Steiner, Beatrix y la lealtad al deber

11/10/2016 | Darkor_LF | 3 comentarios
Continuamos con los post temáticos sobre Final Fantasy IX y esta vez le toca el turno a Steiner y Beatrix. De Beatrix ya he hablado un poco anteriormente, pero de Steiner no. Adelbert Steiner es el Comandante del Batallón Pluto y responsable directo de la protección de la princesa Garnet Von Alexandros XVII. Steiner es un soldado veterano que sólo es capaz de ver el negro y el blanco, y todo aquel que se salga de la norma o intente hacer daño a la princesa es su enemigo (Yitán hace combo). Del mismo modo, es recurrente que entre en lamentos por no haber sabido cumplir su deber, cada vez que Garnet parece sufrir algún daño, o desaparece de su vista (algo bastante a menudo, y por culpa de Yitán casi siempre). Aunque se podría pensar que esta sobreprotección es machista, no creo que lo sea, ya que Steiner tiene la misma actitud paternalista con Vivi (con algo de respeto por su manejo de la magia).
Hechas las presentaciones, voy a hablaros del punto fuerte de Final Fantasy IX: la capacidad de evolución de sus personajes. A casi todos los personajes del juego los podemos describir en base a tropos: el Soldado leal, la Guerrera inquebrantable, el Pícaro galán, el Megalómano, el Malo redimido… Yo soy una defensora de que los tropos no están mal, si sabes usarlos y explotarlos correctamente, o haciendo evolucionar a tu tropo, como es el caso aquí.
Steiner y Beatrix se nos venden ambos de la misma forma: soldados leales a sus superiores, la princesa Garnet y la reina Brahne, respectivamente. También son fieles soldados alexandrinos, que no dudarán en defender su ciudad del ataque de Neblinos. Nada les hace apartarse de su deber, como buenos soldados que son, aunque a veces las órdenes que vayan a seguir no parezcan del todo correctas. Pero ellos son soldados y deben obedecer a su comandante, pase lo que pase. Pero, ¿qué sucede cuándo las ordenes son cada vez más descabelladas?

Tengo una sorpresa para ti, querido Steiner. Fuente: captura propia del juego
Y aquí empiezan las dudas, al menos para Steiner: cuando le cuentan el ataque a Burmecia, se niega a creer que sea cierto, la reina no puede haber ordenado semejante locura. Pero de repente, su mundo de blanco y negro empieza a ser blanco enguarrado, poco a poco y de forma sutil le surgen las dudas y preguntas, y todo su sistema de creencias se resquebraja, salvo por una cosa: su lealtad a Garnet.
Y entonces, llegamos al momento en cual se les cae la venda a Steiner y Beatrix: cuando la reina ordena la muerte de Garnet. Os dejo las capturas de los diversos momentos y que el juego hable por mí (todo capturas propias del juego).
Y este cambio nos muestra tanto que no debemos seguir las órdenes a ciegas de alguien, sólo por ser nuestro superior, y que los guerreros no deben obedecer sólo a los poderosos, deben proteger al débil.
Difusora de la palabra de Pratchett a tiempo completo. Defensora de causas pérdidas e inútiles. Choconiños o barbarie. Hipster por necesidad. Tengo una pipa falsa. +50 en pedantería.
Etiquetas: Adelbert Steiner, beatrix, final fantasy, Final Fantasy IX, Lealtades, RPG
«Y este cambio nos muestra tanto que no debemos seguir las ordenes a ciegas de alguien, sólo por ser nuestro superior». Darkor, ¿estás llamando a la rebelión frente a la jefa de Todas Gamer? XD
Genial retrato de Steiner y Beatrix, btw. <3
No te rebelas contra alguien que tiene como tema asociado el himno soviético XD
Estaba esperando este artículo. ¡¡Y por fin ha llegado!!
Si bien Steiner no es mi favorito (plaza que ocupa Beatrix), el cómo el personaje pasa de ser una armadura que hace mucho ruido cuando corre persiguiendo a Yitán al grito de «¡Tunante!» a cuestionarse ABSOLUTAMENTE TODOS sus principios y sopesar qué es lo que considera correcto es una de las mejores evoluciones en la conducta de un personaje que he visto nunca. El cómo se ve enredado con Tantalus y la búsqueda de la aguja de platino y cómo una panda de personajes a los que consideraba despreciables son los que le abren los ojos a una realidad de la que era inconsciente. Sencillamente, me encanta.
Ahora es cuando suelto alguna frase del abuelo Cebolleta, en plan «ya no se hacen RPGs como antes…».
Lo sé, tengo un problema con el FFIX. Peeeeero no soy el único.