Análisis de Rojo: A Spanish horror experience

Análisis de Rojo: A Spanish horror experience

Como ya hemos hablado muchas veces, Itch.io está lleno de pequeñas joyas. Algunas de ellas han sido desarrolladas en esta nuestra Españita, como ha sido el caso del título que nos ocupa hoy. Rojo: A Spanish horror experience fue sensación en redes sociales el día de su sorprendente anuncio.

Rojo: A Spanish horror experience parte de una premisa sencilla pero efectiva: una persona querida ha desaparecido. Como única pista tenemos una nota que nos ha enviado, en la que nos conmina a ir a una dirección concreta de un piso madrileño. Y allá que vamos, porque el poder de la amistad todo lo vence.

Nuestra partida comienza entonces en el rellano de la escalera, justo enfrente del piso que debemos investigar. Y tras llamar a la puerta (el sigilo es una cosa que llevamos regular) lograremos acceder al interior de la vivienda. Cualquiera que haya estado buscando piso en portales de alquiler recordará la sensación que da ver algunos de ellos, que no difiere a veces mucho de lo que podremos encontrarnos en este juego.

[Alt text vídeo: El tráiler de Rojo nos muestra la ambientación del juego]

La ambientación es el punto fuerte de la experiencia sin ninguna duda. Con una linterna de dinamo como único armamento recorreremos las habitaciones del piso una por una, buscando las llaves que nos permitan avanzar. Vale mucho la pena pararse a examinar cada cuarto, porque en todos encontraremos elementos de la cultura castiza española. No vamos a describirlos por no entrar en terreno de spoilers, pero tanto la parte visual como auditiva nos trasladarán sin duda alguna a la mente de los nostálgicos del Régimen (ejem).

Sin embargo, y como ha dejado bien claro su desarrollador, el juego no representa una apología del fascismo, sino todo lo contrario. A donde nos traslada es al peligro que representa el fanatismo en su forma más feroz, mostrado en este caso como uno de los episodios de la historia más reciente. Por eso es tan fácil que Rojo nos resulte tremendamente inmersivo, porque la iconografía y valores que muestra los vemos a diario en determinados medios.

La duración del título es muy breve, como cabe esperar. No podemos olvidar que es el trabajo de una sola persona y desarrollado sin fines comerciales. Sin embargo, no tiene absolutamente nada que envidiar a otros juegos. Intenta agobiar y lo consigue, y tendremos la impresión de que el inquilino acecha en cada rincón. Habrá algún momento en el que incluso tengamos que convencernos de continuar adelante.

Las mecánicas son muy sencillas de aprender y manejar, y la sensación de terror que da es innegable. Ya hemos hablado muchas veces que uno de los mecanismos de miedo más inmersivos consiste en basar la ambientación en sitios cotidianos. No hace falta que haya monstruos acechando ni tampoco sitios llenos de mugre, sino que basta un lugar en el que sí es factible que nos encontremos por algún motivo. Y el piso que exploramos en Rojo puede ser el de un familiar o una casa a la que tengamos que ir por la razón que sea. Lo hace real. Y por este motivo da mucho más miedo que una cripta submarina o un cementerio victoriano.

Rojo: A Spanish Horror Experience - Mesita con cartas revistas y medicamentos encima

Todo lo que dispondremos serán de una linterna y nuestro ingenio

La localización es certera. El juego se sitúa temporalmente en la fecha de exhumación de Franco del Valle de los Caídos (o sus proximidades), y aunque encontraremos elementos de la España de la dictadura, la mayor parte son posteriores a la misma. Incluso podemos ver que la prensa, programación de televisión y otros elementos que encontraremos en el entorno están ubicados temporalmente donde corresponde, aunque sin faltar elementos nostálgicos del periodo entre el Régimen y la exhumación del cuerpo del dictador. Un trabajo cuidadoso hasta en los pequeños detalles.

Otro aspecto positivo y que me gusta resaltar es que no busca la burla o la falta de respeto en ningún momento. Sí, hay representación del fanatismo y tiene claro tinte político, por supuesto. Pero la sensación que desencadena en quien juega depende mucho más de sus propias ideas que de las que objetivamente se nos muestran. La obsesión que muestra el inquilino podría fácilmente trasladarse a muchos otros campos y ser igual de inquietante. Por eso es destacable que juegue con nuestra propia psique acerca de la percepción de qué es desagradable o incómodo y qué no lo es, y aún más sin abusar de fobias.

Hemos disfrutado enormemente de nuestro paso por Rojo: A Spanish horror experience. Con un argumento que perfectamente podría ser la introducción de una película patria, Miguel Moreno nos trae un título inmersivo y entretenido. La exploración y el ambiente están conseguidos mediante una excelente elección de recursos visuales y acústicos. Todo ello hace que este viaje por la España más tradicional, aunque breve, se quede sin duda alguna entre las experiencias más destacadas que hemos vivido recientemente.

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Alystrin
Alystrin @Alystrin

Cosplayer, otorrinolaringóloga, streamer y, sobre todo, mamarracha profesional. Cuqui del almendruqui que no dudaría en sacarte las muelas por tus "incorrecciones políticas"

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