Primeras impresiones de Tchia

Primeras impresiones de Tchia

Uno de mis juegos favoritos en 2020 fue Summer in Mara. El juego de Chibig Studios me cautivó por esa posibilidad de explorar las distintas islas y recorrer el océano. Así que la propuesta de Tchia me llamó la atención, ya que se daba un aire a éste. En ambos tenemos islas y manejamos a una niña pequeña con una misión importante, pero las similitudes entre ambos acaban ahí. Aun así, la propuesta de magia que presenta el juego del pequeño estudio de Awaceb me llamó la atención.

Tchia tiene su inspiración en la cultura, folklore y tradiciones de Nueva Caledonia, una serie de islas del Pacífico Sur que pertenecen a Francia (se ve que los europeos no vamos a soltar colonias de siglos pasados así como así). Esto se nota desde el primer momento, ya que el audio está en francés y drehu, lengua austranesia. El escoger como idioma hablado algo distinto al inglés ya es indicativo de lo que el estudio quiere reivindicar su identidad local.

En la demo que hemos podido probar nos encontramos ya avanzado el juego y con materiales y mejoras ya desbloqueadas. También nos limita el territorio a explorar a la isla de Ija Nöj. Aun así la isla contiene suficientes secretos como para permitirnos deambular durante horas sin aburrirnos. Para desplazarnos contaremos con nuestras piernas y un pequeño paracaídas que nos servirá para avanzar por el aire. Tendremos que usarlo con cuidado y evitar quedarnos sin estamina a demasiada altura con resultados catastróficos que nos hagan volver a otro punto de control.

Tchia flotando en el aire con un paracaídas

La otra forma por la que podremos desplazarnos es el salto de alma, la mecánica principal del juego. Con Tchia, nuestra protagonista, podremos poseer objetos y animales. Esto nos permitirá movernos y ejecutar acciones con ellos. Lo más llamativo es la posesión de objetos, como rocas o faroles (siempre recomendable tener alguno en el inventario, por lo que pudiera pasar). Con ellos podremos generar explosiones y fuego, que nos serán muy útiles en los combates. Por otro lado, también podremos controlar animales, que nos permitirán desplazarnos más rápidamente. También nos otorgarán distintas habilidades, como pellizcar con los cangrejos, cavar con los jabalíes, o hacer caca con los pájaros.

Me alegra ver que, aunque tengan un componente ofensivo (los faroles explosivos), la idea con estas posesiones es recorrer el entorno y explorar con mayor facilidad. Porque vamos a querer recorrer esta(s) isla(s) para encontrar todos los coleccionables y porque los entornos son preciosos. Aunque la geografía y los escenarios que vemos no son algo nuevo, el poder reconocer lugares reales lo vuelve distinto. Resulta refrescante alejarse de la mirada tan profundamente estadounidense, eurocéntrica o nipona que solemos encontrar en los juegos.

Otro elemento que vuelve la exploración más apasionante es que no contaremos con un minimapa como tal. Al avanzar se nos desplegará un mapa pero no mostrará nuestra ubicación exacta. Si lo pedimos, Tchia dirá que le suena que estamos en un área determinada y deberemos usar la brújula y el entorno para ubicarnos correctamente. Podremos poner un marcador para no perdernos en nuestros viajes, no hay de lo que preocuparse en ese aspecto. Además, nos moveremos por espacios lo suficientemente contenidos como para no tardar en ubicarnos y orientarnos con facilidad.

Otro elemento que nos ayudará en nuestra exploración, aunque no lo creamos, es nuestro ukelele. Desbloquearemos una serie de melodías que nos otorgarán mejoras, como una burbuja de aire infinito, o nos permitirán cambiar la hora del día. Por otro lado, en algunas secuencias tendremos que tocar una melodía que puede resultar complicada en primera instancia. No obstante, si no acertamos notas, no se nos penalizará e incluso podremos activar una opción automática que nos permitirá disfrutar de la cinemática y la canción sin distracciones. En esta demo hemos podido probar muy brevemente el ukelele, aunque en las hogueras podremos sentarnos a practicar todo lo que queramos.

El mayor problema que le encuentro a la demo es que se centra en lo mecánico. Como he comentado, iniciamos en mitad del capítulo 4, ya avanzada la historia. Aunque se nos hace un breve resumen y podremos consultar información en el diario del juego, habrá algunos coleccionables que recojamos ante el impulso urraquil de ver algo brillar antes de tener clara su utilidad. Una lástima, ya que Tchia surge como una carta de amor de gente de Nueva Caledonia hacia su tierra y muchos de los elementos tendrán una importancia que no hemos podido conocer en esta prueba.

Tchia trepando por una palmera

Por suerte esto quedará solventado con el lanzamiento final del juego, aún sin fecha cerrada, pero prevista para este año. Tenemos suerte y el castellano es uno de los idiomas al que se ha localizado, tanto la demo como el juego final. Por desgracia no he podido ver si esta labor está acreditada, ya que no he podido completar esta muestra por un bug fatal que me ha impedido retomar la partida.

Además, uno de los fragmentos que no he podido probar demasiado es el combate, uno de mis mayores miedos con Tchia. La presencia del combate en un juego de estas características me preocupa, tanto por ser una concesión necesaria para que el título sea atractivo, como el hecho de que sea complicado diseñar un juego de mundo abierto sin mecánicas de violencia. Espero que no lastre una propuesta que es suficientemente sólida con las ideas que presenta. De lo poco que pude experimentar, el combate parece más un puzle que un trámite para salir del paso e introducir conflicto, así que tengo algo de fe en el producto final y estoy deseando poder probar Tchia al completo.

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Darkor_LF
Darkor_LF @darkor_LF

Difusora de la palabra de Pratchett a tiempo completo. Defensora de causas pérdidas e inútiles. Choconiños o barbarie. Hipster por necesidad. Tengo una pipa falsa. +50 en pedantería.

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