decisiones que parece un imprescindible hoy en día. La historia va sobre raíles y aunque tienes decenas de horas de tiempo extra para gastar en minijuegos, estos no son infinitos y lo acabarás agotando tarde o temprano. El máximo poder de decisión que tienes son en acciones terciarias, que no influyen en la trama, en los minijuegos y en las STA (Secuencias en Tiempo Actual) que muestran qué hacen otros personajes fuera de la pantalla. Por otro lado, tenemos que todos los personajes anteponen siempre sus necesidades por un bien común o porque están ya muy dentro de la movida como para salir. Es fácil pensar que el grupo podría decidir no salvar el mundo, pero esto es como las horas extra voluntarias en medio de un crunch, de voluntario tienen poco.
Así pues, tanto el papel como la filosofía de vida de Quina son una anomalía muy grande en este juego y por eso resulta tan refrescante y sorprendente. Es un personaje que no está sujeto a las obligaciones del día a día y cuando le toca elegir qué hacer, decide salvar el mundo. Sin grandes dilemas morales ni quebraderos de cabeza, pues el juego ya está lleno de ellos.

Quina, en su despreocupación, resulta también algo en lo que fijarse, en tomarse las cosas con calma y dedicar tiempo a una misma. Elegir hacer las cosas porque verdaderamente queramos, sin el peso de la obligación encima. Porque a veces las cosas se hacen con calma no por vaguería, sino porque toca.

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Darkor_LF
Darkor_LF @darkor_LF

Difusora de la palabra de Pratchett a tiempo completo. Defensora de causas pérdidas e inútiles. Choconiños o barbarie. Hipster por necesidad. Tengo una pipa falsa. +50 en pedantería.

3 comentarios
Javi
Javi 26/12/2018 a las 10:42 am

Ay, pues sin un par de sus magias azules todavía estaría intentando ganar a Ozma. Recuerdo que no me gustaba usarla, pero al final era bastante útil si habías comido bastantes enemigos.
Y además, se casa con Vivi. Solo por esa escena ya se salva…

Kuroneko Mark
Kuroneko Mark 29/12/2018 a las 3:36 pm

Ha pasado mucho tiempo desde que jugué FF IX, primero en japones con mi hermano mayor y luego en ingles con mi hermana mayor, y como dices Quina no era de mis personajes favoritos aunque siempre me lo dejaban a controlar en batalla, no destaca mucho pero he de admitir que se vuelve una gran adición al equipo si se llevan las magias correctas, concuerdo contigo que su desarrollo dentro de la historia es muy poco ya que así como llega es así como se queda, pero eso no le quita merito que era muy divertida cuando aparecía como cuando se casa con Viví, o cuando intenta comerse al regente Cid convertido en rana,… Muy buen articulo me trajo gratos recuerdos de mi juventud.

Alvaro
Alvaro 30/12/2018 a las 10:40 pm

A mi siempre me gustó como PJ útil, siempre lo llevaba en el equipo. Su diseño no me gustaba, pero entre las leches que metía con el tenedor, y las habilidades tan chetadas que tenía… Freija y Quina eran fijas (muerte nv.5 era clave para matar a los dragones). Pero no había llegado al punto del que hablas, esa libertad de dejar el grupo cuando le venía en gana le convertía en un personaje impredecible al contrario que Steiner o Vivi, por ejemplo, que al final adivinas cuales van a ser sus contestaciones.
Es un personaje feliz y aprovecha su vida hasta el último momento.
PD. Me recordaba a las idas y venidas (más o menos) de Shadow en FF6 y me gustaba.

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