Y el cuervo dijo “Nunca más”

Retroanálisis de The Last Door (temporadas 1 y 2)

Retroanálisis de The Last Door (temporadas 1 y 2)

Ya hace unos años os trajimos una reseña de la primera temporada de The Last Door. Este thriller victoriano es el primer título del estudio sevillano The Game Kitchen, el mismo que años después nos maravillaría con Blasphemous. Lanzado inicialmente en 2014, hubo que esperar a 2016 para conocer el ansiado desenlace de la historia. Es por eso que, aunque ya hayamos hablado de él antes, vale la pena hacer un análisis del juego completo incluyendo la segunda temporada: los misterios del culto al Ojo del Pájaro bien lo valen.

El comienzo de The Last Door es completamente cinemático. Tras una escena corta en la que seremos testigos del suicidio de Anthony Beechworth, la secuencia de los títulos de crédito iniciales atrapa tanto en estética como en música. Ambientado en la Inglaterra de 1800, tomaremos el control de J. Devitt, amigo de la juventud del finado, quien al recibir una enigmática carta de Anthony acude a visitarle al creer que está en peligro. Comienza entonces un drama en cuatro actos, con el primero titulado “La carta” y que nos servirá como introducción. Viajaremos por distintos escenarios de Inglaterra y Escocia en una búsqueda esotérica en la que Devitt no podrá fiarse de sus sentidos y descubrirá que su estancia en el internado tuvo mucha mayor influencia en su vida de lo que él cree.

Los cuatro testigos se reúnen en el internado

No se invocan las cosas de no invocar

La segunda parte comienza, previo resumen de lo acontecido en la primera temporada, con el doctor Wakefield, el psiquiatra de Devitt. Preocupado por las visiones hipnóticas y la repentina desaparición de su paciente saldrá en su busca, acompañado por su colega el doctor Kaufmann. Aquí lo sobrenatural nos acompañará desde el primer momento. Narrativamente va de más a menos, y la segunda parte se aleja algo más del terror para centrarse en la investigación de lo oculto. Sin embargo, el desenlace es adecuado para el progreso de todo el juego, y el capítulo final nos recordará al cine de David Lynch.

Todos los episodios, tanto de la primera parte como de la segunda, tienen el mismo modo de comenzar y no nos resultará indiferente, con algún que otro pequeño cliffhanger inesperado. Este planteamiento, que podríamos equipararlo a cualquier miniserie, resulta narrativamente muy efectivo y nos dará ganas de continuar para conocer qué es lo que pasa. Incluso los extras de ambos juegos contienen información muy significativa, y recomiendo mucho jugarlos una vez terminada la trama principal de cada entrega.

Los episodios son bastante cortos, completándose cada uno en aproximadamente una hora (algo más en la segunda temporada). Evidentemente todo depende de nuestras habilidades detectivescas, aunque en general el uso de objetos es intuitivo y la principal dificultad radicará en encontrarlos. Durante la primera entrega del juego los escenarios son reducidos (3-4 salas por capítulo), en tanto que The Last Door season 2 apuesta por localizaciones un poco más amplias y entre las cuales deberemos movernos para completar nuestros objetivos. Los acertijos para resolver van de menos a más: si bien en la primera parte consisten fundamentalmente en la interacción de objetos con el entorno, en la segunda se vuelven considerablemente más enrevesados.

Una referencia a "El gato negro" de Poe

«¡Había emparedado al monstruo en la tumba!» Edgar Allan Poe

Aparecen pequeños homenajes al terror clásico dispersos a lo largo de nuestra partida. Desde números de Weird Tales (revista en la que se comenzaron a hacer conocidos los relatos de H.P. Lovecraft) hasta referencias a narraciones como Las ratas en las paredes de Edgar Allan Poe, o a la famosa escena del cuarto rojo que aparece en Twin Peaks. Aunque hay poco jumpscare, la atmósfera resulta por momentos extremadamente agobiante y tensa, lo que lo convierte en un juego de terror psicológico muy logrado pero que a la vez es adecuado para aquellas personas que, como yo, no sobrellevan bien el miedo como tal.

Aunque inicialmente los gráficos no llamen excesivamente la atención al tratarse de un pixel art bastante poco definido, esto no le resta ni el más mínimo valor al juego ni a la historia, demostrándonos una vez más que no por más bonito es mejor juego. El mimo en crearlo se nota incluso en las animaciones, en las que veremos detallado con cuidado cosas tan pequeñas como la llama de una vela. Los controles son extremadamente sencillos de dominar, simplemente contaremos con nuestro cursor para movernos y examinar objetos y ya está. Asimismo, nuestro inventario cuenta con una reducida cantidad de objetos. Esto lo cual habla a favor de la exploración más que de inundarnos de ítems sin uso claro.

Es de destacar la calidad global de este juego, producido con un relativo bajo presupuesto. Incluso los sonidos provienen en su mayoría de bibliotecas de uso gratuito salvo la banda sonora, compuesta por Carlos Viola. Ésta se compone sobre todo de temas con el piano como protagonista principal, acompañado de instrumentos de cuerda. Da una personalidad notable al título y combina a la perfección con el ambiente creado. Incluso en determinados momentos escucharemos un órgano, como muestra del horror victoriano que representan algunos momentos de este título.

Un grupo de cultistas deciden quién será el nuevo Dramaturgo

La ambientación de The Last Door es impresionante en ambas entregas

Maravilla particularmente la accesibilidad: desde el menú podremos elegir subtítulos para personas con pérdida auditiva y fuente apta para dislexia. Esto se hace notar en determinados puzles sonoros, que sin la integración de los subtítulos tan perfecta serían imposibles de completar. El juego se encuentra disponible en varios idiomas, entre los que se encuentra el castellano.

He disfrutado enormemente jugando las dos temporadas de The Last Door, un point and click que sabe combinar a la perfección puzles con investigación del entorno. Su historia atrapa y la banda sonora le añade el toque exacto que necesitamos para disfrutar de esta aventura gráfica clásica en la Inglaterra victoriana.

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Alystrin
Alystrin @Alystrin

Cosplayer, otorrinolaringóloga, streamer y, sobre todo, mamarracha profesional. Cuqui del almendruqui que no dudaría en sacarte las muelas por tus "incorrecciones políticas"

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