[Review] Micrófono DM30 de Maono

Que mi voz es potente no es ningún secreto. Especialmente para la gente de Patreon que escucha nuestros podcast (el Croquetón y las Croquetillas). Y mucho menos para las personas que se dejan caer por los streamings del fin de semana. Es por eso que nunca he prestado demasiada atención a los dispositivos que utilizaba. Y a la vez llevaba tiempo buscando uno que amortiguara bien este vozarrón que Aragón me ha dado. A lo que la oportunidad de probar el micrófono DM30 de Maono tocó a nuestra puerta. ¿Y quién soy yo para negarme?

Lo primero que llama la atención es la robustez del periférico. Se trata de un micrófono de escritorio que nos permite desacoplar el pie y colocarlo en un brazo si así lo deseamos. Y cuenta con un diseño sencillo, pero atractivo, rematado con un pequeño aro de luces RGB en su parte inferior. Además, se encuentra disponible en diversos colores: blanco, negro, lila y rosa.

El DM30 viene bien asegurado en su embalaje. El producto está protegido en el interior de la caja gracias a dos resistentes esponjas y un ligero envoltorio que cubre el dispositivo. Asimismo, no hay derroche de plásticos u otros materiales. El micrófono viene acompañado por una pequeña caja que incluye su cable USB-A-C a USB-C y un breve manual en diversos idiomas, entre los que no se encuentra el nuestro.

Sin embargo, el idioma no será una barrera, dado que se trata de un dispositivo de fácil instalación y manejo. El micrófono viene ya ensamblado, por lo que sólo tendremos que conectarlo con el cable incluido de 1,5 metros de longitud y comenzar a usarlo. Para cualquier problema de reconocimiento por parte de nuestro ordenador, el manual resulta muy informativo sobre los pasos a seguir. Y si deseamos sacarle el máximo partido, cuenta con un interesante software gratuito: Maono Link.

A través de este programa, podremos optar por una configuración estándar o avanzada del DM30. En los ajustes básicos, disponemos de opciones para silenciar el dispositivo o modular tanto la ganancia como el volumen de los auriculares. También podremos escoger entre diferentes tonos o filtros de voz: deep, natural, bright, legacy. Asimismo, nos permite alterar el brillo del apartado RGB, apagarlo, o incluso escoger el color deseado.

La configuración avanzada, además, nos ofrece la posibilidad de escoger entre diferentes ecualizadores: flat, high-pass filter, presence boost, HPF & presence boost. Y también añadir un limitador o un compresor y ajustarlos a necesidad. Se trata de un software sencillo e intuitivo, disponible en la web de Maono.

Por su parte, el DM30 permite modificar tanto la ganancia de la voz como el volumen de los auriculares a través de una perilla multifuncional situada en el frontal del producto. Ésta va acompañada de dos pequeños LEDs que nos indican sobre qué estamos actuando: micrófono o auriculares. Además, podremos silenciarnos con una ligera pulsación de la perilla.

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A su vez, encontramos una entrada para un jack de 3,5 mm en la zona inferior del micrófono para conectar nuestros auriculares. Así como un pulsador para los modos de iluminación y el puerto USB-C. Cabe decir que la iluminación es bastante brillante, sin llegar a resultar molesta. Cuenta con los colores habituales —rojo, naranja, amarillo, verde, turquesa, azul, rosa— fijos, un patrón móvil de todos ellos y la opción de apagado. Consigue resaltar visualmente sin ser excesivo gracias a que no se trata de un círculo continuo, por una serie de ranuras labradas en la base del dispositivo.

La perilla y el pulsador inferior son los pocos componentes plásticos del DM30. El material principal de este producto es el metal, lo cual ofrece robustez y consistencia. Además, presenta un acabado elegante, donde no desentonan el logotipo ni el nombre de la marca. También cuenta con un tamaño idóneo para el escritorio, ya que mide aproximadamente 20 cm, incluyendo el soporte (12,5 cm sin éste), y 5 cm de diámetro (8 cm el pie). Así como un peso suficiente (500 gramos aproximadamente) como para tener la tranquilidad de que no se volcará al mínimo movimiento.

A pesar de la firmeza del producto, nos permite ajustar la inclinación al gusto. Será tan sencillo como manipular su rueda lateral para aflojar la resistencia del tornillo, poner el micrófono en la altura deseada y volver a asegurar la tuerca. Cabe decir que permite un giro casi absoluto, y ajustarlo en cualquier posición, lo que ofrece mucha flexibilidad sobre todo en caso de adaptarlo a un brazo. En este caso, es compatible con uniones 3/8” y 5/8”, y solo será necesario desacoplar su pesada base.

En cuanto a la calidad del audio, destaca la nitidez con la que capta nuestra voz. Se trata de un micrófono con cápsula de condensador y patrón cardioide, con una frecuencia de muestreo de 48KHz y 24 bits de velocidad. Además, en el manual indican la mejor posición para situar el dispositivo y obtener el mejor rendimiento. Y si bien ofrece alta sensibilidad, también logra dejar fuera interferencias o ruidos, prestando un resultado bastante notable.

Sin lugar a dudas, estamos ante un buen producto. El DM30 de Maono es un micrófono con un gran equilibrio calidad-precio. Destaca la calidad del sonido, la robustez del dispositivo y su diseño, elegante y sin perder la esencia gamer. Además, su sencillez, tanto a la hora de instalarlo como durante el manejo, lo convierte en una herramienta ideal para la creación de contenido, tipo podcast o streaming, sobre todo cuando se empieza. Y también para reuniones online de todo tipo. Pero no os quedéis sólo con lo dicho en este texto, ¿por qué no os dejáis caer por el próximo streaming y comprobáis sus virtudes en vivo y en directo?