Yo no estoy llorando… ¡tú estás llorando!

Yo no estoy llorando… ¡tú estás llorando!

03/02/2019 | Dunkel | 7 comentarios

Una gran historia, un momento puntual, un reflejo de algo que hemos vivido… Muchas son las situaciones que nos llevan a emocionarnos en un videojuego. Y a eso venimos hoy, sí, hoy las redactoras venimos a llorar. Bueno no así literalmente, sino a hablar de aquellos títulos o momentos que han llegado a conseguir que derramemos alguna que otra lagrimilla.

Naitmarr

Cuando una buena amiga (gran gamer, aficionada a las aventuras gráficas y mejor persona) me recomendó que jugara a Oxenfree no esperaba encontrarme con esta obra de arte que me iba a tocar la fibra sensible de esta manera. Lo sobrenatural, el terror y el misterio se transmiten de forma muy cuqui (y en cierto modo esto contribuye a que sea más terrorífico), y temas que pueden ser disparadores muy, muy chungos son representados con fluidez y hasta diría que naturalidad (¡el trabajo de doblaje y las mecánicas de conversación son espectaculares!).

Pero aquí hemos venido a hablar de que me ha hecho llorar: tiene varios finales, o eso tengo entendido, pero la posibilidad de cambiar el pasado de una forma tan brutal (tanto en el mal como en el buen sentido) me hizo las piernas gelatina. Este juego, además, tiene como protagonista a una muchacha (Alex), para quien su relación con su hermano (y con su hermanastro) es muy, muy importante. No sé, quizá tocó algo en un rinconcito de mi ser.

Darkor_LF

La primera vez que jugué Final Fantasy IX tendría unos 16-17 años y quedé profundamente enamorada de Blank, pero como salía poco, me fuí al siguiente ladrón guapo que era Yitán. Si os habéis pasado el juego, entenderéis lo mal que lo estuve pasando en la media hora final de la cinemática, tratando de no llorar delante de mi hermano, que se había pasado el juego ya. Estaba en una fase de negación total por el destino de Yitán, con mi hermano insistiendo que no, que había muerto del todo. Cuando ya llevábamos veinte minutos de escenas que iban a hurgar en las heridas, yo estaba buscando los pañuelos cuando pasó lo obvio: Yitán vuelve a escena porque no estaba muerto, estaba de parranda. Las ganas de llorar se me fueron mágicamente y me quedó disfrutar de los últimos minutos de juego solamente.

Jugando Final Fantasy X, ni mi hermano ni yo aguantábamos mucho a Tidus y yo le había cogido tirría a Yuna por esa mazmorra larga donde la manejas y va dando pasitos. Así pues, cuando en el momento final del todo, cuando han derrotado a Jetch y Tidus empieza a desvanecerse, yo estaba medio festejándolo, pero Yuna no, y se lanza a darle un abrazo a Tidus, pegándose tremenda hostia contra el suelo. El problema es que la cámara enfoca su cara, que se queda mirando al vacío. Así que me empecé a reír como una hiena diciendo que se había matado, todo este tiempo de acá para allá luchando y se había matado cayéndose al suelo. Le contagié la risa a mi hermano, lo que hizo que me riera aún más y acabé llorando de risa. De hecho, ni recuerdo cómo continúa el final, porque del ataque de risa dejé de prestar atención. Soy un ser humano horrible.

Azka

Si un juego tiene una buena historia, compleja e inmersiva, os aseguro que tendré mis emociones a flor de piel y empatizaré muchísimo con los personajes, y si hay que llorar pues se llora, cero complejos. Una de estas historias fue la de Life is Strange.

Nuestra querida Max, una joven estudiante de fotografía, tiene que pasar un auténtico calvario emocional por culpa de sus poderes, que le permiten retroceder en el tiempo y así cambiar los sucesos, pero para ello tiene que vivirlos y revivirlos y afrontar sus posibles consecuencias. Es un juego en el que le dan, por supuesto, mucha importancia a tus elecciones, pero ¿qué puedes hacer cuando te dan a elegir entre dos cosas muy importantes pero excluyentes? Mi primera opción fue llorar. No quiero hacer spoilers pero tener que ponerte en la piel de Max y ver qué puede pasar y que todas las opciones sean desgarradoras en algún punto… En serio, cry a river.

Chi Skywalker

Cada vez que salta la idea de hablar de algo junto con el resto de compañeras tengo la sensación de que parece que, aparte de juegos más retro, solo he jugado durante estos años a unos juegos muy específicos…

Pero vamos a ver… ¿Quién no ha llorado con la antesala a los diferentes finales Beyond II Souls (y con toda la trama en general)? Hace ya un par de años que profundicé en este thriller de acción de Quantic Dreams en el que Jodie es nuestra sufrida protagonista y donde padece las mil y una. A mí, personalmente, me costó muy poco identificarme con ella y con muchas de las cosas que suceden a lo largo de su vida: desde sus intentos por encajar entre otros adolescentes, hasta los empujones constantes a liarse con machito de turno, pasando por sentirse una simple marioneta manejada por otros para su propio beneficio.

Todo mal, todo el juego sufriendo y llorando. Pero si no lo habéis jugado es el momento de que paréis de leer porque voy a destripar el final. ESE momento en el que Jodie pierde la conexión con Aiden, ilustrado en una figura que se desvanece en miles de partículas luminosas que se pierden en una violenta tormenta… ¿QUÉ? ¡Decidme que no se os han empañado los ojos con esa escena!

Ka’alshya

Que yo no soy de lágrima fácil, en general, lo saben muchas personas; así que escoger un juego que me haya hecho llorar es difícil cuando el único ha sido Mass Effect 3 (aunque más bien es la suma de los dos juegos anteriores al tercero, vaya). Pero como no quiero repetirme hablando de la historia de la comandante Shepard pegándose contra sepias metálicas asesinas, me centraré en otra de mis sagas favoritas de la que aún no he hablado: Assassin’s Creed, concretamente los juegos que narran la vida de Altaïr Ibn-La’Ahad y la vida de Ezio Auditore. Aviso que puede que haya spoilers en mi texto si no habéis jugado (no sé si son spoilers, pero por si acaso prefiero avisar).

Reconozco que, a diferencia de Altaïr, Ezio no me entró por buen ojo cuando jugué a Assassin’s Creed II, pero, con el paso de los juegos, terminó por caerme bien y acabé por cogerle cariño. Verlo madurar y envejecer a lo largo de tres juegos (sin contar los que salieron para móviles y consolas más pequeñas) y un corto de animación hizo que me sintiera triste, pero satisfecha en cierto modo. Con Altaïr es todo más difuso en el sentido de que vemos su vida de manera más indirecta que con Ezio, porque a diferencia del italiano, con Altaïr nos vamos enterando de retazos de su vida a través de los códices y de recuerdos puntuales; además del libro La Cruzada Secreta, donde se hace un buen resumen de su vida.

Es triste tener que dejar ir a dos de tus personajes favoritos, porque quieres seguir viviendo aventuras con ellos; pero, por otro lado, en el fondo sabes que es lo mejor. Es como esa sensación que te deja un libro que terminas de leer y del que no habrá más segundas o terceras partes; has permanecido con los personajes durante muchas páginas, durante muchos niveles, los has visto reír, llorar, sufrir, tener éxito y fracasar. Y ver que su propósito en la trama se ha cumplido y ahora sólo les queda retirarse, bien para morir, bien para retomar su vida en el punto donde la dejaron, te deja ese vacío en el corazón que se transforma en añoranza. Pero es una añoranza agradable porque cuando los recuerdas, sonríes. Y aunque es triste, eso también es bonito.

Dunkel

He llorado con muchos videojuegos, muchos de ellos, ya mencionados por mis compañeras: Mass Effect, Beyond Two Souls, Life is Strange… También en momentos específicos de alguna trama, como cuando Geralt entra en la cabaña a reencontrarse con Ciri en The Witcher 3 (qué mal lo pasé esos primeros minutos…). No sabría cuál escoger, pero sí puedo hablar del último que me ha producido esa sensación. Logrando que tirase de pañuelo en varios puntos de la trama y ya que llorase a moco tendido al final de la historia… De nuevo tengo que pushear la agenda con Hellblade: Senua’s Sacrifice. La ambientación, la historia, su banda sonora, la propia Senua, logra una empatía con el jugador cuidada al milímetro en muchos aspectos. Resulta imposible que esta guerrera celta no se haga un hueco en tu corazoncito y te haga derrochar más de una lágrima.

Laura Tejada

Si hubiera participado en este artículo conjunto hace unos meses estoy segura de que habría venido a hablar de cómo tuve que dejar de jugar a This War of Mine porque no pude soportar el sufrimiento y la pérdida de mis personajes, o de cómo el episodio 4 de Life is Strange me hizo llorar a medida que presenciaba el cambio tan grande que sufre Chloe en su vida. Esos eran para mí los momentos más emotivos que recuerdo haber vivido en los últimos años jugando a videojuegos, pero no hace mucho concluí una historia que me dejó todavía más rota.

Se trata del DLC: Secrets of the Maw, del juego Little Nightmares, del cual ya os hablé en su momento. Aquí protagonizamos un viaje paralelo al de Six, la protagonista del juego principal, y encarnamos a un chico fugitivo con el que recorreremos las intrincadas profundidades de la estructura submarina conocida como “Las Fauces”. La experiencia a lo largo del DLC fue emocionante, muy parecida a Little Nightmares, pero entonces llegó el final.

ESE

FINAL.

Si has jugado previamente la historia de Six, llegados a cierto momento empiezas a sospechar cómo va a acabar todo, pero no quieres creértelo. Y así, entre la negación y el temor, avanzas por los últimos minutos del juego hasta que, efectivamente, eso que creías que no podría pasar por ser tan terriblemente descorazonador, pasa.

Algo en ese final se me agarró tan adentro que durante una hora tras acabar el DLC estuve hundida en la mierda más absoluta, llorando desolada. De hecho, ahora lo recuerdo y sigo emocionándome porque es un final cruel, injusto y muy triste, pero al mismo tiempo es una manera magistral de cerrar el círculo con la historia de Six, siendo coherente con la narrativa del propio juego.

Así que sí, me encantó, pero espero no dar con muchos más momentos así jugando, al menos en un tiempo.

 

Qué llorera más tonta, oye… y tras recoger las cajas y cajas de clínex de la redacción, nos toca preguntar: ¿Cuál es vuestro momento más emotivo o con qué videojuego os habéis emocionado más?

Cómprame un café en ko-fi.com

Dunkel
Dunkel @dunkel217

Acaricio gatitos durante el día. Horror addict. Diseño y desarrollo de videojuegos.

Naitmarr
Naitmarr

Comiquera wannabe, trve gamer girl y parte de esta movida porque oye, qué pasada.

Darkor_LF
Darkor_LF @darkor_LF

Difusora de la palabra de Pratchett a tiempo completo. Defensora de causas pérdidas e inútiles. Choconiños o barbarie. Hipster por necesidad. Tengo una pipa falsa. +50 en pedantería.

Azka
Azka @AzkaLaura

Estudiando para hada madrina, que dicen que para estudiar nunca es tarde. Jubilada de los MMOs. Ahora llevando la magia gamer a las nuevas generaciones.

Chi Skywalker
Chi Skywalker

Pelirroja mestiza, hija de la isla del oso, amante de la fuerza y basura rebelde. Juego, escribo y leo cuando me da la vida.

Ka'alshya
Ka'alshya @Kaalshya

• Se pronuncia Kaeelshia • N7◢ • Lo mismo te escribo un relato corto, una novela que un fanfic y, además, te hago un jueguico. • Me gusta gritarle a todo, tengo una cobaya y soy fan de Mimikyu. • http://norakaals.carrd.co/

Laura Tejada
Laura Tejada @_LauraTejada

Escritora y creadora compulsiva de mundos imposibles. Vivo en un faro entre dos ciudades: una flota en las nubes, la otra está sumergida en el mar. Ad astra per aspera.

7 comentarios
David
David 03/02/2019 a las 1:43 pm

No lloré pero me dejó mal cuerpo METAL GEAR SOLID, la escena de la sniper wolf, la escena de meryl, uno de los finales, etc… no sé qué opinen

Rena
Rena 03/02/2019 a las 2:41 pm

Son muchos juegos los que me han hecho llorar… no sabría decir sólo 1. Pero ha sido súper bonito de leer cuáles son los de vosotras 💛

Hallo
Hallo 03/02/2019 a las 6:10 pm

Soma es un juego sumamente depresivo, puede ponerte de muy mal humor jugarlo

Kay
Kay 03/02/2019 a las 6:38 pm

Yo tampoco soy mucho de soltar la lagrimilla fácil. En realidad soy un llorica, pero en videojuegos no soy muy de conmoverme hasta las lagrimas. Pero si tengo un recuerdo muy vivido de un juego que realmente tocó mi fibra sensible: The walking dead Season 1 de Tetalle Games, el final.

Mira que el juego tenía sus cosillas, pero a mi me encantó la historia. También digo que me lo pasé por allá en 2012 cuando el juego recién se distribuía por capitulos. Yo como un devoto esperé cada uno de ellos, supongo que eso ayudó a mi empatia con los personajes. Y el final… Yo tenía 13 años por aquel entonces, tienen que entenderme *se le entrecorta la voz* cuando ya saben quién muere y salen lo créditos pegado a la canción Take Us Back de Alela Diane; Los demás capítulos no finalizaban así, siempre acababan con musicalización dramática, pero esto se sentía como un cierre lacrimógeno, imperfecto, inevitable y muy bello. No fue hasta ese momento en que no solté toda la carga que llevaba encima por el juego, dios, qué bonito y qué triste fue *sniff* «Skipping stones, braiding hair~~~» porfa… ¿me pasan… una caja de clínex que les sobren?

Keelah Se'lai
Keelah Se'lai 04/02/2019 a las 2:28 pm

He llorado con casi todos los juegos que habéis nombrado pero hay uno en particular que nunca esperé que me hiciera llorar tanto y ese es el «To the moon». Tiene una estética muy retro y dulce, de ese estilo que no esperas que un juego así sea drama, para que luego te de la puñalada casi desde el minuto 1. La historia, si eres sensible, te hace llorar a cada momento (no daré detalles pero me pareció muy original). Y la bso es sublime. Recomendable 100%… Si tienes una caja de kleenex a mano.

Bisholy
Bisholy 04/02/2019 a las 3:34 pm

Buff… Es que lloro con cierta facilidad 😀 Pero de los más recientes, Life is Strange, sin duda!

Ibra
Ibra 12/02/2019 a las 11:05 am

Gracias por el artículo 🙂

Con lo de llorar tengo una especie de bloqueo en general, aunque puedo procesar las emociones asociadas de otras formas sanas sin problema (tiene muchas ventajas para trabajar con gente, pero es un engorro en lo personal, y para cortar cebolla).
Por otro lado, soy bastante sensible, así que momentos emotivos de querer soltar cataratas o tener el corazón hecho un gurruñito he vivido un montón xd

De los más o menos recientes y de juegos que no se hayan comentado, diría que en Bravely Default abundan. Vamos casi cada jefe, especialmente los relacionados con Edea (la intensidad de la empatía aquí era tremenda, por el no querer luchar, y por el antes, el después, las frases…), y muchos momentos de la historia (muchos, pero muchos muchos jajaja). En otros juegos los momentos de revelación son más como -oh, ahora todo tiene sentido!-, pero aquí son como -yo pensaba que esta situación era dura para tal personaje, pero en verdad era mil veces peor-, y claro, los feelings </3
En buena medida es por el guión (con una traducción nada sencilla y en general con pocos errores además), pero la música y el buen uso de la misma también tienen lo suyo, que la ost de BD tiene una capacidad evocadora impresionante

Gracias de nuevo por la entrada, siempre es agradable saber qué cosas emocionan a otras personas n.n

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.