Mejor blocking que el de Kamiya
Análisis de LEGO Bricktales

24/10/2022 | Nix | No hay comentarios
Es bastante probable que cuando pensamos en un videojuego de LEGO, se nos venga a la cabeza cualquiera de los relacionados con películas, como los de Star Wars, Marvel o Batman. Sus aventuras, su guión con chistes blanquísimos y graciosísimos, y la vuelta de tuerca a esos personajes tan conocidos consiguen que esos títulos se queden pegados a la memoria, incluso a la de la gente que todavía no los ha jugado. Sin embargo, en LEGO Bricktales han querido irse por el lado más tradicional, convirtiéndolo en un juego de LEGO en el que lo importante es montar cosas.
La trama es bastante simple, quizá pensando un poco en el amplio margen de edades del público que quiere abarcar, y consigue que, a pesar de su extrema sencillez, funcione perfectamente, encajándola con las diferentes mecánicas que iremos utilizando. Porque si hay algo que se le da bien a la gente de LEGO, es encajar cosas. Comenzamos el juego manejando el típico muñeco estándar agénero que podemos encontrar en cualquier set físico de LEGO. Y digo agénero porque nos permiten que elijamos nuestro propio aspecto personalizando caras, pelos y ropa (ya sea aceptando los típicos roles de género o rechazándolos por completo) sin que importe lo más mínimo cuál sea nuestro pronombre preferido, porque en ningún momento nos van a asignar ninguno. Los textos, al menos en español, están escritos de forma que no existe ninguna marca de género. Simplemente tú eres tú.
Iniciamos LEGO Bricktales yendo a ver qué problema tiene nuestro abuelo, quien resulta que es una especie de científico, quizá más despistado que loco. Él va a ser quien, sin querer, nos presenta a un robotito que fabricó hace algún tiempo y había perdido por el espacio, por lo que cuando regresa cuenta con cierta inteligencia extra que le añadieron los alienígenas. Este nos acompañará durante toda nuestra aventura, además de convertirse en la clave para poder avanzar en cada uno de los mapas. Pero volvamos con el abuelo. El mayor problema de nuestro abuelo es que su parque de atracciones está completamente destrozado y, por lo tanto, desierto. La alcaldesa quiere destruirlo y convertirlo en algo diferente, pero no vamos a permitirlo. A ver quién va a negarse a reparar un parque de atracciones a su gusto. Por suerte, nuestro robotito tiene una idea y un aparato alienígena que nos permitirá dejarlo como nuevo. Aunque, como todas las máquinas, ésta necesita energía para funcionar, y como la luz está muy cara tendremos que utilizar cristales de la felicidad. Por supuesto, para conseguirlos tendremos que hacer ciertas cosas y, en este caso, como su nombre indica, tendremos que hacer feliz a la gente para que aparezcan. En total necesitaremos cinco, y podremos encontrar uno en cada uno de los mundos que visitaremos. ¿Cómo? Pues aquí es donde entra la ciencia legoística: con portales.
Un portal nos teletransportará por orden a cada uno de los mundos a los que podremos viajar: la jungla, el desierto, el medievo, la ciudad y el Caribe. Para poder avanzar de uno al siguiente hay que completar la parte de historia que corresponde, haciendo las misiones que nos vayan pidiendo hasta conseguir que todo el mundo sea feliz, hecho que hará que aparezca el cristal que nos hace falta. Cada misión tendrá su parte de puzle, sencillos pero entretenidos, y por norma general conllevará la construcción de uno o más objetos, que es básicamente para lo que hemos venido aquí. Además, una de esas misiones nos obligará a pasar por una cueva un poco especial. Allí nos encontraremos un poder especial que, una vez que desbloqueemos, tendremos disponible hasta el final del juego. Una vez más, tendremos uno por mundo y, aunque no es necesario más que para los coleccionables, nos obligarán a hacer backtracking y a revisitar cada mundo para recoger todos los animalitos, la comida, y cotillear esos rincones que se nos habían quedado atrás anteriormente. Que, además, tenemos que conseguir suficientes para poder comprarnos ropita temática. Aunque sea por pura curiosidad, o por rehacer estructuras anteriores con diferentes materiales, el hecho de añadirle esa pequeña rejugabilidad acabará haciendo que queramos conseguir hasta la última mariquita.
Todo lo anterior pasa a un segundo plano cuando nos encontramos con el plato estrella de LEGO Bricktales, la construcción de todo tipo de objetos y estructuras de forma casi libre. En el modo de construcción nos eliminan cualquier tipo de distracción de la pantalla y nos dejan ante un fondo gris en el que solo destacan las piezas que tenemos disponibles. Exactamente como si tuviésemos delante el ya famoso manual de instrucciones que podemos encontrar en cada set, con la única diferencia de que aquí manda nuestra imaginación. En ningún momento nos dicen qué piezas usar y, de hecho, suele haber bastantes más de las que necesitamos, aun siendo limitadas a la estética que quieren que sigamos. Otra cosa que también tienen muy en cuenta son las físicas, pero las físicas de LEGO. Como es probable que hayáis comprobado más de una vez, gracias a la forma que tienen de encajar los bloques entre sí, las leyes naturales de la física muchas veces se las pasan por el forro, aunque aun así siempre hay un punto en el que dichas leyes vuelven a ejercer su fuerza. En este LEGO Bricktales pasa exactamente lo mismo. Algunas veces nos la jugaremos con una estructura que, con ladrillos normales, se desplomaría al momento, pero con LEGO sabemos perfectamente que va a funcionar. Y lo hace, de la misma manera que lo haría si cogiésemos esos mismos bloques y lo construyeramos en la vida real. Y todo eso es lo que hace que este juego sea tan especial. Está tan cuidado cada detalle que consigue replicar de forma casi exacta lo que haríamos si nos pusiésemos a montar nuestros propios LEGO en el suelo de nuestra habitación.
LEGO Bricktales es, sin ninguna duda, el mejor juego de LEGO si lo que te gusta es, precisamente, montarlos. Se maneja de forma muy cómoda tanto con mando como con ratón y teclado, y eso hace que no te importe no tener el bloque en la mano, porque el propio gameplay consigue esa inmersión que necesitas, dejando incluso un modo libre por si decides pasar horas reconstruyendo el mismo puente. Te ofrece una buena variedad de peticiones, cada una más loca que la anterior, y consigue que cada objeto sea un reto más que divertido. Tanto como sus chistes, que por suerte se niegan a dejar atrás. Y si no me creéis, recordadlo cuando veáis a un robot bailando samba.
I run on coffee, sarcasm and lipstick. Hace años le vendí mi alma a Bioware y me convirtieron en la Shadow Broker. Tengo un papelito que dice que soy N7, pero no quieren darme mi propia nave. Me gusta llevarle la contraria a la gente y por eso soy una Inquisidora enana y pelirroja.
Etiquetas: 3D, Ambientales, aventura, Casuales, ClockStone, Coloridos, Comedia, construcción, Cuchi, Divertidos, exploración, física, Isométricos, lego, narración, Para mando, Para toda la familia, puzles, Relajantes, sandbox, simulación, Thunderful Publishing, un jugador