Ark: Survival Evolved; Jugando al Ark-a de Noé

27/01/2019 | Anís | 3 comentarios
Llevaba tiempo sin pasarme por aquí. Pero vengo con fuerza y horas y horas a mis espaldas de un juego del que tengo mucho que decir. He venido a hablar del Ark: Survival Evolved, un juego de supervivencia que mezcla dinosaurios, gestión de recursos y acceso a tecnología futurista muy centrado en el juego online; en el que puedes acabar teniendo un brontosaurio con torretas automáticas montadas, ir volando en un dragón, o corriendo a lomos de un velociraptor. Y si esto no os resulta fascinante, estáis muertos por dentro.
Pero sí, esto empieza simple y luego se va de madre. Hay muchos detalles y muchas excepciones así que empecemos por el principio.
Ark: Survival Evolved es un juego desarrollado por The Studio Wildcard. Salió en 2015 en una versión Early Access para ser lanzado definitivamente en 2017.
En él eres un humano que tendrá que intentar sobrevivir en un entorno natural donde habitan dinosaurios salvajes, y entre ellos encontrar comida, agua, crear un refugio y aliarte con otros jugadores para formar un tribu y domesticar criaturas y conseguir desarrollar tu tecnología lo máximo posible para desentrañar todos los misterios del mundo que te rodea.
El juego salió con mucha expectación y ya era relativamente caro cuando sólo era un Early Access, y vino con sus polémicas por retrasos de fecha de lanzamiento de la versión completa, la duración del periodo de beta, la subida de precio cuando salió oficialmente… Se planteó sacar la versión en físico o incluir más DLCs de pago de los que se había anunciado en un principio.
Tiene mapas enormes con muchísima información, lo que hace que el juego online sufra bastante con el lag según el momento, el servidor, tu conexión, y sobre todo jugando online si pasas junto a las bases gargantuescas de algunas tribus (tíos, qué demonios os pasa, qué tenéis que compensar); pero incluso en modo multijugador local se aprecian algunos fallos, por falta de optimización, del estilo: si los dos jugadores abren un menú a la vez se ralentiza mucho la interfaz, si uno se monta en un dinosaurio al otro le da un salto la cámara. Aclaro que he jugado siempre en PS4, aunque sé que las quejas por optimización abundan también en las otras plataformas.

Volando sobre The Island
Al Ark se le ha dedicado mucho tiempo de desarrollo, que se ha podido vivir de primera mano precisamente gracias a todo el tiempo que estuvo disponible en versión beta. Esto mismo se ha criticado por cobrar por un juego incompleto, que además no es barato, y alargar la beta al infinito (el primer DLC de pago salió cuando aún estaba en beta) e incluso, por abrir la veda para que más empresas hagan esto mismo con sus videojuegos. Y por mucho que haya disfrutado el juego es cierto es que deberían pulirlo mucho más, las quejas de bugs, crashes, lag, etc. son una constante aún pasados los meses.
Pero algo debo defender, y es que la optimización de un juego así es complicada. Han sido quizá demasiado ambiciosos porque han buscado estar disponibles en todas las plataformas posibles (de PC a móvil pasando por todas las consolas, la última la Switch con terribles resultados) y prometieron una cantidad de contenido titánica. Pero es juego divertido, tiene un mantenimiento constante y eso es muy bueno, han arreglado ya muchísimas cosas y confío en que ya que han salido todos los DLCs y que han entregado todo lo prometido, estos meses por venir se dedicarán con mayor fuerza a limar todas estas asperezas que tiene.
Y aquí tengo que hablar sobre la comunidad, el Ark tiene una comunidad muy activa detrás que se curra muchísimo la wiki del juego, increíblemente necesaria, o la corrección de las traducciones a otros idiomas, cosa casi completamente impulsada por ellos.
Hablemos sobre historia; es un juego en el que puedes haber estado jugando durante horas y horas y no haberte enterado prácticamente de nada de la misma; tu personaje aparece en un ecosistema natural y lo primero que puede captar tu atención son las tres estructuras enormes con forma de obelisco flotando en el cielo que emiten luz, roja, azul y verde respectivamente. Probablemente no tardaremos encontrarnos con los dinosaurios y poco a poco con «notas de explorador». Estas notas pueden contener información de dinosaurios, de extraños artefactos que podéis encontrar y de peligrosas cuevas que están repartidas por el escenario. Al explorar las cuevas y acceder a las zonas cercanas a los obeliscos (enormes construcciones flotantes que veréis nada más llegar) podéis aprender más de los motivos de la existencia de los escenarios y desentrañar los misterios que os rodean, pero la información en general es tan escasa y difícil de recopilar que todo Internet está lleno de listas de referencias y teorías.
El juego tiene tres modos de juego básicos: el modo jugador local, en el que tienes tu propio servidor y puedes jugar multijugador a pantalla partida; el modo multijugador online PvP (Player versus Player); y el PvE (Player versus Enviroment), donde no puedes atacar a otras tribus, sus dinos o construcciones.
Antes he mencionado los mapas y DLCs. El juego base incluye tres mapas, The Island, el mapa básico que es una isla con diversos biomas (playas, pantanos, bosques, montañas, tundras, el propio mar, etc.); The Center, empezado como un mod hecho por un usuario, con un nuevo ecosistema, nuevas especies y una isla flotante; y Ragnarok, una isla diferente con paisajes dignos de cuentos y leyendas donde además existen criaturas fantásticas como dragones y aves fénix; y además un modo de juego alternativo llamado Primitive Plus, creado inicialmente también como un mod hecho por los usuarios, donde desaparecen los inventos modernos y la tecnología futurista de la lista de objetos que podemos aprender a construir y vuelven la experiencia mucho más parecida a cómo imaginamos realmente que sería sobrevivir en la época de los dinosaurios.
Luego entramos a los tres DLCs de pago, que son, en orden de salida: Scorched Earth, un cruel desierto donde los mayores peligros no son necesariamente (únicamente) los dinosaurios, sino las altísimas temperaturas y la carrera contrarreloj para encontrar algo de la escasa y valiosísima agua y poder construir un refugio que te proteja del calor (pista: bajo los obeliscos hay oasis y no construyáis en piedra). El siguiente fue Aberration, donde (mini spoiler!) el arca se ha roto, los ecosistemas se han corrompido y las criaturas presentan mutaciones extrañas y sobre todo peligrosas. Y por último Extintion, salido este noviembre y que no he podido explorar… donde se les ha ido de las manos la cosa y en un paisaje cuasi alienígena y futurista, los dinosaurios casi son lo de menos dado que debes enfrentarte a titanes (como kaijus al más puro estilo Pacific Rim o Guardianes Eridianos, estilo Borderlands) con mechas (diría como Pacific Rim otra vez pero a mí me recordó al Megazord), y es básicamente un popurrí de cosas loquísimas donde necesitarás una megatribu para avanzar mínimamente. La verdad es que el solo concepto de este DLC me ha apabullado lo suficiente como para quitarme las ganas, pero eh, ahí está.
El juego implementa una cantidad ENORME de mecánicas y te da muy poco manual o tutorial así que en un siguiente artículo os haré una presentación detallada de las mismas. Pero las puedo enumerar como: construcción, donde entra además la siembra, producción y recolección de recursos; luego la doma de dinosaurios, quizá mi parte favorita ya que tengo espíritu de entrenadora pokémon y los quiero tener todos, al menos si tienen colores bonitos o raros; la cría, la creación de tribus, la lucha contra otras tribus o jefes, la exploración del mapa y cuevas y la entrada al Ark.
Personalmente el Ark me encanta, me tiene enamorada, tiene mil formas de enfocarlo y me ha comido muchas horas, aunque siempre he explotado más la parte de ser una pequeña tribu, acabar haciendo prácticamente una granja, dejando la exploración sólo para buscar recursos raros y los jefes y la historia como algo secundario o incluso terciario. Sólo ser capaz de sobrevivir lo suficiente como hacer una base funcional, acumular suficiente stock de metal y domesticar algunos de los bichos que faciliten el trabajo… ya es un logro enorme. Porque sí, al principio vas a morir mil veces, por las razones más diversas, por ejemplo: no tengo comida, me ha atacado un grupo de dilofosaurios, enfadé al bronto sin querer, pensé que podía atrapar un pez y me ha comido un megalodón, etc. Y no os frustréis, es lo normal. Ya veréis la satisfacción cuando consigáis contruir vuestra primera base, domesticar a vuestro primer dino volador o a un megalodón y lograr que la jungla o el mar den menos miedo. Me encantaría poder enseñaros una captura de una allosauro rojo, nuestro primer carnívoro grande, que domesticamos en un servidor local, pero no he podido acceder a él. Cuando estéis asentados ya os pondréis objetivos y misiones más ambiciosas: «Lleguemos a la tundra», «Domestiquemos un rex», «Exploremos la cueva sur».
Desafortunadamente llevo meses sin jugar, porque llegó a convertirse en una obligación; jugando en un servidor online la base requiere mantenimiento, los dinos que los alimentes, los cultivos que tengan abono… y si pasas mucho tiempo sin conectarte, los dinos desaparecen, las construcciones van destruyéndose; exige dedicación o una tribu grande y activa. Y en mi caso éramos sólo dos jugando y no siempre podíamos dedicarle tiempo. Pasamos por tres o cuatro «Vaya, todos mis dinos han muerto» y varios más «Vaya, se me ha destruido la base que contruimos en la isla donde recolectamos metal» y da el bajón. La última vez habíamos conseguido un par de argentavis (una aves grandísimas que aguantan mucho tiempo en el aire) que nos habían hecho avanzar un montón; y al perderlos se nos quitaron las ganas del todo.
Volveré, claro que volveré, y os invito, si podéis, a que le deis una oportunidad. Tengo la espinita clavada: quiero explorar las planicies heladas del norte de The Island, quiero llegar a las Ruinas de las Dunas de Scorched y domar a un wyvern o un ave fénix, probablemente en un servidor local. Aunque no renuncio a formar una nueva tribu online más grande en un futuro, ¿alguien me quiere acompañar?
La mayoría de las imágenes, excepto la de Macarena, mi anquilosaurio de colores, han sido sacadas de la wiki del juego: ark.gamepedia
Me gustan los girasoles, los perros, el té y los ratones. Y las hadas y los dragones. Y leer cómics, y jugar al rol y videojuegos y los peluches y los zorros y...
Etiquetas: ark, ark: survival evolved, dinosaurios, gestión, supervivencia, the studio wildcard, wildcard, wildcard studio
«Ark-a de Noé»… con que tú eres la que escribe a pié de twitter en los artículos verdad? confiesa! e.e
Buah, estos juegos en realidad me quitan mucho la vida, además de que no soy muy de gestión de recursos, me gustan más los pasillos y las charlas. Una buena plática con un letrado de una ciudad ficticia me conmueve más que cualquier bronco saurio púrpura queriendo zamparme. Lo sé, soy un aburrido. Y procuro mi salud, para qué engañar.
Pero mucha suerte con tu tribu, espero que encuentres más gente con la que jugar. Esos bichos no se ven tan amistosos… pero si te hacen caso yo creo que puedes con cualquier cosa a voluntad. Ánimo!, que el Argentavis volverá, confío en mi bicho de plata. El Argentavis es blanco plateado ¿verdad? por eso el Arg de Argentina. Me parece. no sé jaja
He de decir que aunque compartimos gusto por los infames juegos de palabras ya quisiera que se me ocurriesen a mí todos los de twitter.
Comprendo que estos juegos no son plato de gusto para todos; y también me encantan los juegos con una buena narrativa como la que más y es verdad que este no la tiene.
El argentavis no volverá, murió por inactividad en el servidor… y curiosamente los colores pueden ser cualquiera los que teníamos eran uno rosa y otro verde.
La verdad es que es un puto vicio… y malísimo. Me encanta, y lo odio. Me parece divertido, divertidísimo, me vuelve loco, me apasiona domesticar dinos y montar mi casita, pero, honestamente, es uno de los juegos más mal paridos que he visto en mi vida. Aun así, para mi el principal problema es que, en servers PVE, encuentras latifundios enormes en los que no puedes entrar con dinos terrestres porque están vallados, y en PVP, es imposible crecer porque a la mínima te raidean. Me cabreo mucho cada vez, digo que no volveré a jugar, y un mes después vuelvo a estar reconstruyendo todo, porque me apasiona este maldito e infernal juego.