¿Qué minijuego de la saga Yakuza eres?

Clásico entre clásicos, una elección que siempre gusta y nunca defrauda. Cuesta un poco cogerle el punto, pero cuando lo consigues te puedes poner en la piel de Kiryu con Bakamitai o en la de Majima con 24—Hour Cinderella. Venga, dale ahí a ese triángulo, cuadrado, equis, que el karaoke no se anima solo.

Te gusta la velocidad y montar cochecitos para llevarte todos los campeonatos, sin importarte cuántos yenes te dejes. La satisfacción de tomar una curva sin problemas o recuperarte de una pérdida con arte y llevarte la carrera y la copa son sentimientos que no tienen rival. Tú, aparentemente, tampoco.

La panoja, el money, la guita… Eso es lo que mueve el mundo, y lo sabes. De una pequeña empresa familiar a un emporio empresarial: las finanzas no tienen secretos para ti, y sabes dirigir a tus inversores con mano firme pero cuidadosa. Magnate de las finanzas, por supuesto, pero sin olvidar tus orígenes.

Donde pones el ojo, pones el home-run, o lo intentas. No hay tipo de bola que tu visión periférica no pueda captar, y sabes dirigir tu bate con la presteza y fuerza suficiente para no fallar. Tus nervios de acero y tu concentración hercúlea hacen que nadie pueda superar tu puntuación bateando.

Los departamentos de RRHH te envidian por tu manera de gestionar un club y su personal con tanta eficiencia. No se te pasa ni un gesto de tus trabajadoras, sabes resolver conflictos y al final de la noche sabes obtener tremendos pingues beneficios. Eres una joya en bruto de la gestión, vaya.