Soft Body, un bullet hell sin fuego ni sangre

19/08/2018 | maría solecismo | No hay comentarios
Cuando me enteré de la existencia de los bullet hell y los roguelike asumí que odiaría ese tipo de juegos, tan frenéticos y sin mucha historia detrás. Después resultó que estaba equivocada, como descubrí tras comprar Nuclear Throne y que este se convirtiese en uno de mis juegos favoritos. Tristemente, hoy no vengo a hablar de Nuclear Throne, un juego del que ya se ha hablado mucho por gente que lo hace mejor que yo, sino de un bullet hell que ha pasado bastante desapercibido y que merece la pena rescatar de la montaña de juegos de Steam para darle una oportunidad.
Soft Body, el único juego hasta la fecha de Zeke Virant, tiene ya un par de años y muy poquitas críticas en Steam. Además de estar para PC en esta ya mencionada plataforma y en itch.io, también lo podemos encontrar en la PS4, para aquellas que prefieran consola. Su página web lo describe, de forma resumida, como un «juego de acción meditativo en el cual controlas a dos serpientes al mismo tiempo». En realidad, Soft Body está dividido en dos modos: Soft Game y Hard Game. En el primero raramente has de controlar las dos serpientes por separado, y los puzles y niveles se centran más bien en que te adaptes a la mecánica de las serpientes y de los enemigos a los que te enfrentas. Por otro lado, en Hard Game las cosas se complican bastante, cuando con un joystick del mando has de controlar a Serpiente 1 (el cuerpo blando) y con el otro a Serpiente 2 (el cuerpo fantasma). Pero que no os engañe esto, que Soft Game también se puede hacer cuesta arriba en numerosas ocasiones.
En mi cabeza lo clasifico como un bullet hell chill, que destaca desde el principio por el diseño y lo estético de sus niveles. El tráiler de lanzamiento para la PS4 lo categoriza como bullet heaven, una descripción quizás más acertada que la mía: sigue habiendo infinidad de balas que te rodean, pero estás en un lugar que te invita a quedarte y a arriesgarte en cada movimiento que trazas.
Uno de los niveles del Soft Game (Cross Sadness, 3-9)
El propio Zeke Virant habla de cómo el desarrollo de Soft Body está basado en torno a una sola pregunta: «¿Cómo puedo lograr que el movimiento resulte gratificante?», y para eso utiliza todas las herramientas de las que dispone. La paleta de colores, la música, el movimiento de las serpientes que controlamos y de nuestros enemigos geométricos; todo hace que cada nivel nos resulte cómodo y nos invite a quedarnos atascados, recorriendo las paredes una y otra vez, pintando la pantalla de nuestro ordenador y esquivando las balas que amenazan con hacernos estallar en mil pedazos.
Soft Body es el mayor ejemplo de lo relajantes que pueden resultar este tipo de juegos que en un principio pueden parecer exasperantes. Como ya he mencionado al principio de la reseña, yo misma creí durante muchos años que juegos que caían bajo la categoría de roguelike o bullet hell eran imposibles de disfrutar: la perspectiva de tener que repetir niveles una y otra vez para lograr avanzar o de estar rodeada constantemente de enemigos y balas sonaba de todo menos atractiva. No obstante, con el tiempo descubrí que este tipo de juegos te permiten experimentar el medio de una forma muy distinta a la que estaba acostumbrada. En vez de sumergirte en una historia, lo haces en una mecánica que consigue que tengas que estar atenta a lo que está ocurriendo en pantalla, avanzando conforme vas aprendiendo los entresijos de cada nivel.
No quiere decir esto que no te vayas a frustrar cuando te quedes atascada, te lo dice una que ha tardado más de una hora en superar más de un nivel. Pero no es una frustración que te agote, en parte gracias a la importancia que le otorga Zeke Virant a elementos ya mencionados como la música o los colores; pero creo que también tiene que ver el que los enemigos nunca lleguen a resultar realmente agresivos, no hay sangre ni muerte ni dramatismo, más bien has de esforzarte por lograr una manera de sortear el resto de cuerpos que habitan los niveles, de ir transformando lo que te rodea poco a poco y con cuidado.
Aquí el juego estaba preocupado por mí tras intentar el mismo nivel por enésima vez
Soft Body no es ni pretende ser un GOTY, no ofrece personajes ni historia, y tampoco creo que sea un juego que guste a todo el mundo. Pero como mínimo, resulta interesante y nos ofrece algo nuevo y trabajado con mucho mimo, por lo que si queréis darle una oportunidad a un juego diferente, con una estética muy definida y que os mantenga unas horitas entretenida, quizás Soft Body sea lo que estéis buscando.
Nota: Las imágenes son o bien de la web oficial del juego o capturas propias.
Etiquetas: bullet hell, mando, pc, PS4, puzzle, review, soft body, zeke virant