A Link Between Worlds

No había oído mucho sobre este juego pero sí que lo había visto en las tiendas; ahí, colgado, con su portada dorada y un Link pintarrajeado en un trozo de pared. Recuerdo que miré la caja y al leer por detrás eso de “Regresa al escenario de The Legend Of Zelda: A Link To The Past” lo volví a dejar en el estante y huí de allí como alma que lleva el diablo.

Me han gustado todos los Zelda que he jugado, pero A Link To The Past (la versión de GameBoy Advance) se me atragantó un poco porque yo no llevaba tanto tiempo jugando a este tipo de juegos y la mecánica no la entendí del todo bien (que usa la misma que aquí pero aquí me la explicaron BIEN); y porque al no entender la mecánica me mataron muchas veces nada más empezar y mirad, yo me frustro rápido si al principio del juego muero mucho.

Usaremos las estatuas del pájaro para guardar (sólo se puede guardar ahí) [Fuente]

A Link Between Worlds ocurre unas seis generaciones después de A Link To The Past y, para no perder la tradición, comienza con un Link al que se le han pegado las sábanas. Su mejor amigo Guri va a llamarlo porque el herrero lo busca y está enfadado porque se ha vuelto a dormir. Una vez llegamos a la herrería (y nos echan la bronca), se nos ordena llevar una espada olvidada a un soldado que se ha ido al santuario. Así que nada, nos vamos al santuario para descubrir que está cerrado y que está pasando algo malo dentro; de manera que nos abrimos paso por un pasadizo y entonces vemos al villano de turno.

El villano es un tipo que dice llamarse Yuga y que es, y cito textualmente, “Un alma incansable en busca de la belleza que puebla este mundo”. Sí, bueno, pero ir convirtiendo a la gente en cuadros no está bien, eh. Porque Yuga no pone yugos a nadie, Yuga a lo que se dedica es a transformar a las personas bellas que se encuentra en cuadros. Aquí porque es una escena pero me lo imagino por el mundo disparando su bastón a diestro y siniestro porque todas las personas son bonitas (menos los nazis, esos no).

¿Por dónde iba? Ah, sí: el malo. Como siempre, nosotras somos las inesperadas heroínas de esta historia, así que nos lanzamos espada en mano contra el villano… para darnos un jostión en toda regla contra la pared, porque Yuga no sólo puede convertir a la gente en cuadros: él mismo se puede transformar en una pintura y fusionarse en las paredes para evitar daños. Evidentemente, con el tremendo golpe que nos hemos dado, el malo huye y nosotras nos quedamos ahí tiradas, soñando con trifuerzas, hasta que un tipo disfrazado de conejo rosa decide llevarnos a una “casa deshabitada” (ironías de la vida, es nuestra propia casa).

El tío luego pone su tienda en tu cuarto [Fuente]

Cuando le contamos la movida al conejo, bueno, al tipo disfrazado de conejo, éste nos dice que se llama Ravio y que debemos avisar a Zelda; antes de irnos, nos pregunta si puede alquilarnos la casa, así que como somos buenas personas, le decimos que sí, y nos da un misterioso brazalete a modo de pago. Habiendo soltado de nuestro brazo a Ravio, ahora sí que podemos ir a avisar a Zelda. La princesa nos indica que hablemos con un sabio de nombre impronunciable que vive en Kakariko y, de paso, nos entrega un colgante muy bonito.

Y bueno, la historia trata un poco de eso: Link recorriendo mazmorras en busca de ciertos objetos para poder reunir el poder suficiente y derrotar al malo malísimo de turno. Al principio son dos mazmorras para conseguir dos colgantes: el de la sabiduría y el del poder, porque el amuleto del valor es el colgante que nos dio Zelda cuando fuimos a visitarla. Una vez tengamos los tres nos dirán que tenemos que rescatar a los ocho sabios en el reino de Lorule.

PORQUE SÍ, AMIGAS, NO TENÍAMOS BASTANTE CON SALVAR HYRULE QUE AHORA TENEMOS QUE SALVAR LORULE, QUE ES COMO HYRULE PERO EN DECADENCIA.

No, en serio, Lorule está hecho una mierda. Debido a una serie de cosas que entran en el campo de los spoilers, Lorule es un mundo gris, peligroso y al borde del colapso. Pero vaya, aquí vamos nosotras a salvar los mundos, porque a ver si no quién les salva el culo a los demás *levanta la espada maestra*.

La princesa de este nuevo y decadente reino se llama Hilda (no sé cómo no dieron la opción de llamar al protagonista como Sabrina, porque vamos), y aparece para marcarnos en el mapa las distintas mazmorras donde están secuestrados los ocho sabios y a las que tendremos que llegar desde Hyrule porque Lorule estÁ ROTÍSIMO Y CADA ZONA ESTÁ RODEADA DE AGUJEROS Y BARRANCOS QUE LLEVAN A LA MUERTE. ¿Y cómo haremos para viajar entre los mundos? Pues muy fácil: nos colamos por una serie de grietas en los distintos sitios gracias a nuestro nuevo superpoder.

El de convertirnos en un grafiti.

Gracias al brazalete que nos dio Ravio podremos fundirnos en las paredes para atravesar las grietas que comunican Hyrule con Lorule. Pero este superpoder no sólo sirve para que podamos viajar de un mundo a otro, también nos ayudará a resolver los puzles de las mazmorras y derrotar a ciertos enemigos.

Por ahí, sí, esas son las grietas de las narices [Fuente]

Ravio no sólo nos da el brazalete, sino que también nos alquilará una serie de objetos por un módico precio; lo malo es que si perecemos en alguna de las mazmorras o a medio camino, nosotros resucitaremos como viene siendo habitual en los Zelda, pero los objetos que nos haya alquilado… pues bueno, desaparecerán y tendremos que volver a pagar a Ravio por ellos; lo cual si te pilla cerca de casa, pues no es drama, pero como te pille en la otra punta del mapa pues gracia ninguna. Pero tranquilas, podremos empezar a comprarlos a medida que avancemos en la historia.

El uso de objetos me lleva a otra explicación: la barra de vigor. Y no el vigor que pensáis.

La barra de vigor es una barrita de color morado que podemos ver en todo momento y que irá disminuyendo su contenido a medida que utilicemos los distintos objetos o pasemos demasiado tiempo en modo grafiti. Esto nos llevará a que, si no la vigilamos bien, podremos quedarnos sin la opción de poder utilizar los objetos en el momento menos indicado. O ser expulsadas de la pared justo donde hay un barranco. ¿Que si me ha pasado? Nooooo, qué vaaaaa, a mí esas cosas nunca me pasan.

Los gráficos son muy cuchis, muy coloridos en Hyrule y en una gama más apagada en Lorule; el diseño de personajes a ratos se me antojaba muy similar al futuro Link’s Awakening, dejando de lado el estilo cel shading utilizado en Phantom Hourglass y en Spirit Tracks.

En cuanto al apartado sonoro, la música es un remake de la que apareció en A Link To The Past; al igual que los efectos de sonido. Esto lo he leído, que ya os dije al principio que no había conseguido avanzar mucho en A Link To The Past, pero aun así me parece bastante curioso porque aunque no es que sea una secuela (porque ambos tienen su final, como la mayoría de los Zelda), es una manera de señalarlo como tal. Me explico fatal pero entendéis a lo que me refiero.

¿Veis? [Fuente]

Un detalle que me ha gustado ha sido el hecho de que cuando nos fusionamos con las paredes de las casas, a veces tienen colgados cuadros que se superponen a Link, de manera que a veces podemos tener la cabeza de un perrete en lugar de la nuestra. De hecho, en la que es nuestra casa en el juego está la máscara de Majora. Esto también sirve para que, si vemos el cuadro de una rupia o un corazón y pasamos a su lado (en modo grafiti) podremos ganar una rupia o un corazón. En muchas mazmorras usan esto a modo de guía para que sepas que puedes ir por esa parte de la pared para seguir avanzando.

El juego me ha gustado más de lo que esperaba y también me ha resultado más fácil de lo que creía, ya que lo empecé con la idea marcada de que la dificultad y las mecánicas iban a ser igual que en A Link To The Past. Lo más gracioso es que sea así y que si ahora le diese otra intentona al juego, seguramente no me pareciera tan difícil.

Es más, con vuestro permiso creo que voy a ir a ver qué tal se me da.

Y RESCATAD A LOS CHURUMBELES DE MAIAMAI [Fuente]