El ladrón galante

Hay una serie de tropos que me gustan mucho, y el ladrón galante es uno de ellos, quizá porque cuando tenía seis años y me plantaban delante del televisor a ver las películas technicolor de antes de los 60, los protagonistas lo eran. Errol Flyn como Robin Hood o Burt Luncaster en El halcón y la flecha y El temible burlón son siempre los ejemplos que me vienen a la mente.

El ladrón galante es, como su nombre indica, un ladrón, pero no un atracador del tres al cuarto, sino alguien con clase. Es alguien con un traje que le quedará impecable (capa opcional) y unos modales exquisitos. La clase de persona que te daría las buenas noches quitándose el sombrero mientras desaparece entre las sombras con elegancia. O con un batgancho, porque Pierre Desperaux ha sido el Hombre de Negro, y eso se lleva en la sangre.
A veces, este tropo se junta con el de «hombres injustamente tratados que han debido huir de la ley», como es el caso de Robin Hood, aunque no necesariamente, como demuestra Arséne Lupin o su adaptación en anime de Lupin III, que quizá sean las representaciones por antonomasia de este tropo.

«Pero Darkor, sólo has hablado de cine, novelas y Psych, ¿esto no es de videojuegos?». Por supuesto que sí, Billy. Y en videojuegos aparece también. Concretamente el ejemplo que quería mencionar es Yitán Tribal, de Final Fantasy IX, porque yo siempre vengo aquí a hablar de mis mierdas. Yitán es un ladrón, como queda bien claro desde el inicio del juego, y demuestra ser galante (y un poco bastante PUA) cuando le apetece, aunque cuando se trata de figuras de autoridad, como son el Gran Duque Cid o Steiner, se olvida de la galantería. Aunque la verdad es que la galantería no es su rasgo más destacado, si entra dentro de este tropo, sobre todo cuando se trata de ayudar al más débil, no en vano su frase es: «¿Se necesita una razón para ayudar a alguien?».

Otros ejemplos en videojuegos de este tropo serían Sly Cooper, de la saga del mismo nombre; Balthier, en Final Fantasy XII; Varric, en Dragon Age II; o Carmen Sandiego, de la saga de juegos del mismo nombre, que no he llegado a jugar pero me encantaba su serie de pequeña, y mi hermano y yo la veíamos todas las tardes esperando que se le viera la cara al completo en algún momento.

Y múltiples ejemplos más que existen que podéis dejar en los comentarios.