¿Cómo va a ser explotación laboral si te estás divirtiendo?  

¿Cómo va a ser explotación laboral si te estás divirtiendo?   

Por fin estoy jugando The Outer Worlds. Lo tenía en la lista de pendientes y he conseguido ponerme con él por fin. Me está gustando mucho, aunque tuve que ponerlo en modo historia. Vale, es un shooter y yo no me llevo bien con ellos en consola, pero nada de lo que preocuparse, no tengo que analizarlo. Que menos mal, porque menuda papeleta hablar del combate. Aunque lo mismo puedo sacar una lectura interesante y escribir algo para Todas Gamers. Siempre se puede sacar algo. Es un juego que va en contra del liberalismo y el capitalismo. Anda que no me gusta quejarme todo el rato de esas cosas. Pero no sé porque me centro en eso. Estoy jugando The Outer Worlds por gusto. Vale, suelo jugar por gusto, salvo alguna que otra clave. ¡Pero casi siempre son cosas que pido yo! ¡Si te gusta no es trabajo! Me gusta hacer estas cosas. Puede que a veces el texto no sea el más ingenioso. Y a veces tengo que ir deprisa y corriendo, porque los videojuegos van así, y podría haberle dado una vuelta más al texto. Y otras veces lo he escrito como podía en el móvil, antes de pasarlo al ordenador a revisarlo rápido y maquetarlo. Pero es pocas veces, con claves puntuales. O temas muy de actualidad. Y entonces voy buscando cualquier hueco para escribir o pensar. Pero es algo que hago porque me mola. No tengo presiones. Sólo la que me impongo a mi misma. Que total, esto no es un trabajo de verdad, son cosas que hago por gusto, ¿VERDAD?

Puede que os suene un poco todo esto. Puede que os suene porque el pasado 1 de julio fue el tema en Twitter videojuegos español por una entrevista a Ibai Llanos, streamer y conocido por ser caster del League of Legends. En esa entrevista, Llanos comentaba que llegaba a trabajar doce horas al día, se había tenido que mudar a una mansión con otros tres amigos y que parte de su trabajo no era tal porque se divertía haciéndolo. En Twitter llegaron comentarios sobre que trabajar doce horas al día, por mucho que te guste, sigue siendo explotación. Aunque no te lo exijan. Aunque luego no tengas que hacer un guión currado y puedas improvisar. Da igual lo que te digas a ti misme, es mentira y no es sano. Da igual que trabajes sentado delante de un ordenador, el riesgo de lesiones a largo plazo es alto si no tienes el material adecuado. Y no sólo de espalda, también hay cosas como tendinitis y problemas de visión. Yo he acabado con dolores de muñeca por tener un teclado mecánico que no se ajustaba bien a mi escritorio. Todo esto sin tener en cuenta que no es mi day job, no aspiro a ganarme la vida escribiendo, me gusta hacerlo en un 90% de las veces, y muchas veces me he forzado.

Quedar en una cafetería y tomar algo. Vida social y trabajo al mismo tiempo, todo ventajas. Fuente

En mitad de la pandemia, Andrea Prieto escribió una entrada en La Nave Invisible sobre leer en mitad de la cuarentena. Muchas escritoras nos sentimos atacadas porque era dolorosamente cierta. Por cosas de la sociedad capitalista en la que vivimos, hemos caído en la trampa de la productividad: para ser válides, tenemos que producir. Producir análisis, producir textos de opinión, producir algo. El caso es producir. Y consumir. Medimos el éxito por el número de visitas. De favs. De suscripciones. Y aquí llega el truco, ¿qué pasa si…? No, ¿que pasa cuando no obtenemos el resultado adecuado? Porque seamos sinceres, nunca tenemos el resultado adecuado. Si tienes diez visitas, podías haber tenido veinte. ¿Por qué sólo has conseguido tres retuits, si otre ha dicho lo mismo y tiene veinte? Nunca es suficiente. Porque ese es el ingrediente secreto del capitalismo: nunca hay suficiente. Siempre puedes hacer más. Rascar un poco más. No escribas mil palabras si puedes hacer mil doscientas. ¿Por qué haces un texto, si podrías alargarlo un poco más y tener dos más pequeños?

Y hay un límite en el cual puedes aguantar así. El propio Llanos decía en la entrevista que él sabía que no podría mantener este ritmo de vida todo este tiempo. Porque no se puede. No físicamente sino mentalmente. Hace unos años El Rubius fue noticia porque en una entrevista con Risto Mejide confesó que tenía depresión. Y en 2018 anunció que se retiraba temporalmente de hacer vídeos porque no podía más, de presión autoimpuesta. Porque da igual las palabras que usemos, o lo que nos mintamos. El cerebro puede ser nuestro peor enemigo. Y al final da igual que te guste lo que haces, no puedes dedicarle ocho, diez, doce horas al día. Aunque sea improvisado. Los directos de El Pugcast son improvisados y a partir de la segunda hora mi cerebro se resiente. Termino esas grabaciones agotada físicamente. Y son tres horas hablando con mis amigas y haciendo el tonto con cuatro colegas. Y sigue siendo un trabajo. Ya no hablo en términos de generar contenido, sino en términos de gastar tu tiempo y tu energía en ello. Algo tan simple como organizar un menú semanal es una carga mental que cansa. Y es una cuestión de supervivencia. Lo queramos o no, todas las acciones que realizamos cuestan un trabajo. Aunque nos gusten.

Incluso si te gustan, es todo más peligroso, porque le restamos importancia. Y así es más fácil sabotearse y caer en las trampas. Hasta quemarnos. Hablamos mucho del crunch, que parte de esta base en algunos casos: ¡Estás haciendo videojuegos! ¡Viviendo tu sueño! ¡Hipoteca tu casa! ¡Trabaja mientras estás embarazada! ¡O vive en casa de tus padres! ¡O que tu pareja tenga dos trabajos para poder manteros! ¡O mientras hay una pandemia mundial! A veces no pasa dentro de una empresa, sino contigo misme. O no pasa, porque tú sabes poner los límites. Lo mismo un día te acuestas un poco más tarde. O una semana duermes sólo cuatro horas al día. Da igual. Estás haciendo lo que te gusta. ¿Cómo va a ser explotación laboral si te estás divirtiendo?

 
Imagen de cabecera: Designed by pressfoto / Freepik

Humble Bundle Instant Gaming

Cómprame un café en ko-fi.com

Darkor_LF
Darkor_LF @darkor_LF

Difusora de la palabra de Pratchett a tiempo completo. Defensora de causas pérdidas e inútiles. Choconiños o barbarie. Hipster por necesidad. Tengo una pipa falsa. +50 en pedantería.

1 comentario
Leonace
Leonace 13/07/2020 a las 12:38 pm

Es que no puedo más que aplaudirte!!! 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 Agradezco mucho vuestros Pugcast, la web, twitter y todo ese trabajazo enorme que ponéis en este proyecto por que me animan muchos días. Y pienso que es espectacular que nos déis tanto cuando además tenéis vuestra vida, vuestro trabajo, os lo agradezco mucho y entiendo que es la misma presión que te pones/n en el trabajo así que si bajáis el ritmo será bueno para todos. Porfa descansad, hidrataos mucho y no os queméis!!

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

%d