Spyro 2, O Cómo Joderle Las Vacaciones A Un Dragón

¿Alguien necesita un héroe púrpura con alas, que escupe fuego y que viene acompañado de una libélula? ¿Sí? Excelente, porque Spyro viene preparado para patear a los malos, que le han jodido las vacaciones y eso no le gusta a nadie. Ni siquiera al buenazo de Spyro.

Vamos Allá.

Spyro 2 salió al mercado en 1999, si mal no recuerdo, con el nombre de Spyro 2: Gateway To Glimmer  en Europa y Spyro 2: Ripto’s Rage en USA.

Es la continuación prácticamente inmediata de Spyro: The Dragon, que apareció en el año 1998 y que fue un éxito total de ventas. Aquí, la historia comienza cuando nuestro purpúreo protagonista alado se va de vacaciones y acaba en un mundo que no son las paradisíacas Tierras del Dragón. Confuso, escucha con atención a los habitantes de este mundo, Avalar, que le piden ayuda para que derrote a un tal Ripto, un reptil con capa draculiana y un cetro más alto que él mismo.

Le Petit Cabrón.

Spyro, que es un trozo de pan, se presta en seguida a ayudarles. A la porra quemarles el culo por traerle a un lugar que no quería para luchar por vosotros y no devolverle a las Tierras Del Dragón; mejor va a dedicar sus vacaciones a luchar contra los malos. Fuck the system.

I don’t even give a fuck.

Para poder chamuscar al malo malísimo, Ripto, Spyro tendrá que avanzar a lo largo de tres mundos y veinticinco niveles, recolectando gemas, esferas y talismanes. Las esferas sirven para abrir nuevos portales a nuevos niveles, consiguiéndose en misiones secundarias, muchas de ellas más complicadas de lo que parecen…

Os dejo un gameplay con una de ellas. No la más difícil pero sí la que más veces he repetido. Creo. Ya no me acuerdo *flips table*.

Mientras que los talismanes te los dan con completar los niveles, algo que se puede hacer en menos de diez minutos. Una vez se tienen todos los talismanes, se puede hacer frente al jefe de nivel.

En los dos primeros mundos, los jefes son los esbirros de Ripto: Crush (el verde) y Gulp (el azul), dos idiotas gigantones que lo que tienen de estúpido lo tienen de tamaño (nada que ver con mis propios esbirros). Sus niveles son facilones una vez coges la mecánica y consisten en lo de siempre, golpear con algo y quitarles vida. Ripto es algo más complicado, porque cambia el escenario de cara al final y es más difícil acertarle… y más fácil morir.

En esta entrega tendremos un par de habilidades más, que son nadar y bucear, trepar y romper cosas con la cabeza al realizar un salto y una voltereta. Para eso tendremos que pagar, sí o sí, a un personaje llamado Ricachón y que se lleva todos nuestros ahorros en joyas.

Igual que un banco.

Al margen de estas dos habilidades, en algunos niveles hay un par de obeliscos que otorgan un determinado poder de manera temporal. Por ejemplo: volar, lanzar bolas de fuego (en lugar de llamas) o ser inmune al fuego (ironías de la vida, un dragón puede morir si se quema).

Estas habilidades temporales se consiguen eliminando enemigos, cuando llegues a un determinado número, podrás hacer uso de esta habilidad. El tiempo te lo marca una barrita a la derecha y un contador sonoro te avisará de que estará a punto de terminar.

También tendremos los clásicos niveles de vuelo a contrarreloj, que pondrán a prueba tu habilidad y tu paciencia. En serio, no he visto cosa más desesperante en el juego.

Para saber cómo llevamos el juego en porcentajes y número de objetos (joyas, esferas y talismanes), tendremos la opción de Libro Guía, un libro muy cuqui donde te ponen las joyas que tienes y las que hay en el nivel, las esferas que hay y que tienes y si tienes el talismán o no. Aunque esto último es algo casi innecesario porque es imposible pasarse un nivel sin obtener el talismán.

Este librito también tiene un apartado final en el que aparecen los Puntos de Habilidad, que son una especie de desafíos secretos que tendrás que averiguar cuáles son; por suerte (o por desgracia), a día de hoy hay mil millones de guías y de gameplays donde salen y no son difíciles de conocer. Otra cosa es que seas capaz de hacerlos. Yo lo he intentado y creo que hubo alguno que se me resistió porque soy una persona sin paciencia.

Sí, es mía. Las chicas también jugamos Y COMPLETAMOS JUEGOS.

La música la sigue componiendo Stewart Copeland, creando melodías bastante buenas y a la altura de la anterior entrega. El juego ha mejorado un poco en cuestión de gráficos, ahora es más colorido todo, como más definido (o quizá yo que lo veo con buenos ojos) y también a la hora de movernos, aunque seguiremos cayéndonos si calculamos mal un giro en una cornisa. Gajes de ser de los noventa.

Cada nivel comienza con una introducción y una escena final; casi siempre son en tono de humor, igual que todo el juego (recordemos que fue un juego más enfocado a los niños); estos vídeos cortitos nos ponen en situación de cara a cada nivel, nos muestran los habitantes y los enemigos del lugar y, en la final, nos enseñan un pequeño desenlace de cómo queda el nivel tras nuestro paso eliminando enemigos.

El juego no es extremadamente difícil, está hecho para críos realmente (que luego los adultos lo juguemos es secundario), pero tiene zonas y misiones que harán que quieras tirar el mando a la pantalla. Pero está bien igualmente porque el juego te va aumentando la dificultad a medida que vas avanzando lo cual es BIEN.

Así que, si os gustó la primera entrega, ésta seguramente os gustará también.

PD. Ningún esbirro ha sufrido en la realización de este post. Bueno. Ninguno, ninguno… casi ninguno…

Son unos valientes.