Hades y la reinterpretación de los mitos griegos

Hades y la reinterpretación de los mitos griegos

Una de las cosas de crecer es darte cuenta que no todo es perfecto. Que esa película de tu infancia lo mismo era un poco racista. O que esa historia de amor tan romántica ahora te haría pedir varias órdenes de alejamiento hacia el señor por acoso. Muy pocas cosas se salvan de esto. A algunas las seguimos queriendo, pese a las taras; otras nos gustan pero a veces estamos más tiempo contextualizándolas que disfrutándolas. Y en otras ocasiones das gracias de que alguien haya decidido coger esa historia y volverla a contar, adaptándola al presente y quitándole el olor a rancio.

La mitología griega no iba a ser menos. 

No estoy hablando de mitos más “bestias”, como el nacimiento de Afrodita (Cronos, harto de de que su padre Urano violara todas las noches a su madre Gea, le cortó los genitales con una guadaña, y estos, al caer al mar, dieron lugar a Afrodita) o la muerte de Hércules (se arrancó la piel a tiras, por un veneno que su mujer le dio, engañada por Hera, pensando que era un filtro amoroso), sino del día a día de los mitos. Si hacemos una lista, es casi imposible encontrar uno que no tenga algo que nos haga llevarnos las manos a la cabeza. Incluso el que da origen a este texto: el rapto de Perséfone por Hades.

En los últimos años se ha ido reinterpretando el mito de un rapto a un “rapto” y hacer que la pareja de dioses sea la única relación sana en la mitología griega. No es de extrañar, pues Hades es de los pocos dioses que no tiene cientos de hijos y apenas sale en mitos, salvo cuando los héroes deben bajar al Inframundo por algo o alguien. Aunque es para los mortales el más aborrecido de los dioses, no suele tomar partido en los conflictos de estos, como sí hacen el resto de sus parientes. Así que es bastante sencillo reimaginarle como un funcionario que apenas sale de fiesta y suele estar liado con el papeleo.

Hades con flores en el pelo y Pérsefone

Mucho mejor así. Fuente

Esta es la imagen que tenemos de él en Punderworld, un webcómic dónde Linda Sejic reimagina el mito del rapto como algo más accidental y con un Hades enamorado en secreto de Pérsefone. En esta obra, Deméter se nos muestra como una madre excesivamente preocupada y controladora. Algo de esto podemos ver en Lore Olympus, el también webcómic de Rachel Smythe. Aquí, la autora traslada a los dioses griegos a un entorno más actual, con móviles, coches, redes sociales… El enfoque que encontramos es menos humorístico que Punderworld, donde se exploran traumas fruto de relaciones tóxicas, tanto románticas como familiares. En ambos casos se trata de adaptar los mitos que nos son familiares a unos tiempos más modernos. Algo similar a lo que hace Hades, desarrollado por Supergiant Games.

Spoilers del juego hasta la siguiente imagen.

En este caso el estudio independiente no parte del rapto de Pérsefone, sino de un mito mucho menos conocido, el de Zagreo. Como siempre, los mitos difieren pero tienen en común que Zagreo es originalmente hijo de Zeus y Perséfone. Es un mito poco conocido pues Zagreo muere despedezado al poco de nacer. En algunas versiones, Zeus da de comer su corazón a Sémele, una mortal, que queda embarazada. Hera, ilustre esposa de Zeus, lo descubre y le dice a la mortal que le pida al padre de hombres y dioses que se muestre ante ella en su verdadera forma, y acaba carbonizada. El olímpico consigue salvar al niño, y cuando nace recibe el nombre de Dionisio, el que ha nacido dos veces.

Si hemos jugado a Hades, rápidamente podemos ver que este mito no guarda mucha relación con lo que vemos en el juego, tanto como que Zag esté vivo y sea hijo de Hades como que nos encontremos a Dionisio. A medida que avancemos se nos desvela que Zagreo nació muerto, pero las Moiras le devolvieron la vida con un propósito. ¿Cuál? Nunca se nos revela, pero al avanzar en la historia y por la temática de las misiones secundarias, podemos adivinar que tiene que ver con reunir a gente. El reencuentro más sonado sería el de Perséfone con el resto de dioses del Olimpo. En el juego, Perséfone ha huido del Inframundo, lugar donde se había refugiado de su huida del Olimpo. Esta primera huida fue en secreto, provocando que Démeter, su madre, desencadenara un invierno en la superficie.

Aunque en el juego el rapto de Perséfone no fue forzado, tampoco es un acuerdo con Hades para vivir juntos, sino la única vía que encontró la diosa para huir de un Olimpo en el que no era feliz. Así, los créditos finales del juego no los desbloquearemos hasta que se produzca el reencuentro entre el Olimpo y Démeter con Perséfone, reconciliándose todes y haciendo que Démeter retire el invierno perpetuo del reino de los mortales.

Fin de los spoilers del juego.

Cuadro Muerte de Semele de Peter Paul Rubens

Muerte de Sémele, de Rubens

Además de esto, en el juego vemos versiones más adaptadas de los dioses y diosas a la realidad actual. Los olímpicos que nos encontramos se nos muestran como colaborativos y encarando los atributos principales que se les conocen. Ocurre lo mismo con su bendiciones: Zeus nos presta el poder de su rayo, Artemisa su puntería, Dionisio los poderes ofuscadores del vino, Afrodita los encantos del amor, Atenea su escudo, Hermes su velocidad, Poseidón el poder del mar, Ares la sed de sangre del guerrero, y Deméter, el frío. Cada interacción se ajusta a lo que pensamos de ellos y sus atributos. Por ejemplo, ninguna bendición de Hermes reforzará nuestro daño, las bendiciones de Poseidón se relacionan con las mareas, mientras que las de Atenea reflejan como su escudo en la aventura de Perseo y la Gorgona.

Sin embargo, el juego parece que blanquea a estos seres divinos. Los mitos griegos están llenos de desgracias ocasionadas por ofensas a los dioses: el sacrificio de Andrómeda, el nacimiento de la gorgona Medusa, el castigo de Atlas y la muerte de Acrisio son sólo algunos ejemplos que aparecen en el mito de Perseo y muestran esta volubilidad. Otro gran ejemplo sería la guerra de Troya: no sólo se inicia por que Paris se atreve a escoger entre tres diosas, sino que para que los griegos partieran a la guerra debieron sacrificar a Ifigenia a la diosa Artemisa, pues Agamenón, su padre, había ofendido a la diosa… Los dioses ayudan o ponen impedimentos a los mortales en sus aventuras según les dé el aire en ese momento. Esto aparece en Hades en los juicios de los dioses, donde primero desatamos la cólera de uno, para enseguida obtener su perdón, como si nada hubiera pasado. En general, se nos presentan todos como coleguillas, que quieren caernos bien. Se puede entender que no dejan de ser unos parientes que quieren llamar nuestra atención y por ello no nos cuentan las cosas malas (con qué cara explicas a tu primo que amañaste un concurso de tejido porque no te gustó que te recordaran las infidelidades de tu padre). Podemos justificar así el comportamiento de estos dioses, pero los claroscuros que tiene la mitología no quedan del todo bien reflejados.

Un juego que sí supo adaptar bien esta dicotomía de los dioses es Zeus, señor del Olimpo. Aquí, según la ciudad que estemos llevando a la gloria, tendremos el favor o el castigo de los dioses relacionados. Por ejemplo, en la historia de Tebas, nos enfrentaremos a Ares a través de sus subordinados, mientras que Atenea nos brinda su ayuda indirecta. En otras campañas sufriremos el castigo directo de algún dios, como Poseidón. Podremos construir templos para ofrendarles y aplacarles en ocasiones, además de que nos den sus bendiciones. Eso sí, aquí nos encontraremos estos mitos griegos sin filtro alguno, como nos pasa en Hades.

Cuadro de La fabula de Aracne, o Las hilanderas, de Diego Velázquez

La fabula de Aracne, de Velázquez

Hay que reconocerle al juego de Supergiant Games el intentar adaptar los mitos antiguos al mundo actual. No profundiza mucho y hay elementos que se omiten, como la presencia de Hera y Hefesto, que provocarían un conflicto con otros dioses (como Zeus y Ares). Nos encontramos con que se usa el marco mitológico griego para contarnos una historia que casi podríamos decir que es nueva. El esfuerzo de adaptar estas historias antiguas al mundo actual es loable y pueden hacer que la gente se interese por los mitos, con el riesgo de que se encuentren historias más bestias de lo habitual.

La adaptación de los clásicos al mundo moderno me parece una labor necesaria para evitar que estos caigan en el olvido y que hagamos como que ese tipo de historia nunca ha ocurrido. Esto hay que hacerlo con cuidado de no reescribir la esencia de las historias por completo para adaptarlas a una narrativa más tradicional, como pasó en la película de Hércules de Disney, donde se nos muestra a un Zeus amante y fiel esposo y relegando el papel de malo a Hades. Dudo mucho que la intención de Supergiant haya sido esa, ya que se nota conocimiento y respeto por los mitos originales en el juego. Esto no quita que haya echado de menos comentarios en el Códice dando algo más de contexto a los dioses, y no quedarnos con esa versión de coleguillas que nos encontramos. Un pequeño aviso por si luego lees más sobre los mitos griegos: “Ve con cuidado, porque te encontrarás alguna pequeña sorpresa”. O quizá sea el momento de abandonar por completo algunas historias que ya han quedado desfasadas y centrarnos en mitos nuevos, no más bonitos y agradables, pero sí más inclusivos y respetuosos. Como lo que vemos en Hades.

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Darkor_LF
Darkor_LF @darkor_LF

Difusora de la palabra de Pratchett a tiempo completo. Defensora de causas pérdidas e inútiles. Choconiños o barbarie. Hipster por necesidad. Tengo una pipa falsa. +50 en pedantería.

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