Untitled Goose Game y la magia de la sencillez

Untitled Goose Game y la magia de la sencillez

Hace apenas unos meses salió a la venta Untitled Goose Game, el esperado juego desarrollado por House House. Estamos en una época de grandes lanzamientos, con titanes como Death Stranding y Pokémon Perretes entre otros, y sin embargo ha sido este pequeño ganso quien nos ha robado el corazón (y las llaves, y las gafas, y la cartera…). ¿Cómo es posible? ¿Cómo ha conseguido esta fama? Mi principal hipótesis incluye un sacrificio de croquetas al gran Pug Supremo. O puede que sea un título lleno de carisma y sentido del humor. No sé, yo apuesto por el Pug.

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Imágenes exclusivas de vuestra nueva deidad (Giphy)

Pero ¿qué decir que no sepáis ya? Aunque no hayáis jugado, el gran aluvión de memes da una buena idea del encanto del título y del impacto que ha tenido. Y es que Untitled Goose Game apela a nuestro corazoncito mamífero cumpliendo uno de nuestros mayores deseos: vivir el día a día a base de jo-, digo, de fastidiar a nuestros vecinos. Ese es nuestro objetivo en el juego (y en la vida). A lo largo de sus diferentes niveles tendremos que abrirnos paso incordiando y engañando a todo el que nos encontremos, recurriendo a todo tipo de artimañas como robar hortalizas o desatar cordones. Nada es demasiado malvado para un ganso.

Pero no todo es tan fácil. Por algún motivo, a los humanos no les acaba de gustar que les roben las lechugas e intentarán detenernos. Para salirnos con la nuestra tendremos que recurrir al sigilo, aprovechando el entorno a nuestro favor para que no nos detecten. Pero no os preocupéis si no se os da bien esconderos. Yo misma soy pésima en este tipo de juegos, pero no he tenido problemas con este título. Nuestras víctimas no son muy insistentes y normalmente se limitan a quitarnos lo que llevemos encima y dejarnos en paz. No existe el game over, así que se alivia un poco la frustración cuando algo no sale bien. Además, podemos recurrir a estrategias como tirar todo objeto que veamos para que tengan que recogerlo o graznar para llamar su atención (nadie puede resistirse a nuestro afamado “HONK”). Todo esto nos permite avanzar sin demasiado esfuerzo, lo que lo convierte en un juego perfecto para relajarnos mientras causamos el caos en el vecindario.

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La inevitable escalada bélica (Página oficial)

Solo con esto podría entenderse la fama de este juego: una premisa sencilla y divertida con unas mecánicas bien llevadas, todo enfocado a pasar un buen rato sin complicaciones. Pero entonces estaríamos ignorando un punto realmente importante: su apartado gráfico. Como podéis ver en las imágenes, este título tiene un estilo muy característico. Los diseños son minimalistas y coloridos, enfocándose en lo importante sin apenas elementos de adorno. Todo lo que se ve en el escenario cumple una función, ya sea para obstaculizarnos o ayudarnos a avanzar, y gracias a la sencillez de sus gráficos podemos identificar de un vistazo todo lo que podemos utilizar. De este modo se consigue que puedas centrarte en tus fechorías sin complicaciones mientras disfrutas de unos diseños alegres y muy reconocibles.

Pero esto no es todo. Como ya he mencionado antes, este es un juego de sigilo, así que es imprescindible tener una buena idea del comportamiento de los NPCs y saber cuándo nos detectan. Hay diferentes técnicas para transmitir esa información, como códigos de colores que indican el nivel de alerta del enemigo o incluir medidores en la pantalla que miden el grado de sospecha, pero Untitled Goose Game opta por despejar completamente la pantalla e informarnos de la manera más orgánica posible. No hay ningún medidor en la pantalla: ni mapas, ni grados de alerta, ni inventario…, un recurso muy utilizado cuando se busca facilitar la inmersión. La información se transmite por medio de los personajes y la música. En primer lugar, la cámara está lo bastante alejada del ganso para poder jugar sin perder de vista a los humanos, así que siempre sabemos dónde están y qué hacen. Si nos detectan, será su propio lenguaje corporal el que lo muestre, alterándose unos instantes antes de intentar capturarnos. Además, en ese momento la música cambia a una melodía más acelerada. De ese modo no es necesario saturar la pantalla de información y a la vez ayuda a meterse en el papel de un sigiloso agente del mal. El único elemento que podría restar algo de realismo (si se puede considerar realista un ganso ninja) son los globos que muestran los pensamientos de las personas. Básicamente, cuando algún personaje quiere utilizar o recoger un objeto, aparece una imagen encima de su cabeza mostrando dicho objeto. De esa forma sabes qué va a hacer y actuar en consecuencia. Podría parecer que esto te saca de la inmersión, pero lo cierto es que está muy bien integrado y apenas llama la atención, así que no me causa ningún problema.

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¡Que no pare la fiesta! (Página oficial)

No hay mucho más que pueda decir sobre este juego. No hay una trama elaborada, ni unas mecánicas complejas. Pero precisamente ahí reside el encanto del título: en su sencillez. Nos hemos acostumbrado a gráficos cada vez más realistas, historias complejas con múltiples misiones secundarias, mapas enormes plagados de secretos… Y todo eso está muy bien, pero títulos como Untitled Goose Game nos recuerdan que nada de eso es imprescindible para crear un buen juego. Como decía al inicio, ha sido este ganso quien nos ha robado el corazón con su premisa simple y acertada, sus mecánicas reducidas y divertidas, sus gráficos minimalistas y carismáticos y su banda sonora sencilla y agradable. Elementos que, con su sencillez, dotan de carisma y humor a este juego. Así que dadle amor al ganso, pero no le quitéis el ojo de encima a vuestra cartera. Solo por si acaso.

HONK

HONK (Giphy)

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