Creyendo en el RNG de las cartas

Recientemente he vuelto a probar Marvel Snap, un juego de cartas F2P de jugador contra jugador y temática de superhéroes, por supuesto. La primera vez apenas hice un poco de lo que podríamos llamar tutorial o parte inicial, pero no me llamó lo suficiente para quedarme. Sin embargo, coincidiendo con el lanzamiento de la versión en PC, le di una segunda oportunidad, y bueno, creo que tengo un problema. Echadme una cuerda por favor, este pozo es muy profundo.

Uno de los aspectos propios de los juegos de cartas es lo que llaman internacionalmente RNG. Que suena como decir naranjas en inglés, or-an-ge, que no está relacionado pero me hace gracia. Perdón, ya vuelvo a lo importante. RNG significa Random Number Generator, es decir, generador de números aleatorios. Y es que, en una baraja, nunca sabes qué carta te va a salir a continuación. En este aspecto podría decirse que ganar o perder en un juego de cartas depende del azar. Por lo que se procura reducir su importancia en el resultado lo máximo posible, pues lo que queremos es que brille nuestra habilidad e inteligencia en cada partida, y que ganemos gracias a ella. Es decir, tener la satisfacción de haber hecho una buena jugada.

En títulos como Magic: The Gathering donde las barajas suelen estar formadas por unas 60 cartas, y dependemos de las de tierras para tener maná y jugar los demás tipos, hay varias mecánicas para reducir la aleatoriedad. Una es crear un mazo equilibrado donde la mitad de las cartas sean de tierras. Otra consiste en la opción de poder barajar hasta siete veces la mano inicial, para asegurarnos un buen comienzo. Por supuesto es imprescindible que las acciones de las cartas sean claras y concretas. Sabiendo así en todo momento qué resultado esperar si la jugamos.

No obstante, para quienes les gusta el caos, hay cartas cuya acción o valor depende del resultado de lanzar una o más monedas. Un cara o cruz de toda la vida. Como las probabilidades están en nuestra contra, los resultados, en caso de que las tiradas salgan bien, son muy beneficiosos, pudiendo hacer que una partida prácticamente perdida sea un tremendo éxito. Pero este último caso pasará en contadísimas ocasiones, por lo que no se suelen utilizar este tipo de mazos.

Mismo objetivo pero con diferente ejecución podemos encontrar en Gwent, un juego de cartas independiente pero que se creó a raíz del éxito de The Witcher, donde forma parte como minijuego. En este, que presume de que todo depende de nuestra habilidad, se ha minimizado el RNG reduciendo el número de cartas en mazo (unas 25) y aumentando el número de cartas en mano (mulligan de diez) que podremos cambiar entre batallas y rondas. Además el éxito dependerá de ganar dos de las tres rondas, y no simplemente a una en un todo o nada.

A pesar de sus esfuerzos por ser un juego robusto con una base bien conocida y de éxito, no le ha ido nada bien. A partir de 2024 dejará de recibir nuevo contenido, quedando en manos de la comunidad los posibles cambios de equilibrio en las cartas. Todo un detalle para que puedan seguir disfrutando sus usuarios, pues normalmente en estos casos se suele cerrar, ya que el simple mantenimiento de servidores supone un coste que muchas empresas no quieren o pueden asumir.

El contraste lo encontramos en Hearthstone, el juego de cartas basado en el universo Warcraft. Aunque las barajas se conforman de unas 30 cartas y podemos descartar mano al iniciar la partida, detalles que favorecen el control sobre el resultado, hay otros muchos aspectos que fomentan la aleatoriedad y que han provocado que profesionales del género no se acerquen al competitivo o lo abandonen. Algunos de ellos bastante claros en las descripciones de las cartas, donde indican que transformará algún esbirro en otra cosa cualquiera o que repartirá el daño que puede realizar por todos los enemigos sin especificar más. Muchas veces con catastróficos resultados. Estos solo son unos ejemplos, a los que habría que añadirle un robo lento e incierto del mazo. Que, aunque es común, en un caso así solo favorece la tremenda importancia que tiene cada carta que llega a mano y que sentencia el resultado.

Está claro que Ben Brode (diseñador y antiguo director de Hearthstone) y su equipo tenían en mente un juego que fuera muy accesible. Un mayor RNG favorece que incluso sin saber jugar bien tengas oportunidades de ganar a gente más experimentada o con cartas más difíciles de conseguir. Invitando así a los jugadores más casuales. Lo que no les salió tan bien fue el tema de la duración de las partidas, que podían alargarse incluso sin cartas en el mazo.

Según una anécdota que el mismo Ben Brode cuenta, un amigo suyo jugó a una partida de Hearthstone mientras estaba en el baño, con la mala suerte de llevar una baraja de guerrero contra otro guerrero. Por sus características la partida se alargó hasta los 40 minutos. Cuando esta persona intentó levantarse tenía las piernas dormidas, por lo que se cayó y se rompió una. Y así fue como nació la idea de hacer Marvel Snap. Tras dejar Blizzard, Ben Brode y Hamilton Chu crearon Marvel Snap en su nueva compañía, Second Diner. E inexplicablemente, a pesar de todas las críticas al RNG de Hearthstone, que es lo que más le pesa al juego: crearon uno aún más caótico, pero con partidas rapidísimas, por supuesto.

Marvel Snap tiene un nivel de aleatoriedad absurdo. No solo porque muchas de las cartas tienen efectos bastante inesperados, sino porque deben jugarse en tres ubicaciones que contarán con sus propios efectos sobre estas y la partida. Y no solo afectan a las que están en mesa, también a las que estén en mano o incluso en el mazo. Hay más de cien localizaciones diferentes y se amplían cada cierto tiempo. Algunas de estas parecen bastante inofensivas, como Asgard, donde quien gana la ubicación en el turno cuatro roba dos cartas. Mientras que otras no nos permiten jugar cartas, como es el caso de Sanctum Santorum, o nos las destruye como Murderworld. Otras destruyen el mazo, o hacen que la partida termine en el turno cuatro en lugar del seis habitual. Todas son inesperadas y afectan bastante a la forma de jugar la baraja, haciendo que pueda ser incluso imposible ganar.

Sin embargo los números hablan a favor de Marvel Snap, con unos beneficios de récord y premio al mejor juego de móvil en los Game Awards de 2022, cuando apenas había sido lanzado el 18 de octubre de ese mismo año, saliendo de fase beta. Está claro que el nombre Marvel ayudó muchísimo, pero también que están exprimiendo lo bueno del RNG al máximo. Y tal vez poder personalizar nuestras cartas con diseños de artistas famosos del mundo Marvel también ayude, pero no nos desviemos. El juego pone la accesibilidad a jugadores casuales en primer plano, con partidas cortas siempre diferentes aunque llevemos el mazo de moda, nos hace disfrutar del éxito cuando vemos que todo está en nuestra contra y aun así ganamos, y si perdemos podemos seguir echándole la culpa a la mala suerte.

Por supuesto tiene métodos para que perder no sea tan duro, porque sabemos que va a pasar. Y así incluir en esta locura a los jugadores más hardcore, que en circunstancias normales no durarían mucho tiempo. Esta mecánica da nombre al juego y es el snap. En cualquier modo de juego contaremos con un número de cubos base que podremos apostar en cada partida. Solo uno simplemente por jugar. Si vemos que la mano es buena podemos hacer snap y subir a dos. Entonces ya dependerá del contrincante verlos y seguir jugando, subir la apuesta a cuatro y hacernos presión, o retirarse dejando la partida sin terminar, pero perdiendo el mínimo de estos. Aunque esta mecánica bien nos recuerda al póquer, en ningún momento están los cubos relacionados con dinero real, por lo que perderlos solo supondrá tener que dedicarle más tiempo al juego para intentar ganar o recuperarlos. En algunos casos, por ejemplo si tenemos una racha de derrotas, nos enfrentaremos contra bots que siempre aceptarán la apuesta que hagamos y a los que podremos ganar fácilmente. Lo importante no son los cubos, es tener contento (*cof*enganchado*cof*) al jugador.

Apuestas aparte y volviendo al RNG, Marvel Snap no solo ha dicho “agárrame el cubata” al aumentar el azar en un juego de cartas, sino que ha conseguido hacerlo divertido y poco frustrante. En el tiempo que he pasado en el juego, casi un par de meses mientras escribo estas líneas, no he visto dos partidas iguales y sí he visto tremendos líos en mesa que han dado lugar a resultados loquísimos e inesperados. Me considero casual, pues apenas echo un par de ratos para completar las misiones diarias, tengo mala previsión y sigo despistándome muchísimo con los efectos, pero si como yo llevas bien los momentos de mala suerte y perder, el caos puede ser muy divertido y Marvel Snap un pozo muy interesante de RNG. Porque si quisiéramos algo libre de depender del azar, ¿no jugaríamos solo al ajedrez?