Sistemáticamente shockeada, me encuentro

Análisis de System Shock

Análisis de System Shock

System Shock es uno de esos títulos que sabía que existían y nada más. Se me escapaba totalmente el tipo de juego que era, el año de lanzamiento o el dispositivo en el que salió. Ni que decir tiene que ignoraba totalmente la existencia de secuelas o la inminente llegada de un remake. Sin embargo, entró en mi radar gracias a uno de nuestros mecenas de Patreon y no podría alegrarme más de haberlo descubierto.

Lo primero que llamará nuestra atención, y no es para menos, es el original remake que tenemos en nuestras manos. Sobra comparar cómo eran los gráficos en 1994 y cómo son ahora, pero sí es destacable cómo han conseguido mantener ese aire retro que tan bien le sienta. Lejos de estar ante una estética hiperrealista en la que podemos apreciar incluso la textura de la piel de nuestros enemigos, se ha optado por algo más conservador. Pero que no os engañe esta descripción, porque sin lugar a dudas se ve increíblemente bien y se han cuidado los detalles con mucho mimo. Este apartado viene envuelto por un sistema de sonidos muy logrado que nos invita a jugar con auriculares para una total inmersión. Hasta tal punto que puede que nos llevemos algún que otro susto, todo sea dicho.

En System Shock encarnaremos a un hacker que deberá apañárselas muy bien para sobrevivir en un entorno hostil y enfrentarse a SHODAN (Sentient Hyper-Optimised Data Access Network). Esta malvada IA se ha propuesto acabar con toda la humanidad y llegar a ella no será sencillo, como tampoco derrotarla. Pero vayamos por partes, ya que tras una visita inesperada en nuestro apartamento, despertaremos a bordo de la estación Ciudadela, la principal instalación de investigación de TriOptimum. Por desgracia, todo apunta a que nuestro protagonista es el único superviviente, y el resto del lugar está infestado de mutantes tremendamente hostiles.

Así, deberemos recorrer las instalaciones abriéndonos camino, enfrentándonos a estos seres, hasta dar con SHODAN y, con suerte, acabar con ella y su plan. El sigilo y nuestras habilidades de hacker serán clave para superar los obstáculos, aunque no estará de más hacernos con unas cuantas armas y destrozar alguna que otra cámara de vigilancia. Y es que nuestra presencia no siempre pasará desapercibida y los mutantes pueden llegar a pegar duro, sobre todo si se acumulan. Aquí será donde entre en juego la gestión de nuestros recursos, ya que contamos con un inventario limitado y cada objeto ocupa su espacio. Además, puede que sintamos la tentación de recolectar todo lo que no esté atado y lo lamentemos a los cinco minutos.

Captura de pantalla de System Shock. Mutante.

Por suerte, si nos fijamos bien descubriremos que la mayoría de las cosas son solo basura que podemos intercambiar por créditos o chatarra, que acabará convertida en créditos. En nuestra mano queda escoger bien qué volatilizar y qué llevar encima, al menos hasta el punto de reciclaje. Sin embargo, realizar varios viajes sólo por el placer de recolectar y reciclar puede resultar algo tedioso. Razón por la cual podemos simplemente volatilizar las cosas y ahorrar espacio a cambio de obtener menos monedas. Estos créditos servirán para obtener recursos en las máquinas dispensadoras que encontraremos repartidas a lo largo de las instalaciones. Y, por supuesto, uno de los huecos del inventario estará ocupado por una moneda que indica cuántos tenemos. El espacio en los bolsillos es el espacio en los bolsillos, ya lo sabéis.

Explorando y saqueando enemigos y restos de la tripulación también daremos con recursos, tanto armamentísticos como para aumentar nuestra salud. De igual modo conseguiremos objetos que nos facilitarán las cosas, como una linterna o un radar, que incorporaremos a nuestro visor. Recorriendo la estación Ciudadela nivel a nivel también encontraremos los elementos necesarios para abrir caminos y avanzar. Y esto puede ser tanto notas de voz o texto con información relevante como tarjetas de acceso o puzles. Además, es recomendable tener a mano algo para apuntar cosas que quizás nos sirvan más adelante. Y lo mismo ocurre con el tema guardado, ya que es de suma importancia ir creando puntos de control de vez en cuando para evitar sustos. System Shock cuenta con función de autoguardado, pero más os vale no fiaros y escoger dónde queréis reaparecer si la cosa se tuerce.

A menudo para avanzar necesitaremos desbloquear el camino accediendo a simuladores de pirateo de 6 grados de libertad (6DoF). Así, nos trasladaremos a un espacio virtual en el que derrotaremos enemigos y trataremos de no morir en el intento. En este Ciberespacio tendremos que dar con un eslabón que, una vez destruido, nos dará acceso a una zona bloqueada. Un minijuego que, si bien es divertido, puede provocar cierto mareo a quienes sufren el síndrome del simulador.

Por suerte, entre los ajustes encontraremos opciones para tratar de poner remedio a esto. Aquí tendremos opciones para regular la sensibilidad de la mirada del avatar en el Ciberespacio o la del hacker en el espacio real. También podremos escoger si mantener o pulsar para agacharnos y reasignar los controles si así lo deseamos, entre otras cosas. Cabe decir que funciona cómodamente tanto con ratón y teclado como con mando, así como en Steam Deck. Además, podremos activar o desactivar los subtítulos y escoger nuestro idioma entre las múltiples opciones.

Captura de pantalla de System Shock. Ciberespacio.

Si soléis frecuentar esta web y nuestros streamings, sabréis que soy propensa a descubrir (y lanzarme a) juegos y sagas que ya cuentan canas. Por ello, me alegra haberme sumergido hasta la profundidad de System Shock y poder decir aquello de “más vale tarde que nunca”. Se trata de un shooter en primera persona (FPS) donde la gestión de recursos tendrá mucha importancia en el resultado de nuestra partida. Además, cuenta con la posibilidad de diseñar la dificultad a nuestro gusto, pudiendo escoger diferentes niveles para el combate, la misión, la IA y los puzles. Y su contenido es capaz de atrapar tanto a quienes ya conocían el juego y esperaban este remake como a quienes se asomen por primera vez.

Se trata de un título que no nos indica qué hacer o cómo. Ofrece total libertad a quien juega para optar por estrategias de sigilo, algo más agresivo o una combinación de ambas. Tanto es así que incluso qué hacer puede ser un misterio si no prestamos la debida atención a la historia o a los archivos de texto y audio que iremos encontrando. Este remake consigue mantener el cuerpo y alma del original, ofreciendo algo más que un lavado de cara a nivel audiovisual. E incorpora una considerable cantidad de contenido nuevo de forma que quienes creían conocer el título al dedillo quizás se lleven alguna que otra sorpresa. A fin de cuentas, SHODAN hará lo que sea necesario para utilizar nuestro cuerpo como cíborg si fracasamos en nuestra misión.

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Aonia Midnight
Aonia Midnight @AoniaMidnight

Curiosa, reflexiva y torpe // Palomitas y cerveza // Psicóloga porque lo dice un título // Mi mente está llena de mundos en los que evadirme // Nothing is true, the cake is a lie

1 comentario
Alphonsaurus
Alphonsaurus 22/06/2023 a las 11:28 am

Oye, pues tenía mis dudas sobre la calidad final (me daba la impresión de que «solo» era un lavado de cara). Me alegro que se hayan mojado y hayan actualizado el titulo a nivel jugable, porque ya le pesaban un poco los años.
Como siempre, ¡muchas gracias por la reseña!

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