Guybrush Threepwood, gran pirata
Análisis de Return to Monkey Island

11/10/2022 | Azka | No hay comentarios
Puedo decir sin equivocarme que este año 2022 no solo no esperábamos que se anunciara Return to Monkey Island, sino que tampoco creíamos que fuera a salir apenas unos meses después. Ojalá todos los juegos así, y no publicando a bombo y platillo un proyecto que después de siete años no consiguen sacar, o sale regular. Pero no nos desviemos, volviendo a Monkey Island, después de que la serie, a pesar de su éxito, acabara cayendo porque los equipos encargados de la continuación no conseguían mantener el espíritu de la saga, nadie esperaba que parte de la organización original volviera a tomar el control para sacar otro más. Una de las sorpresas en videojuegos más felices de este año, y sobre todo, teniendo en cuenta que tuvo que pasar por un desarrollo bajo Covid, que no sería nada fácil. Simplemente un milagro, un regalo, y uno muy bonito.
Return to Monkey Island, tal y como indica en su título, es un volver a una aventura gráfica point & click que conocemos bien, tanto sitios como personajes. Y en ocasiones también objetos. El tiempo ha pasado para todos, algunas cosas han cambiado y otras siguen casi igual. Para Guybrush no es diferente, pero no por ello quiere dejar atrás sus años de pirata. Aún lo es y, lo que es más importante, ¿por qué todavía no sabe cuál es el secreto de Monkey Island si ha estado dando vueltas por allí desde el primer juego? Con esta motivación volveremos a intentar reunir una tripulación y conseguir un barco que nos lleve. Pero como siempre, no va a ser fácil. Porque nuestro protagonista sigue siendo un pobretón por muchas aventuras que tenga a sus espaldas y muchos tesoros que descubra. Además, LeChuck también tiene el mismo objetivo en mente. La competencia es más dura que nunca.
Con este nuevo título en la saga tengo una cosa bien clara: la nostalgia es fuerte tanto en fans como en los creadores. Return to Monkey Island está lleno de guiños, referencias y menciones a sucesos, personas, cosas y lugares que ya vivimos en las sagas anteriores. Guybrush comentará estas cosas según las recuerde con más o menos cariño. Por ejemplo, en el Scumm Bar encontraremos a Cobb, un pirata famoso por hacerle publicidad nada encubierta a un anterior juego del equipo, Loom, y ahora convertido en figura histórica del local. Este personaje tenía una chapita que ponía: “Pregúntame por Loom”. Ahora le ha añadido un “no” para que no le preguntemos, porque está cansado, después de tanto tiempo, de repetir lo mismo una y otra vez. Este detalle, este cambio del clásico y bien conocido personaje, es solo una parte de los muchos que vamos a encontrar, y son maravillosos. Disfrutaremos volviendo a ver caras conocidas, pero también que han cambiado, porque el tiempo pasa por todos y por todo.
Esta sensación está siempre muy presente y, junto con las mencionadas referencias, no sé hasta qué punto alguien que entre de nuevas a la franquicia va a disfrutar del título. Veremos que ha pasado el tiempo por las arrugas de Guybrush y Elaine, en esos dos minutos menos que aguanta nuestro protagonista debajo del agua, en cómo algunos personajes han dejado sus antiguos empleos, y otras cositas que no voy a mencionar por no hacer spoiler. En este juego hay nostalgia y añoranza porque ha pasado el tiempo, tanto dentro como fuera del título. No continúa la saga justo y donde la dejaron, con un Guybrush aún muy jovenzuelo. Pero, a pesar de eso, mantiene sus ganas de piratería, y va a demostrarlo.
Hay que destacar que los años le han pasado pero para bien, añadiendo muchas mecánicas de calidad de vida que se agradecen, aunque los puristas aprieten los puñitos. Por ejemplo, en nuestro inventario tendremos unos documentos que serán la lista de tareas donde podremos consultar los objetivos activos actualmente, los que ya hemos logrado y los que aún tenemos pendientes. Todos muy bien ordenados y marcados o tachados según requieran. También dispondremos de un libro de pistas. Sí, ha llegado el futuro y que levante la mano quien no busque en Internet la solución a un puzle cuando se atasca. ¿Nadie? Bien, porque ahora no deberemos salir del juego para ello. Suelen ser pistas progresivas (digo suelen porque la primera que consulté fue bastante explícita, pero no es lo normal) y podrás elegir cuánto quieres saber de la solución y hasta dónde. Por supuesto si quieres, eres libre de disfrutar de tus atascos. Igual que puedes elegir entre modo fácil y difícil, o decidir no pulsar el botón de resaltar los elementos interactivos de un escenario si no deseamos que nos facilite las cosas. Hay elementos que ayudan, pero siempre está la opción de pasar de ellos y tardar lo que necesitemos. No es el caso de la interacción entre objetos. Olvídate de probar todo con todo, si algo no está diseñado para interactuar con otra cosa ya no escucharemos a Guybrush quejarse de la misma forma hasta la saciedad, en su lugar nos saldrá un símbolo de prohibido sobre el objeto y no podremos hacerlo.
Otro elemento muy interesante que tendremos en nuestro inventario será el libro de trívial. Esto ha sido toda una sorpresa inesperada, pero hace las delicias de los coleccionistas y los amantes de las preguntas temáticas rebuscadas. Por las diferentes zonas y escenarios, a lo largo de todo el juego, encontraremos tarjetas de trívial que se añadirán automáticamente al libro al adquirirlas. Serán aleatorias, con preguntas relacionadas con la saga Monkey Island, incluido Return to Monkey Island, así que algunas serán hasta un poco spoilers, cuidado. Por esto os recomiendo que las intentéis responder llegando al final del juego. O incluso en posteriores vueltas, ya que se quedan guardadas para las siguientes partidas. Son un total de cien, repartidas a diez preguntas por página, con cuatro posibles respuestas por tarjeta. Si acertamos, se quedará guardada, si no desaparecerá del libro y deberás dar con ella de nuevo. Volved a mirar por los sitios donde ya hayáis cogido alguna, vuelven a salir. De verdad que es muy aleatorio.
Entre cosas que siguen destacando maravillosamente en el juego están su música, realizada por Peter McConnell, Michael Land y Clint Bajakian, que ha conservado el espíritu de las anteriores. Ya sean nuevas versiones de las clásicas o melodías completamente originales para este título, todas tienen ese aire caribeño y aventurero. Es una delicia ver cómo varía la canción de Mêlée según con qué personaje estemos, transmitiendo así su carácter al ambiente. También destaca su traducción al español, genialmente localizada por Concha Fernández, que ha conseguido que el juego no pierda ni un ápice de humor ni significado.
En el apartado gráfico, sin embargo, se generó mucha polémica desde el primer tráiler. Se aleja del pixel art sin caer en el 3D, quedándose con el tono que tan bien le sentó a la tercera entrega, dibujos 2D coloridos y caricaturescos. Claro que es un estilo diferente y muy personal el de Rex Crowle, pero queda genial si lo que quieres transmitir es diversión y humor. Como siempre, para gustos colores, pero para mí le ha sentado genial, ayudando a perfeccionar un juego que ha quedado redondísimo.
Return to Monkey Island ha generado mucha expectación, pues tiene una fan base muy grande, y siempre te queda el temor de que retomar algo a lo que le tienes cariño puede acabar mal. Sin embargo, de alguna forma, Ron Gilbert y Dave Grossman han hecho un trabajo maravilloso junto a Terrible Toybox. Volver a Monkey Island ha sido exactamente lo que quería, y llorar como una tonta con el final justo lo que necesitaba (aunque eso no lo quería, la verdad). Si lo jugáis, no os olvidéis de ver la escena post créditos, es diferente según vuestra decisión final.
Estudiando para hada madrina, que dicen que para estudiar nunca es tarde. Jubilada de los MMOs. Ahora llevando la magia gamer a las nuevas generaciones.