Mojaíta a la monarquía
Análisis de Slay the Princess

19/10/2023 | Nix | No hay comentarios
Me gustan mucho los juegos de terror. El problema es que no me gustan los juegos que basan su terror en que un enemigo te persiga, ni tampoco los que únicamente utilizan los jumpscares para asustar. Sí, lo sé, de un plumazo acabo de eliminar el 90% de los títulos de terror existentes. Aún así, sigo afirmando que me gustan, porque esos ejemplos me parecen la forma más vaga de crear un susto, pero siempre hay alguien que decide hacerlo de una forma diferente, y ahí es donde acabo prestando toda mi atención. Y es que crear una ambientación opresiva, angustiosa o incluso paranoide utilizando los elementos visuales y sonoros del juego resultan de un terror mucho más satisfactorio en cuanto lo combinas con una trama que mantenga la tensión en el momento justo. No por nada P.T. nos conseguía asustar con un simple pasillo. Y es por ello que, tras ver un solo trailer, Slay the Princess hizo que me picase el gusanillo y quisiese saber un poco más de ese título que conseguía trasladar una sensación inquietante con solo unos trazos de lápiz en un papel.
La trama comienza con un narrador. Y dicho narrador narra lo que podría ser el inicio de nuestra existencia, situándonos en medio de un bosque y designándonos una misión: matar a la princesa. En ese momento es cuando empieza a desplegarse todo el enorme abanico de decisiones que forman el juego, porque en realidad nuestro protagonista puede responder y dialogar con lo que en un principio creíamos que era alguien que se limitaría a contar nuestra aventura. Y ahí nos daremos cuenta de que ese narrador hará todo lo posible por hacer que vayamos a la cabaña donde se encuentra encerrada la princesa y acabemos con ella. Sin embargo, cuando llegamos allí tendremos el control, y la opción de asesinarla se unirá a la de hablar con ella o, incluso, liberarla. Hagamos lo que hagamos, y esto no es spoiler aunque lo parezca, acabaremos muriendo. De forma trágica, de forma tranquila, de forma sangrienta, todo depende de nuestras elecciones, pero la muerte acabará llegando antes o después. Y en ese momento, todo se reinicia.
Con lo que os he contado, quizá penséis que Slay the Princess tiene únicamente tres personajes, el narrador, la princesa, y nuestro protagonista. En cierto modo es así, pero a medida que vayamos muriendo una y otra vez irán apareciendo otras voces en nuestra cabeza, representando diferentes facciones de nuestro héroe. En algunas ocasiones actuarán como nuestro Pepito Grillo, concienciándonos sobre nuestras decisiones y haciendo que nos decantemos por una u otra, o también nos condicionarán de una forma un poco más rastrera, manipulando tanto a nuestro personaje como al narrador y llevándonos a un destino que no habríamos imaginado. Y es que cuando se dice que en este juego las decisiones importan, es porque lo hacen. Y mucho, porque todo lo que haces y dices determina tu propia existencia dentro de ese mundo.
Quizá os preguntéis cómo puede ser considerado de terror, si lo único que hacemos es morirnos con una princesa al lado y no será para tanto, ¿verdad? Os daría la razón, si no fuese porque esa princesa no es la típica princesa de cuento que debe ser salvada (o asesinada, en este caso), sino una especie de horror cósmico que irá variando con cada uno de nuestros movimientos, encerrándonos en una especie de bucle temporal que nos irá desvelando pequeños trocitos de información a medida que vayamos alcanzando ciertos eventos. Quizá sean buenos, quizá malos, no lo sabemos, pero cada uno de esos bucles nos va acercando un poco más a la verdad. Y es que a medida que vayamos enlazando bucles, acabaremos teniendo sospechas de todo el mundo, sin saber quién será realmente el malo de la historia al encontrarnos las situaciones completamente opuestas que nos plantean.
Una cosa que llama muchísimo la atención es lo bien cuidado que está tanto el apartado artístico como el sonoro. Su aspecto, en blanco y negro con sus detalles en rojo, quizá puedan parecer feos de entrada, pero lo cierto es que está cuidado al detalle para dar una sensación tensa que va variando con nuestras decisiones. Los trazos y borrones hechos a lápiz, sucios y agresivos la mayoría del tiempo, se vuelven más suaves cuanto mejor tratemos a la princesa, y más surrealistas y picudos si hacemos lo contrario. Y, para rematar, el añadido del efecto parallax que sigue cada uno de nuestros movimientos del ratón, todavía enfatiza más esa incomodidad que trata de conseguir. Por otro lado, el sonido también cumple con su trabajo en todo momento. El juego cuenta con la lectura dramatizada de todos los diálogos y narración, haciendo que se enfatice cada decisión que nos plantea. El resto de los sonidos, tanto la música como los efectos, también acompañarán esa dramatización, manteniendo esos tonos sosegados combinados con melodías inquietantes.
Slay the Princess es un título que utiliza el terror psicológico para tratar de ofrecer un viaje diferente a lo que nos ha acostumbrado el grueso de la industria de los videojuegos. Toca temas duros y puede ser perturbador, pero al mismo tiempo lo hace de una manera que es mucho más fácil de llevar que si un monstruo nos salta a la cara cada dos minutos. Es una de esas aventuras que querremos comentar con nuestras amistades, tratando de averiguar todas y cada una de las posibilidades que ofrece, buscando esa interacción específica que hará que la princesa reaccione de una u otra manera. Y es que, ¿a quién vais a creer, a un narrador o a una princesa?
I run on coffee, sarcasm and lipstick. Hace años le vendí mi alma a Bioware y me convirtieron en la Shadow Broker. Tengo un papelito que dice que soy N7, pero no quieren darme mi propia nave. Me gusta llevarle la contraria a la gente y por eso soy una Inquisidora enana y pelirroja.
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