A Plague Tale: Proteger por encima de todo

A Plague Tale: Proteger por encima de todo

Por norma general, no me gustan los niños. No en el sentido repelente de la expresión. Es decir, no impondría a una familia que no trajeran a sus peques a una boda o cualquier otro evento social, ni me pongo imbécil cuando alguna criatura tiene un llanto repentino e incontrolable en una terraza, tren o reunión familiar. Bastante tienen madres y padres con intentar contenerlos, como para aumentar su estrés llamándoles la atención por algo natural y que, a menudo, se aleja de su control.

Es más una cuestión de incompatibilidad. No me cuesta atender a un niño, pero no me siento cómoda. Y cuanto más pequeños son, peor. No sé interactuar con los más peques, porque sus reacciones a menudo me resultan aleatorias. Puedes estar haciendo carantoñas y que, de pronto, rompan a llorar sin motivo aparente. Y la mera posibilidad de que esto ocurra, sumado al hecho de verme incapaz de calmar ese llanto, me genera mucho estrés.

Por supuesto, hay casos y casos. En más de una ocasión, me ha tocado jugar o hacerme cargo de alguna criatura, y es precisamente por esto por lo que tengo tan claro que es muy posible que dependa más de la edad que de los pequeños en sí. ¿Sabéis la típica escena en la que le dan un bebé a una persona y casi no sabe ni cómo sujetarlo? Pues… sí, soy.

Sin embargo y sin ir más lejos, este mismo verano desvirtualicé a mi compañera Alystrin y, por consiguiente, a su familia. Niñas incluidas. Y así como pasé fácilmente dos horas jugando en la piscina con su hija mayor (6 años), apenas interactué con la pequeña, de apenas unos meses. A pesar de que ambas me resultan monísimas. Aunque Grito Infernal me abroncara por tirar comida durante un stream de Overcooked 2.

En la ficción me ocurre lo mismo. Los niños de series, películas y videojuegos me suelen producir bastante rechazo. Aunque aquí suele centrarse en personajes adolescentes. Y en especial cuando su papel es excesivamente estereotipado. Hecho que se puede comprobar si me preguntáis por la serie de Stranger Things, por ejemplo. Por ello me sorprendió que los niños que aparecen en A Plague Tale: Innocence me robaran el corazón.

A partir de aquí, el texto puede contener ligeros spoilers de la trama de A Plague Tale. Continúa leyendo bajo tu propia responsabilidad. ¡O juégatelos y vuelve!

Captura de A Plague Tale: Innocence de Amicia y Hugo

Cada vez que le digo a alguien que los juegos de esta (ahora) serie me encantan, la mayoría de las veces su respuesta es que Hugo es insufrible. Y lo es. Pero creo que hay que comprender el contexto. Y es algo que A Plague Tale hace muy bien en ambos títulos.

Hugo y Amicia son completamente diferentes, aunque criados en la misma familia. Pero porque sus circunstancias no son iguales. Ambos pertenecen a una escala bien situada en la sociedad, y sin embargo, Hugo, además de ser el pequeño, tiene problemas de salud. Problemas que, de hecho, serán el centro tanto de Innocence como de Requiem.

Como personas que manejan los mandos, encarnaremos a Amicia y cuidaremos de Hugo, con todo lo que ello implica. Sí, pataletas incluidas. Pero estos berrinches van de la mano del personaje precisamente por su contexto. La plaga que asola el país le aterra y descubrir que está conectada con él, más todavía. Pero sigue siendo un niño. Uno que, además, ha sido mimado, sobreprotegido y, más que seguro, malcriado. Su personalidad insoportable, sobre todo al principio de A Plague Tale: Innocence, está más que justificada. No se le ha educado de otra manera.

En contraste, tenemos a Amicia, la hermana mayor formada para hacer casi de segunda madre. Relegada a un lado porque toda la atención se centraba en el pequeño Hugo y su dolencia. Forzada, por tanto, a ser madura y responsable. Más todavía en el momento en que deben afrontar y huir de diversas amenazas sin adultos cerca. Amicia, sin comerlo ni beberlo, se ve sola ante el peligro y debiendo hacerse cargo de su hermano enfermo y malcriado.

Esto da pie a todo tipo de situaciones a lo largo de la serie de videojuegos. En A Plague Tale: Innocence, Amicia no siempre sabrá cómo tratar con Hugo, perdiendo la paciencia en numerosas ocasiones. Presenciaremos múltiples discusiones típicas de hermanos, donde uno y otra actuarán tal y como se espera que lo hagan. Son niños. Acaban de perderlo todo. Y todavía se comportan de la única forma que saben.

A lo largo del juego, Amicia aprenderá a ser más paciente y Hugo comprenderá que la situación a la que se enfrentan no es ningún juego. Pero ello no quita que la edad siga causando una serie de situaciones que, como personas adultas, no solo puede que no entendamos, sino que además nos enerven. Porque medimos su comportamiento en base a lo que haríamos o deberían hacer para no empeorar las cosas. Y no es el caso.

Tenemos un bagaje que nos hace pensar y actuar de determinada manera, pero en nuestra infancia no. A ello hay que sumarle el contexto que os mencionaba antes. Hugo es un niño pequeño, de familia acomodada y enfermo. Es la combinación de factores perfecta para conductas egoístas, egocéntricas y explosivas. Todo ha girado siempre en torno a él y, además, no sabe lo que es la disciplina ni se la espera.

Además, el proceder de los acontecimientos puede darle una idea de cómo funciona el mundo, pero el juego se desenvuelve en apenas unos meses y sigue siendo un niño bastante pequeño. ¿Es un niñato? Sí. ¿Es enervante? También. ¿Está justificado? Completa y absolutamente.

Captura de A Plague Tale: Requiem de Amicia y Lucas

Con Amicia es diferente. Y, por ello, su evolución a lo largo de A Plague Tale es más palpable. Al principio, pierde la paciencia a menudo —junto a quien juega— y no acepta tener que hacerse cargo de su hermano. Es una carga. Ella más que nadie se desharía de él a la primera oportunidad si no fuera lo único que le queda. Si no la hubieran educado para cuidarlo y protegerlo a toda costa. Si hubiera estado tan consentida como él. Pero no es el caso.

Según avancemos veremos cómo se adapta a las situaciones conforme es necesario. Y su proceder es tan lógico como el que encontramos en Hugo. Su primer impulso es buscar a una persona adulta que pueda manejar el asunto, más adelante se enfrentará al hecho de que están solos y deberán salvarse por sus propios medios. Y no será hasta A Plague Tale: Requiem que no veremos a una Amicia desbordada por la inmensa responsabilidad que supone proteger al portador de la mácula.

Para comprender el comportamiento tanto de Amicia como de Hugo, debemos tener presente en todo momento tanto su diferencia de edad, como la etapa vital en la que se encuentran, como el contexto en el que han crecido y, por tanto, desarrollado su personalidad hasta el momento. Pero no solo eso, también debemos ser conscientes de que los eventos de A Plague Tale suceden a lo largo de unos meses, que se alargan hasta un año con el segundo título. No es tiempo suficiente como para ver una evolución prolongada. Independientemente de la crudeza de la situación.

Hugo es demasiado pequeño como para sufrir un cambio radical de su conducta de niño mimado, y Amicia presenta una evolución más marcada debido a la diferencia de edad y a que ya estaba educada en esa dirección. Aun así, no se aprecia sino con el paso del tiempo y el devenir de los acontecimientos. E incluso el hecho de que se vea sobrepasada va acorde al hecho de que todavía le queda mucho por aprender, aceptar y madurar.

El desarrollo de los hermanos De Rune va de la mano de la historia, sin calma pero sin prisa. Viviremos la historia a través de personajes que todavía están lejos de ser adultos, con todo lo que ello implica. Y, por ello, experimentaremos lo que significa ser vulnerable en un mundo hostil.

Captura de A Plague Tale: Requiem de Amicia

Amicia comenzará defendiéndose con una honda, y algún que otro artilugio alquímico, y más adelante utilizará también una ballesta. Pero darle una espada no hubiera cambiado las cosas en exceso. Hugo, por su parte, logrará controlar a las ratas, pero no sin sentir agotamiento. Asimismo, en ambos casos, tanta violencia dejará huella y reaccionarán a ello. Incluso su evolución a lo largo de la trama dependerá de la misma.

La primera vez que Amicia tumba a un enemigo, tanto Hugo como ella se quedan perplejos a pesar de tratarse de un combate a vida o muerte. La violencia no forma parte de su ser. Según avanza la historia, y llegamos a A Plague Tale: Requiem, tanto Hugo como Amicia se adaptan conforme a su evolución. Así, en determinadas ocasiones tanto uno como otra creerán que la única solución es dejarse llevar por la sed de sangre y tratar de derrotar a todos sus enemigos. Pero, en ambos casos, movidos por una situación que les supera y en la que no cuentan con otras herramientas. O cuando no las consideran suficientes.

Es por esto que estoy segura de que A Plague Tale sabe lo que hace. El comportamiento de Hugo y Amicia se desarrolla tal y como debe, tanto por su contexto personal como a lo largo de los dos juegos. Amicia muestra lo que supone adoptar un rol que en ocasiones puede resultar demasiado pesado, mientras que Hugo cumple con lo que cabe esperar de un niño de su edad. Puede llegar a ser irritante y a crisparnos los nervios. Sobre todo, teniendo en cuenta que se trata de una serie basada en el sigilo, donde la tensión está más que presente en todo momento. Sin embargo, no quisiera que ninguno de los hermanos De Rune fuera diferente. Adoro la forma en que se ajustan a la realidad. Y es por esto que forman parte de mi must protect at all cost.

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Aonia Midnight
Aonia Midnight @AoniaMidnight

Curiosa, reflexiva y torpe // Palomitas y cerveza // Psicóloga porque lo dice un título // Mi mente está llena de mundos en los que evadirme // Nothing is true, the cake is a lie

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