¿A dónde vamos a parar?
Pokémon Let’s Go Eevee/Pikachu!

12/06/2019 | mirandaikon | 1 comentario
Entre mi yo de 14 años y mi yo actual no existen muchas similitudes. Nuestros gustos en televisión, música, compañía y temas de conversación son tan ajenos como lo deberían ser entre cualquier persona adulta (o intentando serlo) y su versión adolescente con la excepción de una sola cosa. Seguimos compartiendo la misma fantasía cuando soñamos despiertas; nuestro lugar feliz: el mundo de la franquicia principal de Pokémon.
Para muchos, la meta a la que debe dirigirse el mundo de las peleas de gallos virtuales es la de un MMORPG en mundo abierto, lo más cercano que se pueda lograr estar de una realidad paralela en la que puedes pelear e intercambiar con cualquier persona en cualquier rincón del mundo, pero Nintendo nunca nos ha demostrado interés al respecto, con la salida de Pokémon Let’s Go Eevee y Pokémon Let’s Go Pikachu y los avances recientes que hemos visto para Pokémon Sword & Shield, creo que entiendo un poco más la razón.
Tan cerca y tan lejos de Pueblo Paleta
Cuando anunciaron en una conferencia de prensa en 2018 que el siguiente paso en la franquicia era la interconectividad con Pokémon Go, la app de realidad aumentada desarrollada por Niantic, el fandom se volvió un poco patas parriba. La preocupación general era la simplificación de las mecánicas (por ejemplo los effort values y los individual values) y la prioridad de la captura sobre el combate; el juego estaba siendo presentado como un puente entre la vieja guardia familiarizada con el estilo de juego más tradicional y los nuevos jugadores que solo habían jugado Pokémon Go usando Pokémon Amarillo como molde, ya que en palabras de Junichi Masuda, el director del juego en ese punto del desarrollo: “Amarillo resuena mejor con los jugadores jóvenes ya que contiene elementos de la serie de televisión”.

Solo una pareja de disruptores de la heteronormatividad pasando el tiempo
Esta entrega del juego nos lleva de regreso a la región de Kanto y sus 151 criaturas originales, donde todo comenzó hace ya más de veinte años, y nos hace revivir nuestras primeras aventuras en un ambiente gráfico completamente renovado y con ciertas mejoras de estilo de vida que son muy agradecidas (por ejemplo, el uso de MOs para recorrer el mundo es reemplazado por un eficiente menú), pero con un cambio mecánico importantísimo en la captura de criaturitas que hace suficientemente diferente la experiencia para jugadores que ya han visitado Kanto hasta el cansancio en iteraciones anteriores.
A diferencia de la serie regular de la franquicia, en Let’s go capturar a tus compañeros de aventura no se lleva a cabo peleando primero con ellos hasta debilitarlos y luego arrojar una pokéball, en su lugar, el sistema ha sido sustituido completamente por el de baya-pokéball-baya-pokéball-repetir de Pokémon Go con la variante de poder usar el joy-con o la Pokéball Plus (un muy interesante periférico opcional del que hablaremos más adelante) apuntando a la pantalla en lugar de los dedos.
Asimismo, este cambio está ligado a una nueva forma de ganar experiencia para tu equipo, en el que al enlazar “cadenas” atrapando a la misma especie de pokémon muchas veces seguidas, se potencia la experiencia adquirida y se logra subir de nivel y aprender nuevos movimientos mucho más rápido. Un nuevo tipo de grinding, mucho más amigable y que consume menos tiempo, pero grinding a fin de cuentas.
Siempre entrenando, nunca inentrenando
Si bien el estilo gráfico renovado es una adición mucho más que bienvenida (#blessed), junto con el regreso triunfal de la posibilidad de elegir un compañero para que te siga cuando estás transitando el mapa y el mini juego para mimar a tu Eevee (o a tu Pikachu si elegiste mal tu versión, a cualquiera le pasa), aportan poco a la experiencia de esta entrega como un juego de nueva generación, ya que se van a la segura y rescatan prácticas que ya conocíamos exitosas en el pasado (y no es queja); sin embargo uno de los cambios más interesantes vino de uno de los lugares más inesperados.
La integración con Pokémon Go! que al momento del anuncio del juego fue uno de los puntos más criticados en las comunidades en línea y fuera de ella, resultó ser, en combinación con la Pokéball Plus un interesantísimo experimento.

Pokéball Plus mostrada a la derecha. Perfecta para manecitas de edades tiernas, no tanto para adultos que no gusten de calambres en la muñeca
Este periférico, completamente opcional para disfrutar el juego además de doblar como control inalámbrico para la Switch, funciona como un Pokéwalker mucho más avanzado que en lugar de tener una pequeña pantalla monocromática, se integra a Pokémon Go! y, de manera sencilla y orgánica, y te permite llevarte a tus compañeros de viaje virtual, en un viaje real. Al sincronizar el podómetro biónico, además de contar tus pasos y darle experiencia a tu acompañante de acuerdo a la distancia recorrida, ofrece bonificaciones por jugar. Por ejemplo, con cada Pokémon capturado o parada activada puedes obtener más experiencia o caramelos para consentir a tus monstruos una vez que regresas a la Switch.
De esta manera los desarrolladores intentan acercarnos al sueño: Pokémon en la vida real. Nuestro compañero puede estar siempre con nosotros aunque no estemos jugando activamente y hacerse presente mediante sonidos a través de la bocina integrada en la Pokéball Plus y luces que salen de la parte frontal (y que también sirven para indicar si hemos atrapado exitosamente a nuestra presa o si hay una parada cerca que ha sido aprovechada), y se divierte con nosotros, nos acompaña en nuestro día a día y nuestras actividades tienen consecuencias en su estado de ánimo y desarrollo.
¿A dónde iremos a parar? A algún lado muy bueno de seguro
Además de la integración con el móvil y la nueva forma de capturar y subir de nivel, Pokémon Let’s Go es muy fiel en espíritu a su antepasado de la Game Boy. Es un juego divertido y entretenido que se disfruta de principio a fin (y lleno de referencias y memes si lo juegas en castellano), un paseo que puede ser de igual manera por la calle de la nostalgia para quien esté revisitando y una inmejorable manera de conocer por primera vez el mundo de la crueldad animal (y el abandono de menores a su suerte) normalizada que de seguro hará a esta nueva generación de entrenadores regresar por más.

¿No es hermoso? ¿No te dan ganas de ponerlo a pelear encarnizadamente con otros seres igual de monos por tu trascendencia en el mundo de las peleas profesionales de monstruitos? (imagen cortesía de Azka)
Es este estado de “Siempre Conectadxs a Pokémon” lo me hace pensar que a los desarrolladores no les atrae la idea de un MMORPG de mundo abierto típico, pues la fórmula funciona mucho mejor como una pieza en un engranaje completo de apps y juegos dentro de la misma infraestructura. Una app para dormir, una para jugar casualmente durante el día, una para conectarte con tus amigos a intercambiar, una para darlo todo en el competitivo… Nos acercamos a un mundo en el que todo lo que hacemos durante el día puede llegar a estar teñido de una manera u otra por el mundo de Pokémon, y honestamente, de entre los futuros distópicos donde somos manipulados a cada segundo de nuestras vidas, es el que me parece más atractivo.
A veces las experiencias únicas de ciertas entregas de la franquicia son adelantos de lo que se viene en el futuro para Pokémon, algunos ejemplos de esto fueron cómo el Wireless Transfer y el Pokéwalker se convirtieron en experiencias básicas de la serie regular y de Pokémon Go! respectivamente, y de esta misma manera, la experiencia de Let’s Go me hace preguntarme qué nos depara en próximas versiones del juego. ¿La Pokéball Plus seguirá teniendo un uso recurrente en futuros juegos? ¿La integración de las infraestructuras de móvil y Switch seguirán jugando un papel importante? ¿Podré seguir teniendo a mi Bulbasaur detrás de mí curando mi depresión con cada paso que da…? Espero que sí.
Cocinera e investigadora, obsesa del análisis de cultura pop; vive en Guadalajara, México, enseñándole a la gente a no terminar como ella.
Etiquetas: accesorios, JRPG, nintendo, periféricos, pokeball, pokemon, pokemon let's go eevee, pokemon let's go pikachu, RPG, switch
¡Hola, Mirandaikon!
La verdad es que estaba dudando de si este juego sería para mí, precisamente por ese factor de nostalgia de Pokémon Amarillo, y creo que me has despejado la mayor parte de dudas. ¡Muchas gracias por tu artículo!
Que tengas un buen día.