Un tren hacia ningún lugar
Análisis de GRUNND

27/03/2023 | Nix | No hay comentarios
A veces, cuando no conocemos un juego, nos basta con ver un frame para descartarlo. Puede que no nos guste el estilo artístico, las mecánicas que muestra, o simplemente nos transmite la sensación de que no nos va a gustar, sin saber muy bien por qué. Para que suceda lo contrario y que un juego nos llame la atención, suele necesitar bastante más. Un tráiler que despierte el hype, la explicación de una trama que pueda atraparnos, o unas mecánicas novedosas que nos chillen que todo va a ser divertido y maravilloso. Por lo general, a la hora de confiar en que un juego nos va a gustar solemos necesitar un empujón mucho más grande, porque los constantes tropezones que acostumbramos a ver en la industria hacen que nuestro escepticismo se infle al máximo. Sin embargo, un día GRUNND apareció ante mis ojos. Un frame en el que se podía ver un paisaje con un enorme monolito sombrío, un árbol y un cielo rojizo en una zona rodeada por niebla. Un frame que me hizo pensar en dos de los juegos indies que más me habían gustado en los últimos años: Kentucky Route Zero y NORCO. Y no podía permitir que se alejase de mí antes de que pudiese echarle un vistazo.
La trama principal de GRUNND nos lleva al final de un viaje en tren. Nuestro protagonista, un hombre del que no sabemos su nombre, se queda dormido y acaba en una parada en mitad de ninguna parte. Para colmo de males, el señor que vende los tickets del tren nos dice que no tiene ni idea de cuándo pasará el próximo, que lo hará en algún momento pero no sabe en cuál, así que ya lo veremos por la mañana. Aquí ya nos empezamos a oler la tostada de que, aunque parecía un error normal y corriente, un descuido tonto, lo cierto es que en este lugar suceden cosas extrañas. Pero no nos queda más remedio que hacerle caso a aquel señor, así que nos disponemos a pasar la que, probablemente, sea la noche más larga de nuestras vidas.
Sin entrar en terreno de spoiler, nuestra idea es encontrar un lugar donde pasar la noche. Nada complicado, algo similar a una habitación de hotel en la que tengamos una ducha y una cama. Durante nuestra búsqueda conoceremos a un montón de personas, como un camarero, un niño o una vidente, y a otras un poco más extrañas que nos empujarán a una espiral surrealista que manipulará la trama a su antojo, sin dejar de girar sobre que únicamente queríamos un tren con el que volver a casa. Caminaremos entre zonas, investigando y desvelando temas que serán cada vez más confusos y que nos harán preguntarnos si ese lugar es real, si todo es un sueño o tal vez una pesadilla. Y, como guinda, contaremos con ciertas ensoñaciones que parecen no encajar con nada, haciendo a su vez de interludios. Nada es lo que parece, e incluso cuando creemos que sí, es probable que la cosa acabe de otra forma. Sobre todo porque durante todo el juego tendremos pequeñas elecciones que nos acabarán llevando a uno de los múltiples finales.
La mecánicas de GRUNND son la parte más sencilla del juego, principalmente para no desviar la atención de lo que realmente importa. Es un point and click simple, con lo que podremos jugarlo utilizando sólo el ratón y sus tres teclas: izquierda para caminar, derecha para interactuar con el entorno, y el clic de la rueda para abrir el inventario, en el que encontraremos el mapa, lo que tenemos en los bolsillos, y las misiones que tengamos abiertas. Para no estropear o sobrecargar la estética del juego, los objetos con los que podremos interactuar están marcados con una pequeña pelotita brillante blanca, y aparte también podremos hablar con los demás personajes, como suele ser lo común en estos casos. Nos encontraremos con mucho backtracking, y esto juega más en su contra que a su favor, porque en ciertas ocasiones no sabemos muy bien qué es exactamente lo que buscamos y repetiremos conversaciones una y otra vez esperando una mínima pista. Por suerte, para compensarlo existe el viaje rápido, que hace que preocupe menos tener que volver tres veces a la misma zona por si se quedó algo atrás. Y es que el surrealismo está bien hasta que se te olvida una botella de whisky tres pantallas antes.
Aparte de esa narrativa que nos hace que nos cuestionemos todo, lo que más destaca en GRUNND es su apartado artístico. Cada escenario es como ver un cuadro que se mueve ante tus ojos. Todo está cuidado hasta el más mínimo detalle, tanto que podríamos sacar capturas de cada escena y todas se convertirían en un fondo de pantalla perfecto, porque visualmente impacta en cada una de sus zonas. Además, el apoyo visual que ofrece a la narrativa es para tenerlo muy en cuenta. Es un mundo opresivo, y al mismo tiempo muestra el paso de las horas, como buscando un amanecer en el que soñamos que volveremos a nuestra casa. La música tampoco se queda atrás, consiguiendo encajar con esa estética onírica y depresiva que se mantiene a cada paso.
GRUNND es un juego que, aunque no llega al nivel de Kentucky Route Zero, sabe mantener la calidad suficiente para que quienes lleguen a él buscando sensaciones similares no sientan ninguna decepción. Es un título que necesita que estemos en el momento más adecuado para poder jugarlo y dejarnos llevar por lo que intenta transmitir, y que funciona gracias a la combinación de todos sus elementos. No es perfecto, tiene sus fallos, pero no son tan importantes como para que queramos dejarlo de lado. Al fin y al cabo, para triunfar hay que experimentar, sobre todo en cuanto se toca el surrealismo. Y si no que se lo digan a David Lynch.
I run on coffee, sarcasm and lipstick. Hace años le vendí mi alma a Bioware y me convirtieron en la Shadow Broker. Tengo un papelito que dice que soy N7, pero no quieren darme mi propia nave. Me gusta llevarle la contraria a la gente y por eso soy una Inquisidora enana y pelirroja.
Etiquetas: 2.5D, Ambientales, Apuntar y clic, aventura, buena trama, Desplazamiento lateral, detectives, Experimentales, ficción interactiva, finales múltiples, GRUNND, historia alternativa, humor negro, investigación, Misterio, narración, noir, Oscuros, point and click, SEKTAHOUSE, Simulador de caminar, Sobrenaturales, Surrealistas