Análisis de My Burning Heart

Como una ola de calor del mismísimo desierto llega My Burning Heart, una visual novel de Ertal Games inspirada en Las 1001 Noches y que viene cargadita de amor carnal entre chicos guapísimos. Así que aviso +18, yaoi, contenido explícito sexual tanto en la narración como en las imágenes que la acompañan. La tenéis disponible en itch.io y Steam para PC, y también Mac. Este indie ha conseguido ver la luz gracias al apoyo recibido en Kickstarter, a pesar de estar enfocado a un público bastante reducido. ¡Vivan los crowdfundings!

My Burning Heart pretende hacer que nuestro corazón explote en llamas contándonos la historia de Adnan, una rata callejera, un pobre muchacho que vive el día a día sin pensar en el mañana. Su situación le lleva a robar, y por ello es detenido y condenado a pasar varios años como esclavo para pagar su fechoría. Ya esperaba tirarse sus días doblando el lomo bajo el abrasador sol y los latigazos cuando el gran visir Harun lo compra para que forme parte del harén masculino del sultán Abd Al-Rashid. Descubrimos esto y mucho más según se va desarrollando la historia, ya en palacio, con la interacción de los personajes y a medida que crece la confianza, dependiendo de nuestras elecciones, por supuesto.

Nuestro personaje, Adnan, llega magullado del mercado de esclavos

El inicio es brusco, directamente ya en palacio y sin el contexto anterior, con un Adnan demacrado y magullado y un Harun siendo muy déspota, bueno, siendo él mismo. De su conversación deducimos qué ha pasado y también que Adnan desprecia el trabajo para el que ha sido asignado, darle placer al sultán. Aunque no estará solo en ese cometido, por supuesto, la historia se centrará en su principal compañero y maestro en lides eróticas Halim, dejando al resto de muchachos en un par de textos y voces. Estos serán los cuatro y únicos personajes: el protagonista, Adnan; el gran visir, Harun; el sultán, Abd Al-Rashid; y el compañero de harén, Halim. Pueden parecer pocos pero son suficientes para darnos unas horas de muy intensa… lectura.

Las rutas, por este mismo motivo, apenas son dos, pero con final bueno y malo ambas, así que cuidado con vuestras elecciones. Estas estarán ligadas a la actitud que tiene Adnan con los demás personajes, si responde de forma educada o no, si es sincero o no… Nuestro protagonista está muy marcado por su origen y desprecia el trabajo de las prostitutas, lo ve denigrante y siempre lo ha evitado, por lo que asumir su nueva vida le va a suponer muchos dilemas morales y de principios. Ah, también tiene una ruta oculta extra con su archienemigo, ¿o tal vez no lo sea tanto? No temáis rejugarlo, el título tiene un maravilloso botón de “Saltar” para pasar rápidamente todas las escenas hasta la siguiente elección y así facilitar la exploración de otras rutas.

Para mi sorpresa, o mi ignorancia por mi escasa experiencia con otomes y similares, la mayor parte del juego consiste en practicar el sexo de forma explícita en cada paso con pelos y señales, y nunca mejor dicho. Adnan es virgen, por lo que sus primeras experiencias serán más tradicionales y sencillas, pero poco a poco las escenas de cama, o fuera de ella, serán más complejas y variadas. Eso sí, siempre claras con qué partes tocan, chupan o llenan, y cómo lo siente nuestro protagonista. El vocabulario usado para ello es variado pero sin caer en lo vulgar o en lo poético. Por ejemplo, a veces se usa pene y otras verga, pero nada de metáforas o expresiones mal sonantes y chabacanas.

Por supuesto esto quiere decir que el juego está en español, pero solo el texto. Las voces, sin embargo, están en inglés, pero la calidad es buenísima. Me ha sorprendido gratamente, no me lo esperaba para nada en un título modesto como éste. Todos los diálogos tienen voces, excepto los momentos en los que se narran los pensamientos del protagonista. Además el juego trae como extra tomas falsas de las grabaciones, todo un detalle. A sus voces acompaña la música, que te sumerge aún más en esa atmósfera inspirada en Las 1001 Noches con su laúd y su derbake. En ocasiones se silencia para dar paso a sonido ambiente como el del agua de la fuente cuando los personajes están en el jardín.

¡El pug al rescate! Tranquilo Google, aquí no hay nada que ver 😉

Los dibujos no se quedan atrás en calidad. Los diseños de personajes son de 6nii9 y son hermosísimos, aunque reconozco que veo los abdominales de Harun un poco raros. Todos son señores guapos y bien tonificados, excepto Adnan al principio, que llega con moratones y delgado a palacio. Bueno, ¡y qué palacio! Los escenarios, realizados por Badriel y Deccadentia, son ricos y elegantes, de colores vivos, e inspirados en palacios árabes, con sus fuentes y sus arcos tan característicos. Este ambiente también permite que los personajes lleven ropas muy sensuales, con mucho pañuelo de seda transparente y joyas de oro.

Como comentaba antes la historia se basa en un esclavo sexual, y aunque la mayoría de las relaciones no se fuerzan con violencia física, nuestro protagonista se ve en la situación de meterse de lleno a ellas ya que son su obligación, si no quiere que lo manden a los campos. Cree que en palacio sus posibilidades de escapar son mayores. Por ello debemos tener en cuenta este punto desagradable a la hora de jugar a My Burning Heart, y que tal vez puede herir nuestra sensibilidad.

Me gustaría hablaros más del carácter arisco de Adnan, lo amable y dulce que es Halim, lo paciente y atento que es Abd Al-Rashid (sobretodo para ser un sultán), y lo retorcido que es Harun, pero no quiero haceros spoiler y me gustaría que conocierais de primera mano sus experiencias. Bueno, eso si os gustan las visual novels de temática yaoi, es decir, de relaciones homosexuales entre hombres con un diseño muy anime. Las historias son cortas, apenas unas horas, pero te da tiempo a acercarte a los personajes, apreciarlos y ponerte colorada mil y una vez con cada momento de sexo íntimo narrado y dibujado con tanto detalle.

Copia de prensa facilitada por Ertal Games.