Sherlock Holmes contra Jack el Destripador: Vayamos por partes, como dijo… bueno, ya sabéis

Sherlock Holmes contra Jack el Destripador: Vayamos por partes, como dijo… bueno, ya sabéis

Hace 130 años —que se dice pronto— nació uno de los mayores hitos criminológicos de todos los tiempos. Entre el 31 de agosto y el 9 de noviembre de 1888, el famoso asesino Jack el Destripador cometió los brutales asesinatos que lo convirtieron en leyenda. Sus cinco víctimas canónicas —Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly— fueron halladas en Whitechapel, un empobrecido barrio londinense donde los robos y la violencia eran tan frecuentes como la embriaguez y la prostitución, y sus alrededores.

Muchas son las teorías que han girado en torno a la obra de Jack el Destripador, tanto sobre el número de víctimas y sus motivos como sobre la identidad del sanguinario asesino o su paradero final. Y, a su vez, de estas teorías se han valido numerosos medios a lo largo de la historia para hacernos llegar de diversas maneras gran cantidad de interpretaciones y reinterpretaciones de los sucesos ocurridos durante aquellos meses del Londres victoriano.

En este contexto, nos encontramos con Sherlock Holmes contra Jack el Destripador, un videojuego de aventuras y misterio desarrollado por Frogwares y lanzado en 2009 para PC y Xbox 360. En este título, ambientado en el distrito londinense de Whitechapel, encarnaremos la piel del conocido detective Sherlock Holmes —y en ocasiones también la del Dr. Watson— con el fin de resolver el centenario misterio.

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Elemental, mi querida jugadora (captura propia)

Durante nuestra aventura básicamente utilizaremos un sistema point and click, pudiendo manejar al personaje con el teclado en caso de que optemos por una perspectiva en primera persona, la cual a mi parecer hace la experiencia mucho más inmersiva y mucho menos ortopédica.

La mecánica del juego se centra en resolver diversos puzles de lo más ingeniosos, recoger objetos y explorar todas las opciones de diálogo en busca de pistas para avanzar en la investigación. El grado de dificultad es prácticamente inexistente, dado que es bastante fácil seguir la trama e intuir qué toca hacer, si no es por lo que dicen aquellos personajes con los que interactuamos, es porque el propio Sherlock —o Watson— dirá qué debemos hacer a continuación (por ejemplo: “debo ir a la tienda de animales”). Aunque si nos perdemos en algún momento, utilizar la barra espaciadora puede ayudarnos a vislumbrar posibles puntos de interacción y si pretendemos ir a un escenario innecesario el propio juego nos indicará que no procede en ese momento a través de frases como “No tengo nada que hacer por ahí” o “Será mejor no entrar ahí”.

Aunque, sin duda, si hay dos cosas que me llamaron la atención en su momento fueron la buena adaptación del caso del Destripador, como no podía ser menos, y el apartado gráfico, que si bien en apariencia no destaca demasiado, sí se cuidaron detalles como la ambientación de las calles, con un aspecto sucio y húmedo, con personas alcoholizadas o durmiendo a la intemperie, la mítica niebla londinense o el humo del tabaco dentro de la taberna; así como el movimiento de personajes por las diversas calles que recorreremos, el cual da un punto de dinamismo al entorno bastante agradable. De hecho, esto es algo que me encanta, porque más allá de tener un sinnúmero de personajes variados pero estáticos y sin propósito alguno, decidieron optar por crear un distrito quizás algo más realista donde los vecinos recorren las diferentes zonas del barrio. Así, aunque algunos personajes siguen sin aportar nada más allá que su presencia, suponen un punto de vitalidad bastante curioso. Quizás, dentro de este apartado, la mayor pena es que prácticamente todos estos personajes aportan respuestas de lo más vacías al intentar interactuar con ellos. En ocasiones pueden responder de forma graciosa, pero en la mayoría de los casos no resulta interesante en absoluto y, al final, acabaremos optando por ignorar la posibilidad de conversar con ellos, continuando con nuestra misión.

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Respecto a la fidelidad al caso de Jack el Destripador, es notable que se informaron concienzudamente. Ya no respecto a las víctimas, las fechas o los sospechosos, sino con elementos como el incendio ocurrido paralelamente a una de las muertes o las palabras de algunos testigos que captaron fragmentos de conversación entre la víctima y el posible asesino. Además, han sabido captar la situación de las calles de Whitechapel en 1888 visual y socialmente, incluso tomándose cierta libertad.

Y, teniendo en cuenta la cantidad de teorías que giran en torno a los sucesos, han sabido plasmar su propia adaptación de forma atractiva y de la mejor de las formas: unir en una misma historia al excelente —y excéntrico— detective Sherlock Holmes y uno de los grandes misterios de la criminología como es el de Jack el Destripador. ¿Qué podía salir mal? Porque, a ver, seamos sinceras, de haber existido tal detective como Holmes, el caso habría sido resuelto en menos que canta un gallo, ¿no?

La presencia de Sherlock Holmes y del Dr. Watson también están bien cuidadas. Así como el apartamento del detective, las interacciones entre estos dos personajes mantienen cierta sintonía con la obra de Arthur Conan Doyle; y si exploramos las diferentes habitaciones del 221B de Baker Street nos encontraremos con varios guiños a sus novelas, incluso utiliza como coletilla apremiante “Elemental” sin la continuación (“mi querido Watson”), que se añadió a lo largo de los años y que jamás pronunció el destacado detective.

El apartado más destacable del juego es sin duda una interfaz que, bien cuidada y detallada, nos acompañará en todo momento durante nuestra aventura. A través de ella accederemos tanto a los documentos más o menos importantes relativos al caso como a nuestras propias deducciones y conclusiones, la cronología o el mapa. Asimismo, contaremos con un pequeño inventario donde, lejos de acumular objetos sin razón, éstos desaparecerán en el momento en que hayan cumplido su cometido. La opción de diálogos es quizás nuestra mejor arma contra los bloqueos, ya que al releer las conversaciones —especialmente si volvemos a nuestra partida tras días sin jugar— podremos orientarnos dentro de la historia, intuyendo cuál debería ser nuestro siguiente paso. También, junto con los documentos y los informes, nos servirá para situar la cronología de algunos sucesos importantes. En la pestaña relativa a nuestras propias deducciones, iremos uniendo puntos, literalmente, hasta completar una serie de conjeturas que poco a poco nos llevarán a la resolución final. Y, por último, el mapa nos resultará una herramienta útil y necesaria a la hora de movernos ágilmente por los puntos más importantes de Whitechapel y alrededores, así como nuestras visitas a Baker Street y otros lugares de referencia. De hecho, en ocasiones nos ahorrará tiempo si queremos evitar ir “a pata”, optando así por el “viaje rápido”.

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Si algo debemos tener en cuenta al sumergirnos en esta aventura gráfica es que cumple muy bien con aquello de “vayamos por partes”. ¿Cómo? Fácil, ya que lejos de querer ir al grano dedicándose única y exclusivamente al caso, nuestras pesquisas nos llevarán de un lado para otro desgranando el misterio y haciendo las veces de recadero para obtener cierta información sustanciosa.

Por último —por si alguien se lo preguntaba—, a pesar de desenvolverse en torno a la figura de Jack el Destripador, el videojuego no es en absoluto sangriento. Sí encontraremos sangre en ciertos escenarios, pero sin resultar demasiado violenta o impactante como podría ocurrir en otros títulos. Y, paralelo a esto, las autopsias realizadas a lo largo de la historia se realizan sobre dibujos que, aún pudiendo resultar desagradables, no son del todo impactantes.

Así pues, Sherlock Holmes contra Jack el Destripador es un título bastante logrado y curioso para las amantes tanto del detective como del asesino y, sobre todo, para aquellas jugadoras interesadas en los juegos de puzles o resolución de casos. Tiene una historia interesante, bien adaptada y cuidada en detalle, acompañada de una banda sonora bien definida y acorde a cada contexto, con voces en castellano y capacidad para convertirse en una experiencia de inmersión de lo más satisfactoria.

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Aonia Midnight
Aonia Midnight @AoniaMidnight

Curiosa, reflexiva y torpe // Palomitas y cerveza // Psicóloga porque lo dice un título // Mi mente está llena de mundos en los que evadirme // Nothing is true, the cake is a lie

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