Se acerca el final
The Whispered World

26/06/2019 | Nébore | No hay comentarios
Todas conocemos historias sobre héroes destinados a grandes hazañas. Ya sea por videojuegos, pelis o libros, estamos familiarizadas con el tópico del protagonista humilde y de buen corazón con una profecía que le guía a derrotar al malo maloso de turno, salvar el mundo y, por supuesto, conseguir un ligue en el proceso. Una historia sencilla, pero que tiende a funcionar bien entre el público. Sin embargo, ¿Qué pasaría si, en lugar de ser el héroe profetizado para traer la paz, descubrieras que tu destino inevitable es DESTRUIR EL MUNDO?

¿Las profecías podrían considerarse spoilers? (captura propia)
Así comienza The Whispered World, la aventura gráfica desarrollada por Daedalic Entertaiment, creadores entre otros de la saga Deponia (jugaos Deponia). Nuestro protagonista es Sadwick, un pequeño payaso tristón que sueña con alejarse de un trabajo que no le satisface y una familia que no lo valora lo suficiente. Hasta que un día el destino decide concederle su deseo, aunque tal vez no de la forma que él deseaba. Ese día Sadwick descubre una profecía que le señala como aquel que destruirá el mundo. Obviamente a nuestro estimado payaso la idea no le hace especial ilusión, por lo que comenzará un viaje para intentar cambiar su propio destino y proteger al mundo de su final.
¿Y cómo conseguirá Sadwick completar su viaje? Pues con las clásicas mecánicas de una aventura point and click. De este modo, avanzaremos tomando “prestados” diferentes objetos (lo que se traduce en echarle el guante a todo lo que no esté atado al suelo, o al menos no muy fuertemente atado) y conversando con los distintos personajes que nos encontraremos en nuestro camino, a cada cual más estrafalario. Además, contaremos con la ayuda de Spot, una oruga con la capacidad de transformarse en diferentes formas para ayudar a su amigo en su aventura.

El pequeño Spot, siempre a nuestro lado (captura propia)
La dificultad de los puzles que debemos resolver es, en general, bastante baja. Por supuesto, no faltarán los clásicos momentos de dar vueltas por todos los escenarios buscando esa pequeña interacción que se nos ha pasado por alto, o esa extraña combinación de objetos que no se nos había ocurrido, pero son momentos más bien puntuales. Además, existe la opción (completamente opcional, valga la redundancia) de resaltar todos los elementos examinables de cada escenario, algo que facilita bastante las cosas.
Lo que NO ayuda a avanzar en el juego con fluidez son algunos puzles con soluciones, digamos, ilógicas. Habrá momentos en los que tendremos que encontrar la respuesta probando objetos al azar, o directamente consultando una guía. Esto es especialmente notable con los puzles que involucran a Spot, y que casi dan ganas de llamar a la protectora de animales para que protejan a la pobre criatura. Estos problemas no son muy recurrentes a lo largo del juego, pero es importante señalarlos para tenerlos en cuenta (no digáis que no avisé).
Además de los clásicos puzles de toda aventura point and click, también encontraremos algunos minijuegos que resolver para continuar nuestro camino. Sin embargo, estos son muy escasos, lo que me lleva a preguntarme para qué incluir minijuegos si apenas tendrán peso en el juego. Y podríamos pensar que, ya que hay pocos minijuegos, los que hay estarán bien pensados y trabajados. Siento decepcionaros. No son desafíos realmente ingeniosos ni originales, solo puedo calificarlos como “funcionales”. Están ahí, cumplen su función sin llamar mucho la atención, y si no te apetece resolverlos porque no es que sean nada relevante para el juego siempre tienes la opción de saltártelos sin más, y aquí no ha pasado nada.

Un pequeño vistazo al hermoso mundo del juego (captura propia)
Pero hablemos de algo más optimista. Pasemos al apartado artístico. Algo que llama la atención desde el primer momento en este juego es su estilo, caracterizado por el dibujo totalmente a mano de escenarios, personajes e incluso las cinemáticas. Un dibujo hermoso y muy característico, repleto de detalles, que nos ayuda a sumergirnos de lleno en el mundo de cuento que nos presenta The Whispered Wold.
Porque, ante todo, eso es este juego. Un cuento. Una historia de fantasía como las que disfrutábamos de niñas, con personajes extravagantes y carismáticos, criaturas imposibles y maravillosas, y un fascinante mundo por explorar. Este carácter de cuento es algo que el juego tiene siempre muy presente, y que sabe transmitir a la perfección. Sin embargo, este no es un cuento lleno siempre de felicidad y color. Ya sea en la música, los diálogos, los escenarios… siempre estará presente una cierta melancolía, recordándonos continuamente que nuestro destino no es alcanzar un final feliz. El mundo está llegando a su fin, y será nuestra mano la que lo destruya. ¿Realmente seremos capaces de derrotar al mismísimo destino?

Must protect (captura propia)