Tengo hambre, luego existo

Análisis de Garfield Lasagna Party

Análisis de Garfield Lasagna Party

Odiar los lunes y amar las siestas. Es imposible no identificarse con Garfield, el gato más famoso de los cómics occidentales desde 1987. El minino anaranjado de Jim Davis da de nuevo el salto a los videojuegos con Garfield Lasagna Party, disponible en consolas y PC. Nuevamente Meridiem Games lo distribuye en formato físico en nuestro país, y es quien amablemente nos ha cedido una clave para que podamos disfrutarlo. El juego está íntegramente en castellano, con la traducción a cargo de la empresa malagueña Localsoft, correspondientemente acreditada.

No hay fiesta sin amigos. En esta ocasión a Garfield le acompañan otros personajes de las tiras: el perro Odie, y las también felinas Nermal y Arlene. Sin embargo, ninguno de ellos tiene características especiales, y seleccionar uno u otro solamente depende de nuestras preferencias personales. Garfield Lasagna Party es un título pensado para disfrutar en compañía, empleando el modo multijugador. No obstante, podemos hacerlo en solitario, y el resto de personajes los controlará una IA. Podemos elegir el nivel de reto que queremos que nos plantee dicha inteligencia artificial en el momento de comenzar nuestra partida. Lo que es obligatorio, eso sí, es que haya cuatro participantes, sean humanos o no.

El minijuego "La panda del gato", con los cuatro protagonistas con sus instrumentos y los botones que hay que pulsar

El modo de juego principal se denomina “Carrera de lasaña”. Ésta consiste en un juego de tablero al más puro estilo Mario Party, en el que nuestro objetivo será conseguir la máxima cantidad de lasañas posibles durante diez rondas. Hay gran cantidad de casillas y prácticamente todas tienen algún efecto, positivo o negativo. Al terminar nuestra caminata por el tablero, volveremos a comenzar desde el principio, pero con la recompensa de obtener el doble de botín. Las lasañas se encuentran flotando sobre las distintas casillas y simplemente tendremos que pasar con nuestro personaje por esa ruta para obtenerlas. Por otra parte, aparecen las monedas. Éstas sirven para comprar en la zona de tienda diversos objetos, que podremos utilizar para entorpecer el avance de nuestros rivales o proteger nuestra tirada de dados de los objetos que el resto de personajes puedan utilizar en nuestra contra.

Otro modo de aumentar nuestras ganancias, tanto en monedas como en lasañas, son los minijuegos que aparecerán al final de cada ronda. Es aquí donde radica el punto fuerte del título. Hay 32 diferentes, que son seleccionados de forma aleatoria, de modo que es difícil que se repitan si jugamos dos partidas consecutivas. Además, es llamativa la variedad de mecánicas introducidas. Por ejemplo, tendremos un minijuego de pesca llamado “Pez gato”, basado en que quien más peces atrape gana. Por otro lado, “La panda de los gatos” es un juego de ritmo, en el que tendremos que pulsar el botón adecuado en el momento preciso para que nuestro personaje toque el instrumento y no desafine. Y otros se basarán en hacernos perrerías, como “Limpieza general”, donde nuestro objetivo es tener la porción de alfombra más limpia a base de tirar trastos y juguetes en la de los demás. Según el resultado que obtengamos, nuestro botín de lasañas y monedas será diferente.

“La carrera de lasaña” es el modo de juego principal, pero no el único. Contamos además con “Desafío de lasaña”, en el que eliminamos el componente del tablero y los dados para centrarnos en un único minijuego de nuestra elección, lo cual es particularmente útil si queremos practicar y machacar a nuestros rivales. Finalmente aparece un sistema híbrido, la “Gira mundial de la lasaña”. Aquí, decidiremos en cuántos y con qué minijuegos queremos competir, hasta un máximo de 32. Después comenzará la partida, donde irán apareciendo de forma aleatoria.

El podio de uno de los minijuegos, con Nermal en el número uno, Arlene en el 2 y Garfield y Odie empatados en el tercer puesto

Como ya hemos mencionado, Garfield Lasagna Party está pensado claramente para multijugador. A priori no parece gran problema, pero si, como fue mi caso, utilizamos una Nintendo Switch Lite, la cosa se complica. No porque no se pueda utilizar con varios mandos, sino porque la pantalla es compartida en los minijuegos y no hace falta mencionar los quebraderos de cabeza derivados del tamaño de la portátil de Nintendo. Por añadidura, el multijugador es solamente local, no hay servidores para jugar online ni siquiera con aquellas personas que tengamos agregadas a la consola. Además, en diversas ocasiones noté que el sonido se cortaba durante “La carrera de la lasaña”, cosa que no me impedía jugar, pero sí resultó a la postre bastante molesto.

Garfield Lasagna Party es un juego bastante divertido para utilizarlo en compañía y en un dispositivo adecuado. En estos tiempos en los que parece que el objetivo principal de las empresas es el público adulto joven o directamente de mediana edad, se agradece la existencia de títulos amables como éste. El mercado infantil suele ser más bien limitado, y más aún en juegos para compartir con los demás y tener a los peques pasando un buen rato. Garfield Lasagna Party cumple muy buen en este aspecto: Las partidas son cortas y dinámicas, los minijuegos son fáciles de entender y pueden hacer que nos piquemos y queramos más. Sin embargo, si nos planteamos jugarlo en soledad es probable que se nos quede bastante corto, y al rato nos dediquemos a la otra actividad favorita de Garfield: la siesta.

Clave proporcionada por Meridiem Games.

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Alystrin
Alystrin @Alystrin

Cosplayer, otorrinolaringóloga, streamer y, sobre todo, mamarracha profesional. Cuqui del almendruqui que no dudaría en sacarte las muelas por tus "incorrecciones políticas"

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