Reigns: Her Majesty
La reina ha muerto, larga vida a la reina

10/01/2018 | VanesaOJ | 3 comentarios
He vivido cientos de años, he muerto a manos de la iglesia, de mi pueblo, de mis enemigos y de mi propio marido. He muerto de vieja y vuelto a nacer en otro cuerpo, pero con el mismo objetivo. He reinado, con y sin rey. Y sigo viva.
Después de este párrafo en el que puede verse que me meto bastante en el papel, os cuento que el pasado 7 de diciembre Nerial nos brindaba la oportunidad de volver a gobernar, esta vez a través de las reinas del universo de Reigns: Her Majesty. Nosotras hemos podido jugar a la versión de Steam a esta entrega que nos ha sacado más de una sonrisa.
Blanco o negro. Tú decides (o no)
Nuestro papel en Reigns: Her Majesty es gobernar teniendo en cuenta cuatro aspectos clave: la iglesia, el pueblo, el ejército y, por supuesto, las finanzas de nuestro reino. El juego es una sucesión de decisiones que nos permitirán tener estos cuatro pilares equilibrados (si es que lo conseguimos). Y aquí reside una de las cosas más interesantes del juego: a veces tendremos que tomar decisiones que puede que no nos gusten del todo, con tal de que nuestra reina actual no muera.
En esta obra no morimos como tal. Gracias a La Madre de Todo (el juego tiene una parte llena de misticismo que nos encanta) nos reencarnamos en la siguiente reina, pero es importante estar atentos a los objetivos, por lo que a veces tendremos que esforzarnos en reinar bastantes años si un objetivo concreto lo requiere.

La Madre de Todo está aquí para que continuemos reinando
Conseguir que los cuatro pilares de los que hablábamos anteriormente estén equilibrados es una misión imposible, pero tomar todas las decisiones que queremos también lo es. Solo podemos tomar dos decisiones. No hay más. La política es complicada, niño y niñas. Y, nos guste o no, todo el mundo debe estar de acuerdo con lo que hacemos (aunque no demasiado contentos con ello, si no queremos acabar nuestro reinado pronto). ¿Deslizaremos el dedo hacia izquierda o derecha? Toda decisión tiene sus consecuencias. Unas más suaves, otras desoladoras que acabarán con la vida de los demás y la nuestra.
Para facilitarnos esta dicotomía, tendremos objetos que podrán ayudarnos a cumplir nuestros objetivos o evitar la propia muerte: nuestro perfume podrá embaucar a aquellos que quieren acabar con nosotras, la iglesia quedará cegada después de que les mostremos el hueso sagrado y, por supuesto, podremos batirnos en duelo o usar los objetos místicos que nos ayudarán a avanzar en el juego y descubrir nuestro papel dentro del mismo, aunque nos lo irá descubriendo La Madre de Todo.
Gracias a los objetos de nuestro inventario descubriremos nuevas opciones y más cartas con decisiones esperándonos, así que no olvidéis usarlos.

Yo que sé, quería tirar cosas
El rey florero
Si hay algo que no podemos dejar pasar en el análisis de Reigns: Her Majesty es la perspectiva de género que impregna todo el juego. De manera totalmente intencionada, Nerial nos traslada a un mundo en el que gobernamos mientras el rey no es más que una figura vacía. Una marioneta más en nuestro reino.

Se ha quedado buena tarde, ¿no?
Pero hay algo más:
El juego nos muestra una sociedad con personajes femeninos de todo tipo, mujeres racializadas incluidas. La diversidad forma parte del juego y es algo que me ha agradado bastante: guerreras, magas, científicas, sirvientas, piratas, monjas, monarcas de otros reinos… todas hablarán con nosotras, algunas serán nuestras amantes y otras, incluso, querrán acabar con nuestra vida. Reigns: Her Majesty nos muestra una variedad de personajes femeninos que no había visto hasta ahora en un juego de estas características y eso hay que mencionarlo.
Además del diseño de personajes, encontramos un mundo en el que podremos, por un lado, ver reflejadas leyes o conductas que favorecen los roles de género y que, como reinas, podremos cambiar o castigar. También encontraremos un grupo de personajes que querrán amedrentarnos en nuestro día a día y, por supuesto, hacer que cambiemos ciertas decisiones. Hablo, nada más y nada menos, de los señores por excelencia del juego, los Sanguijuelos.

Madre mía, chico, qué pereza
A lo largo del juego, además, tendremos interacciones que nos sacarán más de una sonrisa, y logros directamente relacionados con el feminismo, como el que consiguió Laura Luna y podéis encontrar en su Twitter:

Captura de Laura Luna
Leigh Alexander es la directora de narrativa del juego y, en palabras de François Alliot, su colaboración en el mismo ha sido crucial desde el principio. Alliot buscaba que el juego y su narrativa tuviesen la visión que él no podía tener, una perspectiva de género que, la verdad, hemos de agradecer bastante.

Oh, vaya…
Como decíamos al comienzo del artículo, Reigns: Her Majesty nos hace viajar por una historia llena de decisiones. Tener solo dos opciones puede parecer sencillo pero, una vez juegas descubres que, en realidad, será difícil no morir bastante a lo largo de tus horas de partida. Las decisiones que tomes te llevarán a uno de los tres finales del juego, pero, antes de llegar a los mismos habrás visto la complicada convivencia entre la necesidad de controlar el tablero por parte de la iglesia junto con la voluntad por descubrir de la ciencia y la necesidad de la existencia de otras creencias.
El formato de Reigns no está elegido al azar. Se nos muestra una trama política ridiculizada, que deberemos manejar con únicamente deslizar nuestro dedo. En este caso, François Alliot ya ha mencionado en alguna entrevista cómo este sistema fue inspirado por la app de ligoteo por excelencia: Tinder, y es que una de las artistas de Reigns propuso la idea de deslizar para tomar las decisiones después de usar la app.
Nerial y su equipo han sabido crear un escenario con únicamente dos decisiones a tomar con un arte (Arnaud de Bock) minimalista pero perfecto para el juego, y una narrativa llena de guiños, carga irónica y opciones entre las que podremos perdernos. Porque, aunque la narrativa y el arte hacen que Reigns: Her Majesty fluya en nuestras manos, es cierto que conforme avanzamos y descubrimos cómo usar los diferentes objetos y solucionar los acertijos que se nos plantean podemos perdernos y quizá es el punto débil del juego. Eso sí, os aseguro que pronto podréis coger el ritmo y disfrutar de cada elección que hagáis (o no).
Las muertes están llenas de carga política según la facción a la que decepcionemos o enaltezcamos más de la cuenta. Y es aquí donde nos encontramos unos finales dignos e 1000 manera de morir.

Cuando la peña te quiere demasiado pasa lo que pasa
Este juego, con todo lo que trae consigo, está diseñado para todas y todos. Y os aseguro que pasaréis muy buenos ratos con él. Reigns: Her Majesty está disponible en Steam y en dispositivos móviles Android e IOs y por 2.99€. Merece la pena vivir este entramado político en el que vamos a gobernar, hasta que descubramos los deseos de La Madre de Todos.

Cuidado con tirar demasiado objetos, amiguis
Pedagoga trabajando en salud mental. Fundé www.perspectivamente.com y escribo en www.laincubadorapedagogica.com. Poco tiempo libre y mucho videojuego, peli y serie por disfrutar. La ansiedad me persigue pero soy más rápida (a veces).
El original me gustó mucho, la verdad. Así que para quien no lo haya probado, puede ir directamente a éste (que ser mujer ya es un plus para muchas de nosotras).
Es genial la fina ironía con la que se va tejiendo todo el relato con perspectiva de género. Se nota la influencia de Federici en el juego. Juega con la historia de tal manera que logra dejar en evidencia cuestiones profundamente misóginas sin denunciarlo directamente.
Y como dicen arriba, iría directamente a por este, más cartas, más entretenido y con un relato mucho más potente.
Totalmente. Además es que es muy acertado que hayan dejado espacio a una persona que conoce realmente el problema en lugar de intentar tratarlo ellos, no sé. Creo que el juego está bastante bien y espero que tenga sus recompensas :).