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Análisis de Crowalt: Traces of the Lost Colony

07/06/2022 | Alystrin | No hay comentarios
Aunque sus años dorados nos resulten lejanos, el género de las aventuras gráficas nunca ha llegado a desaparecer del todo. De vez en cuando surgen pequeñas joyas procedentes de estudios modestos, como es el caso de The Last Door. Soy una gran aficionada a este tipo de juegos, con lo que, cuando nos ofrecieron Crowalt: Traces of the Lost Colony, me lancé con ganas a probarlo.
El juego toma como punto de partida la historia de la colonia norteamericana de Roanoke. Situada en la actual Carolina del Norte, forma parte de uno de los misterios estadounidenses más famosos. Su población, compuesta por colonos británicos, desapareció de la noche a la mañana sin que se conozca el destino de su gente, más allá de unas cuantas teorías. Aparece referenciada en diversos productos de la cultura popular, como la temporada homónima de American Horror Story o menciones en Doctor Who y Abraham Lincoln: Cazador de vampiros, por ejemplo.
En Crowalt: Traces of the Lost Colony tomaremos el control de Hugh, un aventurero que decide buscar la colonia de Roanoke 150 años después de su desaparición. Se lo toma incluso como un viaje espiritual, esperando encontrarse a sí mismo además de a los británicos. Llega entonces al cercano pueblo de Crowalt, donde espera obtener pistas que le conduzcan a resolver el misterio. La población nativa y los colonos no son demasiado amigables, pero nuestro protagonista conseguirá poco a poco abrirse camino.
Se trata de una aventura gráfica bidimensional, con un modo de juego apuntar y clic. Podremos realizar acciones sencillas, como observar, hablar o interactuar con los objetos (no distingue el tipo de interacción que realizaremos, el personaje decide qué hacer). Pulsando la barra espaciadora enfatizaremos qué elementos son importantes en una escena. El inventario es sencillo de manejar, y también podremos combinar diversos objetos para obtener otros diferentes.

Exactamente eso, Hugh
Aparecen además diversos minijuegos a lo largo de la aventura. Resultan bastante confusos a pesar de las supuestas pistas con las que contamos, teniendo que resolver gran parte completamente por azar. Es más, aunque dé la impresión de lo contrario, completarlos no nos cambiará nada de la trama ni obtendremos recompensa alguna. Tampoco hay penalización si fallamos, debiendo comenzar de nuevo desde el principio.
Contamos con un diario en el que Hugh apuntará los hallazgos significativos de la trama. Éste se encuentra escrito en inglés sin importar en qué idioma estemos jugando, pero si pulsamos sobre él aparecerá traducido en los subtítulos. Nos servirá únicamente como lectura y resumen de nuestros pasos, con lo que no podemos sacarle mucho provecho fuera de recapitular lo ya acontecido.
Hay muy poca variabilidad entre escenarios. Toda la acción se desarrolla entre el pueblo de Crowalt y la zona en la que está la tribu nativa. Muchas veces nos veremos dando vueltas de un lado para otro, recolectando pistas y hablando con los personajes para intentar avanzar. A veces no tiene demasiado sentido, y de nuevo el azar de hablar con la persona adecuada será el responsable de que consigamos nuestro objetivo.
Asimismo, las misiones son extremadamente repetitivas. Salvo contadas excepciones, la mayor parte tratan de buscar a un personaje, pedirle que nos haga un favor y, a cambio, conseguirle un objeto. Además, a pesar de que en un momento determinado conseguiremos un mapa, no podremos utilizarlo para viajar. La utilidad de los artefactos (los coleccionables del juego) es completamente nula.

¿Me pide me perdona?
El guion está más bien poco elaborado. Tanto es así que, por momentos, me daba la sensación de estar leyendo una redacción escolar en lugar de estar en un videojuego. Sin embargo, hay que reconocer que, a pesar de estar muy mal llevado, la historia es bastante entretenida. La enturbia considerablemente el final, que resulta abrupto y algo forzado.
Respecto al idioma, hay que decir que la localización en castellano es bastante mala. Se trata de una traducción literal, dando la sensación de que se ha utilizado algún motor de traducción en lugar de realizar un trabajo más profesional. Los textos aparecen en bocadillos sobre los personajes, con las letras desplegándose a tal velocidad que resulta bastante molesto leerlos incluso cuando han terminado de aparecer. No hay modo de modificar esta característica.
Crowalt: Traces of the Lost Colony podría ser un juego bastante aceptable. A pesar de contarnos una historia intrascendente pero entretenida, la ejecución a la hora de narrarla y las pobres mecánicas hacen que, como aventura gráfica, se quede corta. Todo ello sumado a numerosos fallos en la traducción, que nos sacarán una y otra vez del juego. Un título para pasar el rato, pero poco más.
Clave proporcionada por GrabTheGames.
Cosplayer, otorrinolaringóloga, streamer y, sobre todo, mamarracha profesional. Cuqui del almendruqui que no dudaría en sacarte las muelas por tus "incorrecciones políticas"
Etiquetas: aventura gráfica, crowalt, Madcraft Studios, point and click, Roanoke