Nunca hay suficientes intrigas vampíricas
Análisis de Vampire: The Masquerade – Swansong

06/12/2022 | Azka | No hay comentarios
Vuelve vuestra experta en vampiros con otra entrega basada en Mundo de Tinieblas. En este caso no es una visual novel sino una aventura de rol donde tendremos que investigar, tomar decisiones importantes y, por supuesto una vez más, guardar la Mascarada. Si esperáis un sucesor espiritual de Bloodlines olvidaos, pero no os vayáis, porque Vampire: The Masquerade – Swansong quiere llamar vuestra atención igualmente.
En esta entrega deberemos encarnar a tres miembros de la Camarilla de Boston, EEUU, justo en el momento crucial en el que se produce una alerta de Código Rojo. Esto quiere decir que han sido atacados y todos corren peligro de ser descubiertos. El asalto se ha producido en una celebración que estaba a punto de empezar, por lo que, aunque había gente importante, por suerte no toda, sólo la que llegó temprano. Nada sabemos sobre lo que ha pasado, ya que quien dio el aviso ha desaparecido junto a los demás asistentes. En este punto, nuestros tres protagonistas serán llamados ante la presencia de la Príncipe, Hazel Iversen, y deberán cumplir diferentes tareas en solitario para aclarar lo sucedido y cuál es la situación.
Nuestras protagonistas serán Emem Louis, Leysha y Galeb Bazory. Emem es una toreadora dueña de varios clubes en zonas límites donde se codea con todo tipo de vampiros, incluso anarquistas. Leysha es una malkavian con fuertes poderes premonitorios que la han llevado a importantes pérdidas de memoria. Galeb es un ventrue con varios siglos a sus espaldas y un fuerte sentido del deber y las normas. Cada uno posee diferentes poderes según su clan, pero todos serán imprescindibles para el plan de la Príncipe.
Como buen juego de rol, uno de los primeros retos que deberemos afrontar será el de repartir los puntos de experiencia de la mejor forma posible. Los que consigamos los distribuiremos entre los atributos y habilidades por un lado, y disciplinas por otro. Los atributos y habilidades son iguales para todos los personajes. Los atributos se dividen en físico, social y mental, y afectarán en lo eficientes que sean nuestras habilidades y disciplinas, ya que caen bajo su influjo. Las habilidades se dividen en diálogo, exploración y conocimiento, y estas a su vez en otras más específicas. Por otro lado las disciplinas serán tres y dependerán del clan al que pertenezca el personaje. Por ejemplo, Leysha posee Ofuscación, poder que le otorga la capacidad de ocultarse o hacerse pasar por otra persona.
Al principio puede ser bastante lioso repartir nuestros puntos de experiencia, por lo que nos ofrecen empezar con alguna de las distribuciones predeterminadas. No importa cuál elijamos, nos daremos cuenta pronto de que vamos a necesitar mejorar mucho nuestros atributos, habilidades, etc. si queremos conseguir influir fácilmente en las personas que nos rodean o usar nuestro poder de forma más eficiente. Y además, cada vez que usemos las capacidades de nuestro personaje mejoraremos de forma automática los talentos ligados a estos. Los talentos no solo mejoran nuestras habilidades y disciplinas, también nuestra cacería.
La historia se divide en partes llamadas escenas donde cada personaje tendrá que lidiar con sus propios objetivos en diferentes emplazamientos limitados. Habrá una misión principal y luego podremos encontrar alguna secundaria, además de objetos y zonas secretas. Cuantas más completemos más experiencia conseguiremos una vez terminada la escena. No tendremos tiempo límite, pero sí deberemos gestionar nuestros puntos de ansia y fuerza de voluntad, que se gastarán al usar las disciplinas, o en las conversaciones donde nos den la opción. Podremos recuperarlas con la cacería mordiendo a alguien o algo (a falta de gente buenas son ratas), o con consumibles que encontremos por el escenario. Pero cuidado, no son infinitos, y podremos desatar a la bestia si desesperadamente necesitamos sangre que calme nuestra ansia. O incluso levantar las sospechas y romper la Mascarada. Conseguir todo lo que haya en una escena de forma sutil, y con ello la máxima puntuación, supondrá poner a prueba nuestra paciencia y nuestro ingenio.
Al finalizar la misión, no solo conseguiremos experiencia con la que mejorar nuestras habilidades y demás, sino que podremos conocer todos nuestros éxitos, nuestros fracasos y las alternativas, que no son ni buenas ni malas, simplemente son otra forma de llevarlo a cabo. También conseguiremos rasgos, una cualidad beneficiosa o perniciosa que nos acompañará de aquí en adelante, fruto de nuestros triunfos y pifias. Por ejemplo, uno de los primeros rasgos que puede adquirir Leysha por ganar una discusión en la que usó retórica es Misericordiosa, que le da un 10% de probabilidades de éxito cuando use retórica y haya empate.
Antes mencioné que nos haría falta paciencia e ingenio para este juego, y es que Vampire: The Masquerade – Swansong tiene un fuerte componente de rol (por qué lo llaman rol cuando quieren decir suerte), por ejemplo, con el uso de dado en caso de empate en un enfrentamiento de poderes en una conversación. Por otro lado se pondrá a prueba nuestra curiosidad con amplios escenarios donde las marcas de objetos con los que interactuar serán un tanto elusivas. Podremos conseguir las cosas a la fuerza o tomando las elecciones correctas. Hay objetos y conversaciones que nos tentarán a gastar puntos, pero, en muchas ocasiones, con una buena elección de respuesta o encontrando la llave escondida, podremos ahorrarnos bastantes disgustos. Claro que, aunque encontrar la clave para un ordenador o la llave para esa puerta sea cuestión de investigar, las respuestas correctas no son ni tan obvias ni tan sencillas como nos gustaría. Las pifias están servidas.
Este es el músculo del juego, ya que la historia avanza muy lenta debido a que llevamos tres personajes, y hasta que no terminan sus escenarios no se sigue desarrollando. Sin embargo, en ocasiones el juego se hace pesado al abusar de los documentos escondidos, o de los puzles repetitivos. No aportan nada más, solo alargan la misión artificialmente, haciendo que, llegados al final, no te importe tanto dejar cosas atrás o cagarla fuertemente. A veces quieres ver el mundo arder, y tal vez nuestra Príncipe no se merezca gente tan maja a su servicio. Aunque siempre tenemos la opción de reiniciar desde el menú y mejorar los resultados antes de seguir avanzando.
En el apartado gráfico destaca notablemente, pero la falta de gesticulación realista de la cara le quita bastantes puntos. Una pena que no le hayan puesto más expresiones, aunque no se incluya captura de movimiento. Eso sí, tenemos variedad en presencia vampírica, diferentes edades y complexiones, aunque no tanto entre los protagonistas. Hay ausencia total de tema romántico, mordemos por necesidad y estamos en medio de temas importantes, por lo que no vamos a tener descanso para cosas más recreativas. El apartado sonoro cumple justamente su función ambiental, pero no destaca. Eso sí, el doblaje de voces, aunque en inglés, está muy bien realizado y ayuda muchísimo con la falta de expresión en los rostros. Los textos sí los tendremos completamente en español para no perdernos nada de la trama. Y nos hará falta, porque hay mucha información sobre todos los personajes y su historia, documentos de conspiraciones y negocios turbios que iremos descubriendo, y un códice (un diccionario) que se irá completando a medida que descubramos nuevos términos, por si no tenemos familiaridad con el mundo de Vampire: The Masquerade.
Vampire: The Masquerade – Swansong es un juego bastante completo y robusto, pero se nota que han querido alargar artificialmente el tiempo de juego. El sistema de habilidades y talentos es interesante, pero da pie al mal uso de puntos de experiencia, aunque lo tiene muy en cuenta y siempre hay alternativas para superar los escenarios. Es imposible atascarse, pero no fracasar. Aunque el fracaso no es el final, solo otra opción un poco menos agradable. También se echa en falta más historia, pero es imposible debido al triple avance que tenemos que realizar cada vez, y eso que es un juego con una duración media de unas veinte horas. Aun con todo se disfruta bien y lo recomiendo si os gustan la investigación y las aventuras dentro del mundo de La Mascarada.
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Estudiando para hada madrina, que dicen que para estudiar nunca es tarde. Jubilada de los MMOs. Ahora llevando la magia gamer a las nuevas generaciones.