Jugar de prestado

30/12/2017 | Darkor_LF | 3 comentarios
Shadow of the Colossus es un juego que me gusta mucho: su estética gris y decadente fue directa a la adolescente intensita que era en aquella época. El combatir contra seres gigantescos, que la primera vez que los ves no tienes ni idea de cómo vas a acercarte a ellos sin morir aplastado, mucho menos matarlos. La historia es preciosa, una historia de amor verdadero (no tóxica) y perseverancia, con la que no puedes evitar emocionarte. El estar alerta para ver las lagartijas y las frutas que te den un extra de vida y stamina para facilitarte ligeramente el combate. El misterio que envuelve todo: el dios, los colosos, el templo, y los hombres misteriosos que van a un lugar, que deduces que es el templo; y que sabes que son malos. La inmensidad y el vacío, acentuado por la presencia de música sólo en los momentos que toca, por si no es suficientemente épico todo ya.
Y el final, tan tierno, tan dramático, tan desesperante y avisado al mismo tiempo. El anuncio del remake para PS4 este E3 de 2017 me hizo contener el aliento. Había tenido oportunidad de comprarlo en la edición de PS3 muchas veces, pero por unas cosas y otras, nunca lo hice. Se me abría una oportunidad de oro para poder jugarlo de una vez *sonido de disco rallado*.

*Scratch* Os preguntaréis cómo he llegado a esta situación
Y es que tengo un único problema con este juego: nunca lo he jugado yo. Cierto es que he cabalgado con Agro, escalado alguna pared, y herido a algún coloso. Pero verdaderamente nunca apreté el mando con mis manos sudadas mientras veía desaparecer el punto final de mi stamina, y Wanda se precipitaba al vacío y/o a la muerte inevitable. No he sufrido jugando, pero sí viviendo la historia a través de mi hermano.
Ya os conté hace tiempo que esto era muy habitual cuando era pequeña: mi hermano y yo hemos jugado mucho a multijugador, el real y el improvisado. Yo era la farmeadora y él el que hacía los saltos difíciles. Ambos éramos los segundos ojos del otro, el sentido arácnido para evitar ese golpe letal o conseguir la manzana salvadora. Cuando un puzle llevaba resistiéndose un rato, usabas la invocación de berrear el nombre por la casa, y ahí estaba la mente fresca que veía el patrón escondido, o el camino oculto.
Como ya he dicho, no he jugado directamente Shadow of the Colossus. Pero si lo he vivido. He sufrido porque la stamina bajaba y el coloso no caía. He quedado embelesada ante ese mundo inmenso. He cazado lagartijas y he buscado caminos ocultos. He sufrido por Wanda y su amada. Casi me muero de la impaciencia en la parte final del combate (contra el viento). Y mi corazón se rompió en mil pedazos con su final (y se recompuso luego con el resto).
He buscado en Internet los secretos, los caminos ocultos y los puntos débiles de los colosos. La música me ha puesto los pelos como escarpias, y más de diez años después, sigo recordando el juego, su historia y sus sensaciones como si lo hubiera jugado ayer.
Aunque nunca vencí a ningún coloso. Aunque nunca recorrí durante minutos esas inmensas llanuras, sola con Agro. Aunque nunca sujetara el mando, he jugado.
Porque hay juegos que queremos jugar, pero no podemos, no tenemos tiempo, dinero o el soporte adecuado para ello. Hay mucha gente que ve gameplays, aunque a mí no gustan porque me falta esa interactividad que tenía de pequeña, ese señalar a la pantalla, como cuando en los guiñoles adviertes al héroe de que el malo está detrás; pero aun así hay gente a la que le gusta y me parece válido.
A veces, tú no puedes jugar, así que juegas de prestado, con las manos y las habilidades de otra persona. Pero sigues jugando y viviendo esa historia, que es de lo que trata esto al final.
Difusora de la palabra de Pratchett a tiempo completo. Defensora de causas pérdidas e inútiles. Choconiños o barbarie. Hipster por necesidad. Tengo una pipa falsa. +50 en pedantería.
Me ha encantado el artículo! Justo mi hermano y yo tuvimos esa misma experiencia con el SotC (aunque con los roles revertidos). Hemos jugado muchos juegos a pachas y me parece la mejor manera de jugar, aunque a mucha gente le parezca que no vivas los juegos de la misma manera
Mi parte favorita de jugar a dobles siempre ha sido chillarle que viniera a pasarme X cosa, porque yo ya no podía más.
Me identifico plenamente. Nunca tuve consola de pequeña y de hecho la he tenido en condiciones ya casi con 20 años. Siempre me flipaba ver a mis amigos jugar a la consola cuando iba a sus casas. Recuerdo el «Oblivion», el «FFVII» e incluso también «Shadow of the Colossusel», meros ejemplos de una larga lista. A veces sientes los mismo que tu amigo, como si vieras una película, sufres y lo pasas mal igual que él y de vez en cuando te deja el mando para que pruebes.
Nunca fui avariciosa y me gustaba ver jugar, aunque si que me picaba la curiosidad de podemos manejar todos el rato un personaje y meterme en la historia de pleno, pero «Jugar de Prestado» es una gran alternativa cuando no se tienen medios ni dinero o incluso habilidad.
Gran artículo y muy buena reflexión ¡Enhorabuena!.