Regreso al pasado

Ape Escape

Ape Escape

Nota: Para este artículo he jugado la versión original de PSX. Desconozco hasta qué punto es aplicable para la versión de PSP.

Si alguien me preguntara a qué edad empecé a jugar a videojuegos o cuál fue mi primer juego, sería incapaz de responder adecuadamente. Gracias especialmente a la afición de mis padres, los videojuegos siempre han formado parte de mi día a día. He crecido rodeada de consolas y de gente pasándoselo en grande jugando. Incluso cuando era un bebé mi padre me dejaba sujetar el mando con la consola encendida solo para ver qué pasaba (mis disculpas al pobre protagonista de Medal of Honor). Es gracias a ellos que desarrollé mi pasión por los videojuegos y que puedo escribir este artículo.

Pero me estoy desviando del tema. La cuestión es que soy incapaz de recordar cuál fue el primer videojuego que he jugado. Lo que sí recuerdo es cuál fue el primer juego que realmente logró entusiasmarme y que fuera incapaz de soltar el mando. El primero al que podría jugar horas y horas sin aburrirme. Por supuesto, ese juego no es otro que Ape Escape, que este año celebra su 20º aniversario. Así que he decidido regresar a este delirante juego para ver si realmente es tan bueno como recuerdo, y de paso comprobar cómo soporta el peso de sus dos décadas. Vamos a ello.

Ape Escape: Hazte con todos (Captura propia)

Para quien no conozca este juego desarrollado por Sony Computer Entertainment, la premisa no podría ser más sencilla. El objetivo de nuestro protagonista, Spike, es dar caza a un ejército de monos superinteligentes que han logrado viajar en el tiempo hasta la Prehistoria. Lo típico, ¿verdad?

La historia comienza con un adorable mono albino llamado Specter encontrando por casualidad un casco diseñado para potenciar la inteligencia de su usuario. A partir de ese momento Specter, convertido en un ser superinteligente, decide que es el momento de que los monos sustituyan a los humanos como especie dominante. Para ello, desarrolla en masa más cascos para crear su propio ejército de primates y utiliza una máquina del tiempo para enviarlos a diferentes etapas históricas con el fin de cambiar el pasado a su antojo. Sin embargo, un joven llamado Spike acaba viajando también en el tiempo por accidente, por lo que será su misión dar caza a los monos y detener sus planes.

Vale que quiere matarnos pero, ¿cómo enfadarse con esta cosita? (Captura propia)

Por suerte no estará solo. Spike contará con la ayuda del científico inventor del casco y la máquina del tiempo, y de su ayudante. Pero ¿cómo ayudarán al joven a enfrentarse a un grupo de monos armados y peligrosos? Enviándole valiosas herramientas como: una red para cazarlos, una porra, un tirachinas… (empiezo a pensar que el científico trabaja para los monos).

Bromas aparte, era imposible que el juego no me fascinara de niña con semejante premisa, y me sigue fascinando a día de hoy. Monos superinteligentes, viajes en el tiempo, dinosaurios… ¿He mencionado que el medidor de vida está hecho de galletas? ¿Qué hacéis que no estáis jugando ya?

Otro elemento a favor del título son sus escenarios. Para cumplir nuestra misión tendremos que movernos entre distintos niveles, todos ellos alegres, coloridos y, sobre todo, variados. En cada escenario encontraremos distintos terrenos, nuevas criaturas (tanto hostiles como amistosas), extrañas estructuras creadas por nuestros enemigos… Todo esto ayuda a que el juego no se vuelva repetitivo, pues cada nivel tiene nuevos elementos que ofrecer, y que realmente dan ganas de explorarlo en su totalidad.

Del mismo modo, los monos que debemos capturar actúan de distinta manera según el individuo, aunque a grandes rasgos pueden agruparse en tres tipos: escurridizos, agresivos y pasotas. Puedes encontrar micos ágiles que te obligarán a perseguirlos por plataformas a toda velocidad, otros armados hasta los dientes que te harán luchar por tu vida (“gracias” de nuevo por el tirachinas, profesor), algunos tan distraídos con sus pensamientos que ni te verán venir… Además, siempre que puedan aprovecharán el entorno a su favor para dificultar su captura. Esta variedad favorece distintos acercamientos y estrategias, lo cual siempre es de agradecer.

¿Puede haber algo más épico que UN MONO MONTADO EN UN T-REX? (Captura propia)

Aclarado todo esto, es momento de hablar de las mecánicas de este juego. Como ya habréis podido adivinar porque sois gente lista, se trata de un plataformas en tres dimensiones, con enemigos que tratarán de detenernos y diversas herramientas que nos ayudarán a avanzar. Estas herramientas se irán desbloqueando a medida que avancemos en el juego, permitiéndonos alcanzar zonas nuevas, y favoreciendo una segunda visita a los distintos niveles para llegar a lugares antes inaccesibles.

Aquí es importante hablar de los controles, pues pueden resultar algo liosos al principio. En este juego, las acciones principales (saltar, atacar…) se realizan con los gatillos o los sticks, quedando el resto de botones relegados a seleccionar herramienta o mover la cámara. Esto puede ser algo confuso al inicio, pero no tardas en acostumbrarte, así que acaba siendo un inconveniente menor.

Lo que sí es una molestia a la hora de jugar es la mecánica de algunas de las herramientas, que no han envejecido precisamente bien. Para hablar de este tema es importante saber que este juego fue uno de los primeros en aprovechar el novedoso mando Dualshock, que entre otras cosas añadía dos sticks al mando original (que carecía de ellos). Por ello, los juegos de esta época tenían ante sí nuevas posibilidades con las que experimentar, y Ape Escape no iba a ser menos. ¿Cuál fue su idea? Utilizar el stick para usar las herramientas, imitando los gestos del protagonista. Es decir, para usar el tirachinas, debes tirar del stick hacia atrás como si tensaras la cuerda, y soltarlo para disparar. Para golpear con la porra debes inclinar el stick en la dirección del enemigo, imitando el gesto del golpe. Es una idea interesante, que funciona muy bien con algunas herramientas, pero no tanto con otras. Me refiero concretamente a las que te obligan a girar el stick continuamente, como si fuera una peonza, al mismo tiempo que corres, saltas… Acaba siendo agotador, y es muy fácil meter la pata y morir por no ser capaz de girar el stick correctamente, o porque simplemente ya se te ha cansado el dedo.

Aquí podemos ver las herramientas asignadas a los botones, y un mono de nieve bien vistoso (Captura propia)

Otro elemento que puede complicarnos la vida es la cámara. Como ya he mencionado, los stick tienen otras funciones distintas, así que la cámara se mueve con los botones de dirección (de forma bastante lenta) o pasando al modo de primera persona (en el que no puedes moverte, solo mirar a tu alrededor). Ambos métodos son bastante lentos, provocando que se te escape el mono al que estabas persiguiendo, o que recibas un ataque que ni habías visto venir. Sin embargo, sí es posible centrar rápidamente la cámara detrás del personaje con solo pulsar un botón, algo que nos facilita mucho las cosas.

Sin embargo, estos pequeños problemas no me han impedido disfrutar de un título que logra aguantar el peso de los años mejor de lo que esperaba. Realmente me lo he pasado en grande volviendo a jugar este juego, y no por pura cuestión de nostalgia. Ape Escape logra mantener su carisma con su trama hilarante, sus coloridos escenarios, su variedad y especialmente con sus inigualables y monos antagonistas. Tengo claro que esta no será la última vez que juegue, y os animo a darle una oportunidad si tenéis ocasión.

Mi espíritu animal

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1 comentario
Marta
Marta 09/07/2019 a las 3:53 pm

Este es uno de los grandes juegos de mi infancia. Esos colores, es premisa de capturar monos tan inocente y divertida… Creo que este juego debería tener más reconocimiento. Y tengo que decir que la versión de PSP está muy bien también.

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