Duro contra el muro
Análisis de Eternights

25/09/2023 | Nix | No hay comentarios
Hace ya unos meses os quise presentar Eternights, uno de esos juegos que habían llamado muchísimo mi atención durante varias de las conferencias en las que acaban destacando un montón de juegos indie. Sin embargo, si bien en su momento pude probar las primeras horas de juego, lo cierto es que ni siquiera me había acercado a la mitad de sus mecánicas. Eternights se había guardado sus mejores cartas, y ahora, con el juego completo, os puedo confirmar que esa intuición que tuve en su momento apuntaba en buena dirección.
La trama de Eternights es lo que podríamos considerar como uno de los clichés más conocidos en el mundo del anime. Y, si dejamos de lado algún pequeño detalle casi exclusivo de ese medio, incluso de la historia del cine. Nuestro protagonista, un chaval normal y corriente, se ve envuelto en una especie de apocalipsis. Y, cómo no, será una pieza clave para poder frenarlo. En este caso, será una lucha entre la luz y la oscuridad personificadas, con la aparición de dos murallas gargantuescas y la transformación en diferentes tipos de monstruos sin consciencia de la mayoría de los seres humanos cercanos a ellas. Por suerte, nuestro protagonista es capaz de luchar contra ellos gracias a su brazo mágico y la ayuda de sus amistades más cercanas, en una trama en la que el poder de la amistad es realmente relevante, tanto a la hora de contar la historia como a la de jugarla. Y quien dice amistad, dice amoríos, porque tendremos la posibilidad de ligarnos a una de las tres chicas que nos acompañan, además de un chico. Cada uno tiene su propia personalidad, sus intereses e incluso su forma de interactuar con el protagonista, por lo que realmente escogeremos a quien vaya más acorde a nuestros propios gustos.
Las mecánicas de simulador de citas del juego no son precisamente su base, pero sí es lo suficientemente relevante como para que, incluso si no es algo que nos interese (que no es el caso), acabemos introduciéndonos de lleno. En primer lugar, tenemos que plantearnos llevarnos bien con todo el mundo por el simple hecho de que nuestro árbol de habilidades, y lo que sería el equivalente a nuestro nivel, depende de lo que interactuemos con la gente. Es decir, tendremos a quien nos pueda aumentar la salud o quien hará lo mismo con el ataque, y además a medida que se vaya mejorando esa amistad podremos tener acceso a diferentes ataques extra o mejoras de los que ya teníamos anteriormente. Para ello, durante nuestro día a día tendremos que gestionar el tiempo en un ciclo de día y noche bastante delimitados por los acontecimientos de la trama principal. Podremos interactuar con cada personaje con un entrenamiento individual que mejorará nuestras habilidades de oratoria (más o menos). Otra de las opciones será que, durante el día, podremos pasar el tiempo con uno de esos personajes, desbloqueando una escena en la que nos irán contando sus miedos, inseguridades, su pasado, sus intereses, o básicamente cualquier cosa que comentaríamos con colegas. Por la noche, en cambio, nos pedirán que les ayudemos a conseguir diferentes objetos que les hagan falta, como una caja de compresas, una Gamerboy, toallitas húmedas, baterías, zapatos, o cualquier objeto que se les pueda llegar a ocurrir, añadiendo así unos pequeños detallitos que nos darán otro vistazo a su personalidad.
La otra parte gruesa del juego, y quizá la más entretenida para mucha gente, son los combates. En general, es un juego que tiene combates superdivertidos, algunos más duros que otros, o incluso habrá momentos en los que nos exigirá nuestra atención al máximo, porque la velocidad a la que se mueven algunos monstruos no nos dará la opción de dudar a la hora de esquivar o atacar. Esto sucede ya desde la parte de los monstruos más básicos, ya que la mayoría de las veces nos atacarán varios al mismo tiempo, y siempre hay alguno que es bastante más duro que los demás. Nos tocará recorrer multitud de pasillos en los que siempre encontraremos algún que otro enemigo suelto, y de vez en cuando veremos unas habitaciones amplias que reconoceremos al momento como una “trampa” obligada en la que nos tocará un combate más duro. Eso sí, esos pasillos y habitaciones también estarán aderezados con diferentes tipos de puzles. Ninguno extremadamente difícil, pero se agradece encontrarlos para darle un poco de variación a los caminos que nos toca recorrer. Por otro lado, los jefes serán los que quizá nos hagan repetir más veces un combate. Cada uno tendrá sus propias características, y nos obligarán a utilizar los poderes de las diferentes chicas para poder derrotarlos, obligándonos a pensar muy bien nuestra estrategia tanto antes como durante el combate.
Si bien en su cómputo general me parece un juego muy bien diseñado, sobre todo para un equipo tan extremadamente pequeño (una sola persona), tengo que ponerle una pequeña puntillita en forma de queja, aunque ya os aviso que no es lo suficientemente importante como para que se os quiten las ganas de jugar. Podría quejarme de que los escenarios son simples, al ser un conjunto de pasillos amplios con buena ambientación, pero no es algo tan relevante. También podría quejarme del comportamiento infantil de alguno de los personajes, pero tengo que tener en cuenta de que no es un juego dirigido de forma exclusiva a gente de mi edad, y que es muy probable que para una persona de 20 años ese tipo de comportamiento tenga cierto interés. Mi verdadera queja con este juego es lo mucho que se fuerza a intentar innovar con todo. Me explico, de por sí es un juego que mezcla combates frenéticos con simulador de citas, algo que no suele ser del todo común, por lo que ya de por sí, la base puede considerarse novedosa. Sin embargo, de vez en cuando decide meter casi con calzador pequeñas mecánicas que únicamente se utilizan una o dos veces, ya sea un bailecito o una mecánica de respirar. Cosas que no están del todo mal y en el fondo son entretenidas, pero que nos lleva irremediablemente al error principal: el escenario de la moto. Sin entrar en terreno de spoiler, en cierto momento del juego nos tocará recorrer un pasillo en moto, esquivando unos obstáculos y destruyendo otros con un ataque nuevo, para poder llegar al combate de un jefe. Y donde más vais a morir no será en el jefe. Ese pasillo es la zona más desesperante del juego porque la moto, nunca utilizada antes, es bastante difícil de controlar, y con cada mínimo golpe, que va controlado al píxel, volvemos a reiniciar el recorrido entero desde el inicio. Y es que está bien innovar, pero no es necesario que todo sea nuevo, sobre todo si tienes entre manos un juego que está realmente bien sin tener que añadir nada más.
Eternights es exactamente el juego que una persona que nunca haya jugado a Persona cree que es Persona. Es un título muy divertido, incluso con sus clichés tan repetidos en los anime, porque cada uno de sus personajes hará sus propios méritos para hacerse un hueco en nuestro corazoncito. Y es que, elijamos a quien elijamos, siempre tienen algo que aportar a nuestro protagonista. Es una historia de amistad, de superación, de apoyo y, en cierto modo, de salud mental. Y, encima, podemos liarnos a guantazos con un brazo espada. ¿Qué más queréis?
I run on coffee, sarcasm and lipstick. Hace años le vendí mi alma a Bioware y me convirtieron en la Shadow Broker. Tengo un papelito que dice que soy N7, pero no quieren darme mi propia nave. Me gusta llevarle la contraria a la gente y por eso soy una Inquisidora enana y pelirroja.
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