Alerta: ¡cuquicidad extrema!
Análisis de Growbot

01/08/2022 | Azka | No hay comentarios
Siempre que puedo me embarco en los point & click. Es un género que me encanta porque me permite descubrir e investigar, además de avanzar a mi ritmo. También porque se adapta muy bien a mi medio favorito, el PC. Sin embargo, en esta ocasión, aprovechando que Growbot está disponible en Nintendo Switch, he decidido probarlo aquí. Gracias a Wabisabi Play que ha tenido el detalle de sacar esta versión, entre otras, de su juego indie. Este cambio de plataforma supone un pequeño reto, pero que he tomado con gusto.
Growbot tiene una interesante historia de ciencia ficción y fantasía. Controlaremos a Nara, una cultibot floral que empezará su entrenamiento de capitana del asteroide Kew en la estación espacial ventral. Allí deberá aprender a mantener en buen estado el escudo que los protege del mar espacial. Pero entonces se viene el desastre. Mientras Nara duerme, son atacados. Los escudos y las comunicaciones han caído y algunos miembros están desaparecidos. A pesar de ser solo una novata, nuestra protagonista se encargará de ayudar en todo lo posible para recuperar el control del lugar y encontrar a los demás. Durante este proceso, no solo se formará como cultibot hecha y derecha, sino que, además, descubrirá qué se oculta tras el inesperado ataque y por qué. También hará muchas amistades con increíbles seres espaciales.
Aunque he resumido la idea que nos mueve, el worldbuilding de este juego es mucho más complejo. Así nos encontraremos con cosas tan fantásticas como que los robots se mueven gracias a la energía de la flor que crece en ellos (cultibulbo) o que el escudo protector está hecho con notas musicales. El inicio puede ser un poco lento debido a las explicaciones, y eso que no son muchas, por lo que también contaremos con el Manual del Cultibot para ampliar más información y aclarar el uso de algunos artefactos imprescindibles en la mecánica del juego. Además contaremos con descripciones de los elementos importantes del escenario, y nos las dará, en un principio, un orugenio.
En Growbot, como buen point & click, será importante explorar todos los escenarios para obtener items imprescindibles en la resolución de objetivos. Tendremos dos inventarios: una columna a la izquierda con objetos reutilizables y fundamentales, y otra a la derecha con objetos de un solo uso para afrontar puzles concretos. El cursor también nos ayudará cambiando de color: blanco en estado normal, rojo para objetos interactivos y azul en caso de estar reproduciéndose alguna acción. De todas formas, como los elementos pueden ser un poco pequeños, y se integran bastante bien en el escenario, tendremos un botón que nos mostrará todos los puntos de interacción en caso de que lo necesitemos. Tengo que decir que es muy útil. Aunque por desgracia no dispondremos de ninguno para resolución de puzles en caso de bloqueo.
Esto último no quiere decir que los puzles de Growbot sean difíciles, pero, a medida que avanzamos, se vuelven más complejos y puede que no se entienda bien la mecánica o que clicar con el mando no sea lo más rápido en situaciones donde se requiera un poco de reflejos. Por otro lado, también tenemos una mecánica básica como es el arreglista floral, un aparato con el que podremos crear llaves, escudos, etc. necesarios para avanzar en el escenario. Los produciremos con sonidos obtenidos de plantas. El juego nos dará el patrón de una melodía y deberemos averiguar qué plantas necesitamos para reproducirla. Esto nos impedirá jugar en caso de no poder escuchar correctamente los sonidos.
Gráficamente Growbot destaca muchísimo. Su estilo de dibujo 2D, realizado a mano por Lisa Evans, está lleno de carácter y me recuerda a los juegos de Amanita Design. Los personajes son cuquísimos, sonrientes y con coloretes. Los entornos son muy bonitos y coloridos, con detalles que, en muchas ocasiones, son interactivos, aunque para la pantalla de la Switch pueden ser algo pequeños. Acorde va la música, delicada y misteriosa, con sus correspondientes efectos de sonido, pero, a veces, mucho más fuerte que las melodías de los puzles que realmente necesitas escuchar. El juego no tiene voces propiamente, los personajes hacen ruiditos al hablar, pero los diálogos están subtitulados y disponibles en español, con una buena localización realizada por Concha Fernández. Respecto a los controles en Switch, podrían haber sido más cómodos, depende demasiado del puntero, que controlaremos con el stick derecho. Por suerte, en modo portátil podemos aprovechar la pantalla táctil, muy útil para pasar rápidamente de un escenario a otro.
Una de las cosas que destacaría del juego es la idea de mezclar tecnología y naturaleza, que los avances y elementos futuristas sean tan orgánicos. No es algo nuevo pero queda perfecto en un título tan cuqui. Me encanta que hayan optado por la idea de que los avances tecnológicos no tengan que ser a costa de la vida natural. Además, a su vez se combina con la música, los colores y la felicidad. Todo está conectado y relacionado. Donde hay vida, hay sonidos, y encontramos colores vibrantes y aliens sonrientes que tiran fuegos artificiales. Por ejemplo, para entrar a una sala debemos ayudar a una máquina/arrecife de coral que nos dice que ahora es un arrecife melancólico porque ha perdido sus colores. Y sin embargo, que no os engañe su estilo, porque oculta una historia bastante siniestra de fondo que hay que descubrir.
Como conclusión puedo decir que Growbot es un juego hecho con mucho mimo, arte y originalidad en el diseño, pero un poco obtuso en mecánicas. Le cuesta explicarse y simplificar, y con el mando se hace un poco más incómodo. No obstante no es difícil ni se hace pesado, tiene variedad de puzles aunque repita mecánicas en algunos puntos. Además es bastante cortito, unas cinco horas más o menos, dependiendo de cuánto nos atasquemos, por supuesto. Es perfecto para disfrutar en esos ratos libres antes de dormir.
Clave de prensa propocionada por Wabisabi Play.
Estudiando para hada madrina, que dicen que para estudiar nunca es tarde. Jubilada de los MMOs. Ahora llevando la magia gamer a las nuevas generaciones.
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