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La «casualidad» (o no) de ser «casual»

En primer lugar, y antes de empezar a hablar de este tema, quiero dejar claro que no estoy de acuerdo con el uso de la palabra “casual” para diferenciar de los “hardcore” o “true gamers(™)” en su uso peyorativo, y que no creo que ninguno sea mejor o peor que el otro. Pero es una problemática que existe y algo que me toca (la moral) de forma directa, por considerarme una «jugadora ocasional». Sí, damas y caballeros y gente no binaria, la autora de este artículo sale del armario gamer (???) y se confiesa jugar a intervalos irregulares a determinados juegos. Tengo pocos juegos en mi haber, pero a los que tengo les he dado mucho cariño, al menos a los que me han gustado. Y que juegue de forma algo más esporádica no quiere decir que esté menos o más cualificada para hablar sobre juegos que nadie (sobre todo si los he jugado).

Eso y que para el juego de palabras del título me venía de perlas.

Lo que sale al buscar «casual gamers» en Google. Precioso.

Esto de lo que os vengo a hablar hoy ya lleva tiempo rondándome por la cabeza, pero no me había sentado a escribirlo aún por X motivos. El detonante para ello fue una noche que no podía dormir y (por masoquismo puro y duro, porque no hay más justificación) me lié a buscar críticas del Fire Emblem Fates, juego al que estoy viciando cosa mala este verano y  del que por cierto pretendo hablar pronto. Y me acabé topando con una que me llevó por los caminos de la amargura. No porque pusiera el juego a parir precisamente, no. Todo lo contrario, de hecho; lo ensalzaba e inflaba de tal manera que me hacía difícil creer que hubiéramos jugado al mismo juego (o incluso que lo hubiera jugado siquiera). Pero eso no fue lo peor. Lo peor fue ver que, en la pretenciosidad de la cual el autor hace gala durante todo el larguísimo artículo, se lanza a hacer un apartado donde nos “instruye” sobre “cómo se debe jugar”. Ole tú.

Así que vas a usar el Modo Fénix. Cómo te atreves a llamarte fan de Fire Emblem (???)

Para entendernos mejor, quienes conozcáis la serie Fire Emblem sabréis que una de sus características notorias es que nuestras unidades no vuelven si se pierden en batalla, obligándonos en muchos casos a cargar de nuevo la pantalla. En los últimos juegos ésta es una modalidad de juego opcional, y Fates incluso te permite recuperar las unidades que has perdido al siguiente turno (Modo Fénix), algo por lo visto impensable para los clasistas del juego. Básicamente lo que nos dice nuestro iluminado particular es que la forma “recomendable” de jugar es manteniendo las muertes permanentes porque es lo que “caracteriza” Fire Emblem, y desactivarlas le quita el elemento de “adrenalina” que tiene el juego. Pues señor autor del artículo, me parece respetable si quiere usted jugar con el modo Clásico puesto, yo misma lo hago de cuando en cuando (si quiero sufrir), pero si no me apetece frustrarme a la millonésima vez que reinicio la consola tras perder a mi unidad favorita, o si es la primera vez que juego incluso, pues entonces jugaré como yo lo prefiera. Que los creadores del juego lo han puesto como modalidad por algo. Y hay muchas más cosas que caracterizan a Fire Emblem además de sus muertes permanentes. Pero claro, no es que haya jugado a cuatro de los catorce títulos que componen esta franquicia. Qué voy a saber yo.

Xander os está juzgando. Mucho. (Fuente)

Pongo de ejemplo esto como pudiera haber puesto otro cualquiera, pero esta tónica se repite a menudo con todos los juegos en los que les puedes cambiar la dificultad. Es el pan de cada día ver cómo los autodenominados “True Gamers”, en su elitismo, piensan que lo que hace a un gamer de verdad es la dificultad más alta en la que juega y/o tener una habilidad tremenda. Términos como “casual” no hacen más que invisibilizar y ningunear a los jugadores/as que, como yo, no poseemos una enorme habilidad jugando o preferimos jugar, a ser posible, en la modalidad “fácil”. Por los motivos que sean, que son nuestros y tan válidos como los de aquellos que prefieren jugar en Lunático. El simple hecho de cómo jugar ya nos invalida de algún modo y hace que se nos mire por encima del hombro.

No, no vengo a hablar del Dark Souls. Pero este es uno de los juegos considerados «intocables» para «casuals».

Jugar en modo Fácil no debería ser motivo de vergüenza o de insulto para nadie. Los creadores de videojuegos se dan cuenta de que a más gente que llegue su producto, mejor, y si ponen modalidades de juego distintas es porque desean que lo disfrute el mayor número de gente posible. Y si alguien desea jugar para ver la historia, o simplemente porque no quiere frustrarse apretando botones y acabar tirando la consola (o el ordenador) por la ventana, está en su derecho de hacerlo. Mucha gente, entre la que me incluyo, no lleva mucho tiempo jugando, o juega de tanto en tanto. En mi caso, puedo pasarme meses sin jugar nada, y luego pasarme otra temporada viciando a un juego que me encanta. Puede que una persona se haya interesado recientemente por jugar videojuegos, o que le guste sólo jugar un determinado tipo de videojuegos.

Pero seguimos jugando, disfrutamos igual, y eso no nos hace menos “gamers” que nadie. Ni más, ojo. Simplemente iguales. Estamos ahí, y los elitistas son los únicos que no lo quieren saber, porque lo saben perfectamente. No hace falta que venga nadie a decirnos cómo jugar a X juego, a qué juego jugar para ser «más gamers«, o cuál es la forma correcta de pasarse una pantalla o un juego cuando podemos ser capaces de experimentarlo por nuestra cuenta. Pero por supuesto, somos quienes llegamos de forma relativamente reciente (o volvemos) al mundo de los videojuegos quienes lo estropeamos. Y no al revés, con actitudes nocivas que no hacen más que perpetuar un ambiente rancio con el que no se va a ninguna parte.

Qué “casualidad”, ¿verdad?

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