Sparklite: dulce minería roguelike

21/11/2019 | 88deathgazer | No hay comentarios
¿Píxeles? ¿Señoras pelirrojas con martillo? ¿Bichillos a los que golpear? ¿Malos descomunales?
¿Dónde hay que firmar?
Todo esto ya nos lo trae RedBlueGames con Sparklite, un roguelike cuquísimo que nos han dejado probar donde… todo es especial. Lo he probado en PS4 y esto es lo que os vengo a contar:

El inicio de todo: tu base
Ada es una especie de ingeniera a la que le han encargado una tarea tremenda: explorar y «conquistar» Geodia. Geodia es algo similar a Asturias, pero en divertido: todo está movido y controlado por un mineral místico, el Sparklite; y Barón, un gran jefe malo maloso, ha emprendido un gran negocio minero para extraerlo y utilizarlo para fines… oscuros. Este lord de la minería ha sembrado el caos: la tierra de Geodia está contaminada y, sus antaños verdes y gloriosos bosques son ahora zonas cenagosas y sucias plagadas de bichos que te quieren comer a toda costa. Barón, además, ha dado poder a varios jefecillos en sus respectivas minas: deberás encontrarlos y aniquilarlos para abrirte paso en este mundo decadente.

¡Una mina! ¡ENTRA AHÍ!
¿Qué necesitas para jugar? Necesitas a la resuelta Ada y, desde luego, ¡kilos y kilos de Sparklite!
El aspecto gráfico del juego llama la atención porque, como es habitual en el pixel art, todo es llamativo y hace pensar que lleva un grandísimo curro de diseño y animación. Se agradece una pequeña vuelta a lo clásico, sobre todo para las nostálgicas que nos iniciamos en los jueguitos siendo niñas pegadas a un Spectrum. Ojo, no porque un juego tenga gráficos «sencillos» nos va a ofrecer una historia menos compleja o peor jugabilidad. Todo está muy bien pensado: en Sparklite el aspecto gráfico y la narrativa van de la mano.

¿Bajamos a por minerales o qué?
Eso me lleva al segundo punto más llamativo de esta aventura: Geodia es un mundo cambiante. El Sparklite —o, mejor dicho, la caña que le están dando por su beneficio energético y comercial— ha hecho que el núcleo mismo del mundo (de Sparklite, claro) tenga una defensa propia muy particular: cada día Geodia sufre una alteración en su forma y nunca verás dos veces el mismo mapa. La naturaleza busca su manera de sobrevivir, y en este caso se reestructura. ¿Supone un problema? Al principio del juego puede llegar a desesperarte no ser capaz de regresar a aquella mazmorra tan jugosa donde te aniquilaron, pero ¡que no cunda el pánico! Pronto encontrarás mapas que harán de tu senda minera algo más sencillo y asequible.

GRACIAS, señores de RedBlue, ahora somos un poco más felices
El hecho de hallarnos ante un mundo cambiante nos obliga a estar alerta, a fijarnos en los detalles, a aprovechar el momento: quizá ese cofre, aquella mina llena de tesoros, no estén ahí mañana… ¡que no te maten! ¡Coge todo, tooodo ese Sparklite!
Y, en realidad… ¿cómo avanzamos? Pues despacito y con cuidado. Reconozco que el inicio del juego —donde no se te explica nada de cómo proceder y debes aprenderlo por ti mismo— puede ser un poco tedioso: bajas desde tu plataforma ingenieril, exploras el mundo, consigues un poquito de Sparklite y zas, te matan, vuelta a empezar. Conservas el mineral adquirido en cada run, por supuesto, y ahí tienes la clave: podrás invertirlo como moneda de cambio para mejorar la infraestructura y los talleres donde está tu base.

¡Pajaritos! Pero… ¿qué harán?

Démelo todo, caballero
Y esto… ¿cómo lo hago? Pues bien, gracias a tus maravillosos compañeros, te asentarás en una base que necesita de muchas, muchas mejoras para funcionar bien… Pero no te agobies: por una módica cantidad de Sparklite irás invirtiendo en calidad de vida. Puedes montar un taller para conseguir armas secundarias, una tienda donde obtener objetos que te dan bonus en tu búsqueda de mineral, desde luego podrás craftearte parches —¡y combinarlos para mejorarlos!— que te darán más vida, escudo o aumentarán tus poderes. También desbloquearás a un pequeño robot excavador que te acompañará a todas partes, pudiendo desenterrar tesoros o Sparklite por ti.

Mis parches de ingeniera jefaza
El juego tiene un total de cinco zonas para explorar. Cada una de ellas se desbloquea al ir adquiriendo poderes y artefactos y, por supuesto, derrotar al jefazo minero de turno: esto no resulta nada fácil y necesitarás mejorar poco a poco tu salud y escudo para lograrlo. La única forma de avanzar es farmear, lo habéis adivinado. Este sistema tiene un punto en contra —repetitivo— y uno a favor: el mundo cambia, así que nunca farmearás en las mismas zonas exactas. Sin embargo, tanto farmeo —y teniendo en cuenta que las mejoras requieren mucho Sparklite, y gradualmente más— puede resultar un poco tedioso y cansino, para qué engañarnos.
Algo bueno de este sistema es que una partida puede durar lo que logres seguir con vida en Geodia: puede ser media hora o pueden ser tres segundos, dependiendo de tus habilidades, del mapeado o de las ganas que le pongas al asunto. Si tienes diez minutitos y quieres algo rápido y sencillo, este es tu juego. ¿Que te quedas sin tiempo y llegas tarde a trabajar? Deja que algo te mate, regresas a la base y el guardado es automático. Este juego, en realidad, sería perfecto para llevar en Switch portátil y echarle unos vicios rápidos en el tren o el bus.

Has muerto, pero no worries. El gancho te recoge y empiezas otra vez
Tras la apariencia cuqui y juguetona de Sparklite se esconde un roguelike complejo, con muchas más horas y zonas por explorar de las que nos esperamos, con enemigos duros pero entrañables y un mundo minero lleno de colores y minas que pondrán a prueba tus habilidades… y tu paciencia.
¡Ve sacando el destornillador, que Ada necesita Sparklite para seguir pateando a los caciques de la minería!
Copia de prensa proporcionada por Avance Discos y Merge Games, ¡muchas gracias!
Etiquetas: Cuchi, Nintendo Switch, protagonista femenina, PS4, RedBlueGames, Roguelike, Sparklite, steam, Xbox one