Este rodaje es un infierno: Super Mario Bros.
05/11/2018 | 4 comentarios
Según Wikipedia, existen 35 películas internacionales basadas en videojuegos, sin contar cortometrajes, las locuras japonesas, las películas de animación o Detective Pikachu. El cine empieza a fijarse en el ocio electrónico ya entrados en los 90 y la encargada de dar el pistoletazo de salida fue la ahora infamemente conocida como Super Mario Bros, con un Bob Hoskins más perdido que un Goomba en New Donk City en el papel del fontanero italiano. A partir de aquí, se fueron sucediendo una serie catastróficas películas con las franquicias que habían marcado la década anterior, tal y como Street Fighter, Mortal Kombat o Double Dragon.
Más allá de su calidad artística o valores de entretenimiento, estos primeros experimentos tienen en común que fueron un pequeño desastre en sus fases de producción, algo que en algunos casos también se trasladó a la taquilla. Se podría decir que hasta ahora y con honrosas excepciones, Hollywood no ha sabido encontrarle la tecla del éxito a los videojuegos, dejando toda una ristra de curiosas anécdotas en estas casi tres décadas de adaptaciones, como las del infernal rodaje de Super Mario Bros, que se ha convertido en una auténtica leyenda en sí mismo.
SUPER MARIO BROS: APOCALYPSE NOW
Que uno de los primeros nombres que suenan en la historia de Super Mario Bros sea Roland Joffé, director ganador de la Palma de Oro en el Festival de Cannes por La Misión, es casi tan desconcertante y maravilloso como la fascinación de Internet por los pezones de Mario. El director británico se pasó meses persiguiendo a Nintendo y a su entonces director Hiroshi Yamauchi, hasta que le ofrecieron una audiencia para presentarles el proyecto. En aquel momento, Nintendo tenía jugosas ofertas de grandes productoras para adaptar las aventuras de los hermanos italianos, pero para sorpresa de todos, decidieron cedérselos a Joffé por una suma muy inferior a la que podrían haber conseguido. Aún así, Nintendo nunca pareció muy interesada en el proyecto, y en palabras del propio Joffé: “Creo que pensaban en la película como una especie de criatura extraña, y estaban intrigados por ver qué podía salir”.
Una vez conseguidos, Joffé empieza a escribir un ambicioso guión junto al ganador del Oscar Barry Morrow en un intento de convertir la historia de los hermanos italianos en un viaje existencial que tenía intención de ser algo así como si Rain Main estuviera protagonizada por Abbot y Costello o Laurel y Hardy. Bien de ambición. En ningún momento se tomaron la película como entretenimiento para niños, si no como una especie de distopía oscura ambientada en Nueva York que la acercaba más a Blade Runner que a los coloridos paisajes del Reino Champiñón.
Pero como suele ocurrir, los malvados ejecutivos entrajados que representaban los intereses del estudio, en aquel momento una filial de Disney, acabaron por convertirse en los verdaderos villanos de la película. En cuanto empieza el rodaje demandan un tono más cómico e infantil, lo que hace saltar por los aires toda la planificación previa y los diseños que ya se habían fabricado. Se desata el infierno. El equipo tiene que rodar en sets que no estaban preparados para las reescrituras del guión que se avecinaban, ningún actor se toma en serio la película y Joffé hace tiempo que ha cedido su puesto como director a favor de la pareja de cineastas Rocky Morton y Annabel Jankel, formados con Tim Burton. El estudio contrata a un nuevo guionista que masacra el material original y prohíbe a los directores cualquier contacto con él. Cada día llegan páginas nuevas y todo el mundo parece improvisar sobre la marcha.
Los actores principales, Bob Hoskins, que había aterrizado en la película sin saber que estaba basada en un videojuego hasta que se lo dijo su hijo, y John Leguizamo llegaron a confesar que estuvieron ebrios durante gran parte del rodaje, en el que Hoskins llegó a romperse un dedo. En cuanto todo acabó, las noticias del desastre que se estaba gestando no tardaron en filtrarse a la prensa, algo que marcó la carrera de Morton y Jankel para siempre, que hasta día de hoy han tenido muchos problemas para volver a trabajar en Hollywood, llegando a considerarse como unos apestados por el fracaso total de la película.
Nintendo no se pronunció en ningún momento durante el rodaje, ni siquiera cuando se decidió cambiar a los clásicos Goomba por unos extrañísimos dinousaurios de forma humanoide pero cabeza reducida. El día del estreno acudió una comitiva de la compañía entre la que se encontraba el propio Shigeru Miyamoto que, por supuesto, hasta día de hoy ha sido incapaz de decir nada malo sobre la película: “Creo que se esforzaron mucho y era un proyecto muy divertido en el que pusieron muchas ganas”. Para sorpresa de nadie, la película fue un auténtico desastre en taquilla y algún crítico de la época llegó a afirmar que hasta Yoshi, una especie de velociraptor en miniatura para su versión fílmica, tenía más carisma que todos los actores humanos. Roland Joffé, que al final de este via cruxis había mantenido una posición de productor, nunca llegó a saber la opinión Yamauchi sobre la película, un secreto que se llevó a la tumba. Tras tal varapalo, Nintendo mostró tal desinterés por volver a repetir la jugada que hasta cancelaron una posible adaptación de Metroid, una reticencia que han mantenido hasta hace muy poco. ¿Qué pensáis vosotros de Super Mario Bros? ¿Fue una incomprendida de su tiempo? ¿El producto final se mereció su pésima recepción y legado?
Fuentes: Wired y Den of Geek.
Me parto con todo esto. Mira que es mala la peli, pero es que con ese rodaje no podía ser de otra forma xDDD. Muy divertida la columna 🙂
Me sonaba pero no conocía los detalles y… madre del amor hermoso. Muy buena columna (como siempre)!
Muy interesante la columna, Ada <3 no sabía que se lió tanto por dentro y por eso salió la cosa así.
Esta película está realmente cursed para mí y para todo el mundo, espero. No me trae ni buenos recuerdos y eso que soy fan acérrima de Super Mario Bros. Los "goombas" me dan todo el mal rollo XDDD
Yo la vi en cine a poco de su estreno, y no entendí casi nada. Me gustó la idea de que los hongos fueran realmente hongos pero, de dónde salía tanto dinosaurio?
Lo de que Hoskins y Leguizamo andaran piripis (lo acabo de descubrir, gracias) durante el rodaje, explica cosas.
Un despropósito de película. Una pena que no sirviera para que los productores aprendieran que deberían dedicarse a su trabajo (proveer recursos) y dejar a los demás hacer su trabajo.